Rebobine, por favor es una comedia subrealista. Su guión es absolutamente inverosímil, una peli adecuada a su director, Michel Gondry, que podríamos decir que es un rarito.
La idea marciana de hacer remakes cutres de pelis muy conocidas es muy divertida y su puesta en escena original y convincente. Con unas pocas pinceladas nos hacemos idea de la versión suecana como sus perpetradores dicen.
Hay momentos realmente hilarantes.
Sigourney Weaver hace de la versión americana del inefable Teddy Bautista representando a la SGAE de esos páramos y en nombre de los derechos de autor llegan a destruir las pelis suecanas.
Reaparece en esta peli Mia Farrow, a la que hacía tiempo que no veía.
Jack Black está en su línea, convincente pero como siempre excesivo.
Pero lo que más me gusta de esta peli es el inmenso amor al cine que destila con un final conmovedor y efectista.
J. J. Abrams es el listo de la caja tonta actual, con su Lost ha revolucionado el mundo de las series y desde luego a nadie deja indiferente.
Con Super 8 rinde homenaje a su maestro Steven Spielberg escribiendo y dirigiendo una historia con los ingredientes favoritos de su mentor. Además la localiza en la época en la que Spielberg hizo sus primeras pelis con una cámara Super 8.
Con la llegada de estas cámaras se pusieron de moda las backyard monster movies; es decir, las películas de monstruos de patio trasero. Los adolescentes realizaban sus pelis con muchas ganas e imaginación.
El cine de Spielberg, como el de ahora de J. J. siempre ha sido cine de entretenimiento, cine divertido que se contraponía al cine intelectual, a veces coñazo, de la época.
Pero este cine de palomitas y buen recuerdo siempre iba cargado de mensaje, con un espectador que tomaba partido por los buenos.
Por eso se le llamó infantiloide y los “intectelectuales” lo despreciaban.
Yo mismo cuando tenía diecitantos era admirador de Truffaut y del cine subtitulado, de ese que salías diciendo que la fotografía era estupenda, hasta que un día vi La Guerra de las Galaxias y me convertí a una nueva religión cinematográfica la del cine-diversión, que por otra parte ya habían realizado los grandes maestros como Alfred Hitchcock o Berlanga por poner dos ejemplos muy distantes.
Que quede claro que me sigue gustando Truffaut y las pelis raras.
Super 8 es sobre todo eso (diversión) con los ingredientes de Spielberg y los nuevos de Abrams. Hay humor, compañerismo, amor adolescente, familias rotas, extraterrestres, monstruos que no se ven, intriga, fenómenos paranormales, emoción, acción y también nostalgia.
Los niños actores están estupendos sobre todo Elle Fanning, la hermana pequeña de Dakota, que con solo trece años da una lección de interpretación.
Cuando comienzan los créditos hay personas del público que salen escopeteadas, yo desde luego no soy de esos, a mí me gusta quedarme hasta que terminan. En esta peli hay que aguantar hasta el final-final para no perderse la backyard monster movie.
Templario nos cuenta el episodio real de la toma del Castillo de Rochester. Es una peli de ambiente medieval que tan de moda está.
También podría haberse titutado: Manual de procedimiento de cómo tomar y defender un castillo.
La estética de la película es realista con gente sucia y desaliñada.
Los personajes son simples pero efectivos. El tono realista se pierde cuando se trata del templario Thomas Marshall interpretado por James Purefoy que cuando pelea se convierte en un super-héroe invencible que derrota al que se le pone por delante.
Las batallitas están bien con muchas sangre y toques de gore que alegran el cotarro.
El gore se acrecienta en las mutilaciones del final de la peli con imágenes poco adecuadas para estómagos delicados.
Paul Giamatti interpretando al malvado Rey Juan está excesivo pero da alegría, adquiriendo su personaje un carácter cómico.
Lo mejor de la peli es que tiene escasas pretensiones. Es de bajo presupuesto y lo asume.
Retratar a un santo siempre es difícil y tratar el personaje como persona especialmente. Roland Joffé que es director, productor y guionista consigue salir airoso de este reto pero es lo único que hace bien.
Charlie Cox hace bien su papel y es el único actor que está convincente. El resto de los personajes y situaciones son caricaturescos dan risa o vergüenza ajena.
A pesar de que Joffé se ha rodeado de magníficos técnicos la peli no llega más que a telefilm de segunda.
Roland hace muchos años que rodó La Misión, hace 25. Hizo su gran película. Años después en 1995 perpetró la Letra Escarlata una de las peores películas que recuerdo. Pero ésta no le anda a la zaga.