Estábamos cenando Fer, Elena y yo. Comenzó esta película y ya la seguimos viendo en la Uno.
La comicidad de esta producción hispano-británica se basa en la interpretación de Ernesto Alterio que borda su papel de científico despistado, tímido e inseguro.
La fotografía llama la atención, es blanca, brillante y luminosa lo que da un tono de optimismo general.
Jacques Tourneur, director francés que trabajó sobre todo en EE.UU. y en sus últimos años llegó a dirigir episodios de Bonanza, es sobre todo conocido por su película La Mujer Pantera.
Aquí realiza una peli de espías ambientada en la Europa después de la Segunda Guerra Mundial.
No recuerdo ninguna peli que nos cuente qué pasó en la Alemania ocupada por los Aliados. Por eso me parece una producción excepcional.
En los créditos iniciales se especifica que las fuerzas militares de ocupación habían autorizado la grabación de imágenes mostrando Berlín y Frankfurt absolutamente devastadas tras los bombardeos. Son fotogramas de una potencia visual arrolladora que realmente te trastornan.
El relato es de típica peli de intriga al estilo Hitchcock pero de su etapa británica. Los personajes están bien construidos aunque resultan algo esquemáticos y consiguen un buen nivel dramático todo con un tono de cierta ingenuidad.
El blanco y negro es maravilloso y muy adecuado a la historia y a la época.
El único pero es el uso excesivo de la voz en off, aunque aquí tal vez sea necesaria.
¿Porqué a Elena y a mí nos atraen estas películas antiguas de un modo tan intenso?
No lo sé muy bien pero de lo que estoy seguro es que nos lo pasamos fenomenal.
Ted es una comedia romántica al uso, cortada con el mismo patrón que otras muchas. John y Lori son una parejita de enamorados pero John tiene el típico amigote (Ted) parásito, porrero y juerguista que le lleva por el mal camino al enamorado John. Por ello la pareja discute y se separa. John lucha por su amor. Ted intercede y la parejita se reconcilia y vuelven juntos.
La novedad de esta historia tan manida es que la mala influencia (Ted) es un osito de peluche estilo Mimosín pero en plan gamberro. Y este muñequito es el que se lleva de calle la peli, con ventaja.
El arranque y el final son de cuento navideño con una voz en off muy adecuada. Pero de ese principio ñoño se pasa al humor lleno de palabrotas e irreverente de Ted.
Hubo momentos en los que (literalmente) me desternillé y temí por la integridad de mi vía respiratoria. También hubo episodios no muy entretenidos.
A Mark Wahlberg le he descubierto como buen actor de comedia bien acompañado de la bella Mila Kunis con unos ojos abisales.
Esta peli me planteó algunas reflexiones que quería compartir. La novia Lori le plantea a su novio la necesidad de madurar. Y yo me pregunto: ¿qué es madurar? ¿Volverse un tío serio al que no le hacen gracia los chistes, que no se desmadra nunca, que no dice palabrotas?. Eso, tal vez, es lo querría Lori de su novio John. Pero no, querida Lori, madurar es tener las cosas claras, saber que te gusta y que no y no significa perder el sentido del humor, ni la socarronería, ni las ganas de vivir. Maduro no es lo mismo que aburrido.
Siempre se ha dicho que los hombres se casan esperando que su esposa no cambie y las mujeres esperando cambiar a sus maridos. Hay que saber aceptar a las personas como son y no cómo nos gustarían que fueran.
Después de estas reflexiones de borracho de barra de bar os recomiendo que veais Ted y ¿porqué?. Si yo me lo pasé bien espero que vosotros también la disfrutéis.
Hay unos cuantos momentos memorables en esta peli que espero no olvidar.
En todas las producciones de la factoría Pixar se han unido calidad en la animación y unos maravillosos guiones. Tal vez el resultado más flojo fuera con Cars 2, aunque su calidad técnica es irreprochable.
Antes de Brave proyectaron el corto La Luna, una auténtica maravilla, de una delicadeza y un buen gusto impresionantes.
Pensé: después de este exquisito aperitivo es difícil que la comida esté a la altura.
Esta Brave posee la perfección técnica en la animación de todas las pelis Pixar. No la vimos en 3D pero aún así está tan bien la imagen que sentías sensación de profundidad en los bosques de Escocia.
Es una delicia admirar esos colores y esa animación tan perfecta.
Pero la historia no se queda atrás. El guión está bien estructurado, mantiene el interés constantemente. Es un cuento con moraleja pero en ningún momento sensiblero ni ñoño.
Ese enfrentamiento madre-hija está magníficamente relatado, es divertido y muy realista. ¡Cuántas no se verán retratadas!
A Mérida habría que nominarla como mejor actriz. Está tan llena de vida, es tan de verdad que uno se olvida que es un dibujo animado.
El tono feminista es un punto novedoso. Ya quedaron atrás La Bella Durmiente (la más pasiva de todas las princesas) o Blancanieves (ésta también era bastante pasiva, ahora que lo pienso). Aunque también las hubo frescas como la Cenicienta que engatusa al príncipe y se hace la dura marchándose a las 12.00.
En esta peli el objetivo de la Princesa Mérida no es casarse sino ser independiente, aunque los tres príncipes son a cual más guapo y apuesto.
La música está muy cuidada con un par de canciones muy emotivas.
Siempre me gusta quedarme hasta que terminan los créditos y ésta vez eso tiene su recompensa en forma de sorpresa final.
El nivel alcanzado con las pelis de Pixar es tan alto que parece imposible que sus producciones sigan teniendo ese nivel. La asociación con Disney veremos que nos depara pero de momento en esta peli el protagonista no es un anciano, ni unos juguetes, ni un robot, ni un coche, sino que es una princesa. ¿Será la influencia Disney?
Él afirma que solo se puede hacer una buena película con un buen guión y aquí cuenta con uno de los guionistas de la serie Lost.
Prometeo era un Titán que se enfrentó a Zeus robándole el fuego y entregándoselo a los hombres de los que se le considera protector. Pero Prometeo fue castigado a vivir atado en el Cáucaso y que todos los días un águila le devorara el hígado. Al ser inmortal todas las noches lo regeneraba. Heracles lo liberó pero tuvo que vivir enganchado a un pedrusco por un anillo.
En esta Prometheus (el nombre de la nave) hay muchos elementos comunes con Alien, el octavo pasajero. No es precisamente una precuela porque no hay un hilo argumental claro sino “solo” muchas referencias. El sueñecito de dos años, los alliens que son claramente reconocibles, el que se meten por la boca, que se desarrollan abdominalmente…
El deseo de búsqueda del creador y de la reflexión sobre la mortalidad lo veíamos en Blade Runner.
Aquí el robot de 2001. Odisea del espacio está representado por David, tal vez, el personaje más interesante que aprende la manera de pensar de los hombres escudriñando en sus sueños y viendo Lawrence de Arabia, la película favorita de Scott y una de mis preferidas.
Casi todo en esta peli me resulta conocido no hay nada que me sorprenda. Hay escenas potentes y turbadoras. Pero la mayoría de los personajes estás desdibujados y hay algunos caricaturescos como el viejo ricachón deseoso de la vida eterna.
El diseño de producción es impresionante y apabullante, esto es una constante en las pelis de Ridley, lo que ha permitido que sus films sigan siendo actuales a pesar del tiempo.
Los extraterrestres gigantones como de museo de cera están francamente conseguidos.
Salí decepcionado, estuve entretenido pero no hubo nada que me asombrara que me pareciera novedoso. ¿Esperaba demasiado? ¿Ha perdido fuelle Scott? O simplemente: ¿le ha salido la peli mala?.
¿Tendrá secuela esta precuela?
Lo mejor las referencias a Lawrence de Arabia y el robot bien interpretado por el actor de moda Michael Fassbender.