Señalar el minutaje es complicado por las varias versiones que existen. En la que yo tengo, que creo es la más completa, se extiende del minuto 61 y 38 al 70 y 26 segundos.
Os la resumo:
Michael Corleone llega, a ver a su padre (Don Vito) herido, al hospital.
Se da cuenta desde el principio que algo no va bien.
No hay nadie custodiando a su padre.
Llama a Sonny.
Traslada a otra habitación su cama.
Llega Enzo el pastelero que se brinda a ayudarle. Mencionado en el inicio de la peli cuando su futuro suegro pide ayuda al Padrino.
Los dos esperan en la puerta.
Cuando llega un coche negro con cuatro sicarios, su presencia les disuade.
Enzo temblando no se puede encender un cigarrillo.
Michael (Al Pacino) se da cuenta que mantiene el pulso firme. Durante unas décimas de segundo mira su mano con el mechero del pastelero.
Ese momento es trascendental en la historia.
Descubre que su destino es proteger a su familia, como acaba decirle a su padre que confía en él.
Es consciente que sirve para ello. Es un elegido.
El uso de la música, de los elementos sonoros y de la fotografía es impresionante.
Se crea una tensión que va in crescendo.
Finalmente sabe plantarle cara al Capitán McCluskey que se sabe derrotado.
Esta escena que posiblemente no sea de las más celebradas por los fans es fundamental para comprender la transformación de Michael, del muchacho que no es como su familia al hombre (el nuevo Padrino) que guiará sus destinos.
A Dustin Hoffman no le gustaban las películas violentas.
Admitió que sólo aceptó el papel por el dinero.
McKenna, que interpreta el mayor John Scott, lleva el brazo en cabestrillo.
No estaba en el guión.
McKenna se lo había roto en una fiesta salvaje con un par de prostitutas, organizada por el director Sam Peckinpah.
Antes de comenzar el rodaje, Sam Peckinpah obligó a Dustin Hoffman y Susan George a vivir juntos durante dos semanas, con el guionista David Zelag Goodman en la caravana.
El futuro de la película se puso en peligro cuando el director Sam Peckinpah enfermó por neumonía después de una sesión alcohólica toda la noche con Ken Hutchison.
Después de haberse recuperado en una clínica de Londres, Peckinpah prometió que iba a permanecer sobrio.
Por supuesto no lo cumplió.
Cuando el reverendo Barney Hood y su esposa visitan a David y Amy Sumner para invitarlos a la fiesta social de la iglesia, Barney y David discuten sobre ciencia y religión.
David hace una cita:
– “Nunca ha habido un reino dado a tanto derramamiento de sangre como el de Cristo“.
Barney reconoce la cita de Montesquieu.
Este autor fue un filósofo social francés que vivió de 1689 a 1755.
Se le atribuye el concepto de separación de poderes que se incorporó a la Constitución de Estados Unidos.
El título proviene del filósofo chino Lao-Tsé, quien escribió:
“El cielo y la tierra no son humanos, y consideran a la gente como perros de paja“.
Perros de paja fueron utilizados como objetos de culto de sacrificios religiosos en la antigua China.
Entre los actores considerados inicialmente para el papel de David Sumner fueron Donald Sutherland, Jack Nicholson y Sidney Poitier.
Actrices originalmente considerados para el papel de Amy eran Diana Rigg, Charlotte Rampling y Helen Mirren.
Según Garner Simmons en su libro “Peckinpah: Un Retrato En Montage“, el director de fotografía inicial de Perros de paja era Bryan Probyn, que abandonó el proyecto por diferencias creativas que implicaban la iluminación de una secuencia.
Entonces Arthur Ibbetson fue elegido, pero poco después se fue por “motivos religiosos”.
La siguiente elección fue John Coquillon, que había servido como director de fotografía en películas de terror británicas de bajo presupuesto.
Coquillon más tarde servirá como director de fotografía en tres películas más de Peckinpah: Pat Garrett y Billy the Kid (1973), La Cruz de Hierro (1977), y Clave Omega (1983)
Debido a la explicitud de la violencia y las dos violaciones brutales, la Junta Británica de Censores de Cine (BBFC) prohibió la película.
Cuando Sam Peckinpah estaba planeando la escena en que Amy es violada dos veces, él no avisó a Susan George cómo iba a rodar la escena.
Ella le presionó. Finalmente le dijo sin rodeos que Amy primero sería violada y luego sodomizada.
Ella se negó a participar en los planes de Peckinpah para la representación explícita de esto y amenazó con renunciar.
Finalmente cedió, permitiendo que la cámara, para representar el trauma de Amy, se concentrara en los ojos y la cara, en lugar en todo su cuerpo.
Comentarios de Ramón:
Desde que la vi me resultó de lo más turbadora.
Cuando se estrenó tenía 13 años y como es lógico me quedé con las ganas.
Lustros después en los 80, la vi en la tele.
Desde entonces sus imágenes no me han dejado de perseguir.
La he visto varias veces más y me ha seguido perjudicando.
Hubiera querido verla en más ocasiones, pero su visionado me produce un cierto remordimiento.
Tengo una sensación desasosegante al contemplar las escenas de las violaciones y los asesinatos. Algo me hace sentir culpable al ser consciente que esas imágenes me fascinan.
Por eso la he evitado.
Ahora este ciclo de Peckinpah me permite tener una buena excusa.
Desde el principio resulta turbadora con esos niños jugando en el cementerio, que está situado en el centro del pueblo.
En muchas de las pelis de Sam hay infantes ocupando un papel secundario, pero que en absoluto pasan desapercibidos.
Hay una contraposición entre los garrulos vagos y maleducados del pueblo y el profesor civilizado y culto.
Entre ellos hay desprecio y en cierto modo envidia.
Ninguno de los personajes cae simpático.
Los paletos por motivos obvios.
La esposa, AmySumner, mantiene una actitud provocadora hacia sus acosadores y, a veces, hostil hacia su esposo.
En la trama hay también el trasfondo de la crisis de la pareja, con continuos reproches.
Cuando vemos a David Sumner, interpretado por Dustin Hoffman, no podemos evitar el recuerdo de El Graduado.
Su manera de ser tampoco nos resulta atrayente. Es un pusilánime que, incluso, hace la pelota a los adversarios.
Solo al final se redime al defender con todo al minusválido Henry Niles, interpretado por David Warner, que no aparecía en los créditos de la peli.
Entre los habitantes del pueblo británico hay una bajeza moral que lo impregna todo.
La adolescente seductora que genera el caos.
El hermano del deficiente que le golpea en público.
El Reverendo que recoge con rapidez las cinco libras que le ofrecen.
No hablemos del grupo de garrulos, que acumulan un montón de cualidades: insolentes, borrachos, lascivos, sucios, vagos, torpes…
El final nos ofrece cierto consuelo al contemplar el triunfo del hombre débil ante esa jauría de lobos asesinos y violadores.
Se evita un linchamiento y eso nos da satisfacción.
Pero el cabrón de Peckinpah nos está tendiendo una trampa.
El triunfo es también el de la violencia aunque la ejerza el “bueno”.
No vence la justicia, vence la fuerza guiada por la astucia y la suerte.
Por eso tal vez, siempre me ha dejado malestar esta peli.
En los años sesenta los soviéticos infiltraron parejas en la sociedad norteamericana.
Vivían, trabajaban, tenían hijos, compraban casas… como americanos, pero espiaban para el KGB.
Elizabeth y Philip Jennings, son buenos patriotas rusos. Desde niños fueron adiestrados para hacer una labor de espionaje.
La trama se desarrolla en los años ochenta cuando Ronald Reagan en el poder calentaba la Guerra Fría con la Guerra de las Galaxias y los escudos antimisiles.
La historia va salpicada de flashbacks que nos explican las relaciones y el pasado de estos dos agentes.
La narración es propia de una peli de espías, con ese aire añejo de la época.
Pero es también la historia de una familia, con los conflictos y las vicisitudes habituales.
Hay acción, asesinatos, sexo, tensión, intriga y magníficos personajes.
Destaco a Claudia, interpretada por Margo Martindale, que está perfecta en su papel de contacto, de la que nadie sospecharía, despiadada y cruel.
Por la mañana veo en casa El corredor del laberinto de 2014 y por la tarde acudo a los Multicines Guadalajara a ver este estreno.
Se nos presenta un mundo distópico postapocalíptico.
Es una continuación de la primera, como si de una sola peli se tratara.
Lo cierto es que su desarrollo no resulta predecible, que ya es mucho decir.
Los muchachos protagonistas no son superhéroes, cuestión que agradezco.
Aidan (Meñique) Gillen y Patricia Clarkson hacen muy bien de malos y manipuladores.
Las incógnitas de la primera se van despejando, aunque para mí siguen quedando muchos cabos sueltos.
El protagonista Dylan O’Brien me sigue cayendo gordo.
Esos paisajes de ciudades en ruinas me han resultado muy seductores.
Los infectados zombis dan bastante grima y miedo, pero solo aparecen cuando son convenientes para la trama, sin una coherencia argumental. Son como un truco que se saca de la manga para aumentar la acción.
La presencia zombis en una peli para público adolescente parece imprescindible.
Hay alguna elipsis no bien explicada.
A pesar de sus fallos a mí me ha gustado.
En el cine abundan chicas preadolescentes y sus comentarios a la salida también eran favorables.