Es un producto de consumo para un público infantil poco exigente.
Aún así disfruté de la escasa presencia de mi admirada Charlize Theron.
Aunque he de confesar mi debilidad hacia Jessica Chastain, a la que idolatro.
La peli no es aburrida, pero carece de emoción. Todo es bastante previsible.
Mi adorada Marta hizo una aportación muy interesante.
Apuntaba que la presencia de los goblins en esta peli es una referencia a la peli de culto Dentro del laberinto de Jim Henson de 1986. (pongo un vídeo: Ojala vinieran los goblins…)
Carrie Mathison quiere llevar una nueva vida en una Fundación, pero su pasado le persigue.
En esta temporada el escenario fundamental es Berlín.
Además de terroristas, de la CIA y de la inteligencia alemana y rusa, contamos con la intervención de la prensa y de los hakers.
Estos dos elementos son actores fundamentales en el teatro del terrorismo internacional y en su lucha por parte de los estados.
La serie desde la tercera temporada no ha perdido interés.
Se incorporan nuevos personajes como la jefa de la CIA en Alemania (Miranda Otto dando vida a Allison Carr) o los espías rusos y disfrutamos (o padecemos) con los ya conocidos.
Carrie vuelve a utilizar su fase maniaca para intentar comprender la realidad, su patología psiquiátrica sigue muy presente.
Los últimos episodios son escalofriantes, interesantes e insoportablemente realistas.
Los atentados de París y Bruselas están presentes en el visionado de la serie que fue realizada antes que sucedieran.
Como ya es costumbre se nos plantean problemas morales en la guerra contra el terrorismo de un calado trascendente.
Hemos visto las cinco temporadas de tirón.
Ya es hora que Elena y yo cambiemos de registro.
Además no nos queda más remedio porque aún no está completada la sexta temporada.
Nos despedimos de momento de la extraordinaria y maravillosa Claire Danes, el alma de la serie, y del resto de los protagonistas, de alguno definitivamente.
Los que se animen a verla que se salten la segunda temporada, incluso la primera.
Esta quinta es estupenda.
Claramente estamos viviendo una edad dorada de las series.
La hagiografía (del griego: ἅγιος, «santo», y γραφή, «escritura») es la historia de las vidas de los santos.
Es el relato de la vida del Santo Pedro Poveda.
La peli nos lo presenta lleno de bondad, de buenas intenciones, sin fisuras.
Es lógico que lo nombraran santo porque carece de defectos.
Fundador de la Institución Teresiana de carácter seglar, femenina y católica. En su tiempo claramente renovadora y avanzada.
La realización de la peli resulta torpe, con momentos ridículos y chirriantes.
No termino de comprender las escenas supuestamente cómicas, basadas en un humor rancio, caduco, de peli de los sesenta, con un aire casposo.
Pero lo peor de todo es el horrendo maquillaje de Raúl Escudero que le resta expresividad, que me deja con la incógnita si detrás de esa capa de cremas se esconde algo capaz de trasmitir algún sentimiento.
Yo estoy totalmente a favor del cine religioso, pero Poveda es un producto que no sirve para reivindicar este cine, ni la vida del santo en cuestión.
Por cierto, según tengo entendido, hacen falta dos milagros para declarar a alguien santo. En la peli no vienen relatados.