Ralph Fiennes interpretó esta obra del genial Shakespeare en teatro hace unos años y decidió llevarla al cine. Ha contado con la colaboración del prestigioso (y de moda) guionista John Logan.
Al mismo tiempo que su estreno en cine ha salido en DVD y en plataformas de visión por internet. Yo me la he descargado.
Los textos de Shakespeare son llevados a una Roma que parece la Bosnia de la Guerra de los Balcanes. Una ciudad sumida en el caos, con graves problemas sociales que además es atacada… y no sigo.
Coriolanus es una peli política con secuencias de guerra. Shakespeare nos habla de la corrupción política y de la manipulación de los electores que son fácilmente manejables. El gusto del gran dramaturgo inglés por tratar de los pecados capitales es bien conocido. Aquí trata de la soberbia y de la ira, los dos graves defectos de Caius Martius Coriolanus.
Los diálogos de Shakespeare con la escenografía de Fiennes hacen una combinación fascinante. Desde los primeros fotogramas me quedé impresionado por la mezcla. Terminé pensativo y con la extraña sensación de haber disfrutado de algo extraordinario.
Vuelvo a ver a la actriz de moda Jessica Chastain que cada día me gusta más.
Acudimos Elena y yo el viernes del estreno. El cine lleno de personas de cierta edad (viejunos), ningún joven.
Almodóvar es nuestro cineasta más internacionalmente reconocido y él siempre se queja (con razón) que es menos valorado aquí que fuera de España. Ha sido sistemáticamente olvidado para los Goya. Aunque estoy en la absoluta convicción que jamás leerá esta crítica voy a intentar ser comprensivo.
Rodar en un espacio cerrado, casi claustrofóbico, como la cabina de un avión es ciertamente difícil y en eso Almodóvar se aleja del resto de sus pelis con muchos y variopintos decorados.
Los continuos cambios de plano para dar aire al espectador no son suficientes para refrescar ese ambiente cargado dentro de la aeronave.
Se ha hablado (incluido el propio Almodóvar) que era una parábola de la sociedad actual con unos dirigentes perdidos (los pilotos), una élite social que viaja en primera compuesta por un asesino a sueldo, una prostituta de lujo, una vidente, un actor en horas bajas, un culero recién casado, un empresario corrupto… Y una clase turista dormida, narcotizada por drogas. Pero a mí esa explicación me parece simplista y yo no le encuentro ese carácter ejemplificador a la peli.
El gran Pedroooooo se pierde en las tramas secundarias que dejan de ser comedia y son drama, con esa mezcla de géneros que tanto gusta al cineasta. Esas tramas son esquemáticas y les falta desarrollo o simplemente sobran.
Los personajes son demasiado estereotipados.
Los diálogos son divertidos y ocurrentes pero no causan más que una leve sonrisa y ninguna carcajada.
Almodóvar siempre ha sabido manejar las historias para que el espectador comprenda lo éticamente deplorable. Por ejemplo: en La piel que habito, un cirujano plástico para vengar la violación de su hija transforma al violador en una mujer, de la que luego se enamora. Y eso nos termina pareciendo comprensible e incluso bonito. Aquí en Los amantes pasajeros no hay nada de eso, la trama carece de esos recovecos oscuros.
Aún con todo la peli me ha gustado, en ella está la firma del autor y en todos los fotogramas está marcado su sello.
El número musical es lo mejor con ventaja. Los actores están magníficos y muy bien dirigidos y quiero destacar a Carlos Areces que destaca con una interpretación realmente brillante.
Tal vez de sus 19 pelis, sea la peor pero aún así merece la pena no perdérsela.
He evitado decir: “reparto coral” y “Almodóbar vuelve a la comedia”.
Este fin de semana no he ido al cine. No me apetece ver brujas trituradas en Hansel y Gretel o brujas bellas en Hermosas criaturas. La primera ha cosechado muy malas críticas y me resisto a ser una víctima de mi cinefilia impenitente y salir frustrado y cabreado. La segunda promete ser una nueva versión de la horrorosa e insoportable Saga de Crepúsculo para adolescentes poco exigentes.
Sí me interesa ver una peli danesa nominada al Oscar a la mejor de habla no inglesa (Un asunto real) pero no la ponen en ningún cine a 30 kilómetros a la redonda.
Vemos la noche del sábado esta joya escondida.
Compré esta peli en un paquete de tres que se vende como de Cine Negro.
No conocía esta producción de los cuarenta pero me alegra haberla descubierto.
Que el cielo la juzgue no es cine negro es un melodrama que termina como un thriller con su juicio y todo.
Toda la narración gira alrededor de una esplendorosa Gene Tierney con una belleza, elegancia y atractivo inconmensurables.
Se podría decir que padece una celotipia y en su afán de posesión de su marido se va deshaciendo primero de su hermano y después de ella misma para encarcelar a su prima que supone amante de su esposo, con un bien trazado plan. Ya sé que acabo de destripar la peli pero necesitaba decirlo. Lo siento.
El guión está perfectamente medido para atrapar al espectador y concentrarlo en la trama.
La fotografía es maravillosa, luminosa.
La Tierney se muestra como una mujer decidida. Me impresiona cuando se declara a un Cornel Wilde fácilmente manipulable.
La actriz Jeanne Crain la primita que consigue ponerla celosa está estupenda y es asombroso el parecido entre las dos actrices.
Recuerdo haber visto esta peli por primera vez una madrugada en los años 70 en la Segunda Cadena. La televisiones privadas hicieron mucho daño al cine.
Cuando solo había dos cadenas públicas se proyectaban grandes películas de cine clásico y los años ochenta fueron una época dorada.
En esos años nacieron mis hijos y vivimos en pequeños pueblos y fui poco a estrenos pero disfrutábamos Elena y yo casi todos los días de una peli interesante.
Luego llegó Tele-Madrid que comenzó poniendo cine clásico en abundancia.
Pero cuando aparecieron las cadenas privadas se empezaron a proyectar (exclusivamente) pelis recientes y todas las televisiones se olvidaron del cine clásico.
Vuelvo a ver muchos años después esta obra colosal del gran David Wark Griffith.
Intolerancia es innovadora en muchos aspectos. Es la primera vez que se cuentan cuatro historias que suceden en tiempos diferentes y que no tienen más que ver sino el exponer la crueldad del hombre contra el hombre.
Estas cuatro partes son: “La caída de Babilonia”, “Vida y pasión de Cristo”, “La matanza de la noche de San Bartolomé” y “La madre y la ley”.
En todas Griffith cuenta una gran historia pero no solo con los grandes personajes sino también con otros más modestos, con personas de la calle.
Comienza con pedazos de historias largos que nos permiten adentrarnos en el tema de cada una, pero conforme avanza la peli va entremezclando más las historias y todas avanzan para llegar a un clímax final que aumenta la tensión del espectador.
Son más de tres horas de gran cine de espectáculo visual impresionante. Los cambios de plano son continuos con un montaje muy moderno.
Los decorados son grandiosos, especialmente las murallas de la ciudad de Babilonia. El número de extras y figurantes llegó a ser de 16.000 simultáneamente. Algunos planos se rodaron en globo.
Se instaló una vía de ferrocarril para mover y abastecer a este ejército de actores y técnicos.
Griffith rodó más de setenta horas de película y la montó en tan solo un mes.
El gasto fue ingente y la peli no obtuvo un éxito suficiente como para compensar ese despilfarro. Esa Babilonia de cartón piedra permaneció durante diez años en un descampado de California hasta que se derrumbó porque no hubo presupuesto para desmontarla.
Otro elemento que me parece innovador es el gore. A parte de la abundante sangre se ven varias decapitaciones y amputaciones bastante verosímiles.
Gran parte de los cartelitos explicativos que van apareciendo a lo largo de la peli sobran porque la trama se sigue perfectamente sin necesidad de más explicaciones.
Me acuesto a las tres y media de la mañana impresionado por lo que he visto.
Os pongo más abajo la peli completa, yo la he visto en DVD.
Esta peli y su visita a Corea para animar a las tropas americanas hicieron de Marilyn Monroe el gran mito erótico del siglo XX.
La Monroe interpreta a una femme fatal que va a arrastrar a su esposo y a su amante al desastre.
En contraposición está la recatada, prudente y perfecta esposa Jean Peters.
Henry Hathaway supo manejar bien ese contrapunto femenino y situar la acción en una ambiente indómito como las cataratas del Niágara que actúan como un personaje más y que representan la imposibilidad de control de una situación que se sale de madre.
Hay un par de largos planos en los que vemos alejarse el culo de Marilyn con ese contoneo tan suyo, que provocaba cortándose dos centímetros uno de los tacones de sus zapatos.
Uno de los aspectos que más me ha llamado la atención es la fotografía. El juego de luces con las persianas es extraordinario. El momento en el que Marilyn va a ser asesinada por su desquiciado (por ella) esposo y se la ve luminosa sobre un fondo rojo es absolutamente maravilloso, se produce un fuera de campo y evitamos ver el homicidio y la cámara nos muestra un plano cenital con el carrillón de ese campanario estéticamente horroroso pero que ocupa un papel importante en la peli.
El maquillaje de la Monroe es excepcional e impresiona verla salir de la ducha perfectamente arreglada o en la cama por la mañana, con un tono artificioso que le da un aspecto de fresca o de guarrona que la hace más atractiva.