Cualquier producción que tenga como centro al gran Tom Hanks es un acierto.
Este axioma se vuelve a cumplir aquí.
Alan Clay (Tom Hanks) se marcha a Arabia Saudí por cuestión de business, intenta vender un sistema holográfico de comunicaciones, estilo Star Wars.
Deja atrás un divorcio y una hija a la que no puede pagar la Universidad.
Del éxito de la operación depende su futuro, su vida.
Mortificado por el remordimiento de haber deslocalizado a China una empresa y haber dejado en el paro a un buen número de trabajadores.
Le recibe un desierto inmenso y desolado y unos contactos de negocios que no ocurren.
Se enfrenta a la burocracia y a unas costumbres diferentes.
A pesar de todo sigue siendo un hombre optimista.
Arabia es presentada como una especie de simulacro de ilusiones.
Se nos da a conocer una ciudad que no existe (solo en la mente del Rey) que va a ser construida por filipinos que carecen de cualquier derecho laboral.
El lujo y el desprecio al sentido común son presentados en una urbe que para 2025 tendrá millón y medio de habitantes (¿¿¿???).
La peli, aunque planteada con un tono ligero, con momentos de comedia, no deja de ser el drama de un personaje en crisis, a veces intensa.
Al final se convierte en una comedia romántica.
Dos divorciados se lían, pero sus culturas son muy diferentes. Menos mal que la atractiva madurita saudí tiene un espíritu muy occidental. En su país se diría que es un poco suelta.
Es interpretada por la británica Sarita Choudhury.
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La peli funciona y Alan Clay termina cayendo bien al espectador, lo que justifica que el final edulcorado nos parezca adecuado.
Se ve con agrado y condescendencia.
Destaco la presencia de Sidse Babett Knudsen, que estoy viendo en la serie danesa Borgen.
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La peli ha sido rodada en Marruecos porque la autoridades saudíes no dieron los permisos.
Las mayores bazas son el estupendo Tom Hanks por un lado y por otro la visita panorámica al país de petróleo y del derroche con dudoso gusto.
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Por cierto el contrato se lo roban los chinos que lo hacen más barato.
Para que una peli funcione lo ideal es contar con un buen guión, unos buenos actores y una buena dirección.
A veces, con todo eso unido puede salir un bodrio. Y lo contrario.
En esto del cine, y del arte en general, no hay fórmulas predeterminadas infalibles.
En El puente de los espías han metido mano en el guión los hermanos Coen y se nota.
La ha dirigido con maestría Spielberg.
La protagonizado el solvente Tom Hanks.
Y el resultado es magnífico.
El puente de los espías tiene ese aire a cine clásico de calidad, con el toque autoral de Spielberg.
Este director ha ido dejando atrás el cine de entretenimiento, que tanto buenos momentos nos ha dado, para cobrar un carácter más personal, más propio.
El abogado de éxito James B. Donovan deja su confortable vida de litigador de seguros para resolver un embolado de padre y muy señor mío.
Es un hombre justo, responsable, que cree en lo que hace. Es el Atticus Finch de los espías.
Lleno de confianza porque sabe que le ampara la razón y la justicia.
La trama comienza como una peli de juicios para transformarse en una peli de espías.
¿Porqué el Señor Donovan se convierte en un gran negociador? Porque detrás de sus argumentos hay un fondo moral una carga de justicia incontestable.
Dentro de la trama hay muchos aspectos notables.
El retrato de ese momento histórico de la creación del Muro de Berlín.
El adiestramiento de esos pilotos norteamericanos para ejercer como espías y las exigencias más allá de lo moral.
Resulta grotesco el trato que recibe el abogado Donoban en Berlín, tanto por parte de los agentes de la CIA como de los soviéticos. Con ese ejercicio de humillación de la persona, posiblemente para hacerlo más vulnerable.
Encomiable la entereza y la dignidad que mantiene el personaje de Tom Hanks en todo momento.
Spielberg no puede evitar adornar la historia con toques de sensiblería que a mí me resultan molestos, pero, lo cierto es que no se excede, sabe controlar esos malos impulsos.
El puente de los espías es una gran peli, posiblemente una de las mejores de este año.
Tal vez le sobren las escenas iniciales y finales en el cementerio en Normandía que son muy de Spielberg. Todos tenemos nuestros defectos.
En Salvar al soldado Ryan hay emoción, realismo, ética de la guerra, la dosis necesaria de patriotismo…
Steven demuestra que es un gran director con dominio absoluto de los recursos narrativos, del montaje y del sonido.
Hacía tiempo que no la veía. La echaba de menos.
Curiosidades y anécdotas:
Steven Spielberg eligió a Matt Damon como Ryan porque quería un actor desconocido con una mirada All-American.
No sabía que Damon iba a ganar un Oscar por El indomable Will Hunting (1997) y convertirse en una estrella de la noche a la mañana antes del estreno de la película.
Los dos soldados “alemanes” que se rinden hablaban checo.
Decían:
– “¡Por favor, no me dispare, no soy alemán, soy checo, Yo no maté a nadie, soy checo!”.
Eran miembros de lo que los alemanes llaman Ost [Este] de los batallones, los hombres hechos prisioneros en los países del este de Europa invadida por Alemania y forzados a luchar con su ejército.
La cámara se mueve durante las explosiones.
Steven Spielberg usó simulacros unidos a la cámara que se activaban cuando era necesario para producir ese efecto.
En la versión alemana doblada de la película, uno de los actores era un veterano alemán de la invasión de Normandía, no pudo realizar su trabajo porque la emoción se lo impidió y hubo de ser reemplazado.
Mel Gibson y Harrison Ford se consideraron para el papel de capitán John Miller, antes que Steven Spielberg se decidiera por Tom Hanks.
Todos los actores principales fueron sometidos a varios días de entrenamiento militar que resultó ser agotador, a excepción de Matt Damon, que se libró, de manera que los otros actores transmitirían ese resentimiento en sus actuaciones.
La película fue bloqueada por la Junta de Censura de la India por demasiada violencia.
El Consejo exigió recortes que Steven Spielberg se negó a hacer y en su lugar, decidió no lanzar la película en la India en absoluto.
Al darse cuenta de la gravedad de la situación, el entonces Ministro del Interior de la India vio la película.
Impresionado, ordenó que fuera exhibida sin cortes.
La escena Omaha Beach cuestó 11 millones de dólares.
Participaron hasta mil extras, muchos de ellos miembros de la Reserva del Ejército irlandés.
De esos extras, treinta eran amputados.
La película más taquillera de 1998 en los Estados Unidos.
También fue la última película de clasificación R que lideró la taquilla hasta El Francotirador (2014).
Muchos veteranos del Día D felicitaron al director Steven Spielberg para la autenticidad de la película, incluyendo al actor James Doohan , más conocido como Scotty de La conquista del espacio (1966).
Doohan perdió el dedo medio de su mano derecha y fue herido en la pierna durante la guerra.
Además, participó en la invasión de Normandía el 6 de junio de 1944, en Juno Beach, donde la tercera división de infantería canadiense lideró el ataque.
Elogió a Spielberg para no olvidar ningún detalle sangriento.
Matt Damon improvisó la historia que cuenta hacia el final de la película sobre su hermano en el granero con la chica fea.
El discurso era incoherente y no particularmente divertido o interesante, pero el equipo decidió que por eso funcionaba.
El Departamento de Asuntos de Veteranos estableció un número especial 800 para ayudar a los cientos de ex soldados que se sintieron traumatizados después de ver la película.
Steven Spielberg redujo la saturación de color de la película en un 60% por razones artísticas.
Los dos principales proveedores estadounidenses de satélite (DirecTV y Dish Newtork) y numerosos proveedores de televisión por cable recibieron muchas quejas de usuarios que protestaban por el color defectuoso, por lo que se vieron obligados a aumentar la saturación del color.
En 2006, Tom Hanks fue exaltado al Salón de la Fama del bosque del ejército de Estados Unidos como miembro honorario, en gran parte gracias a su interpretación del capitán John Miller.
Edward Norton se le ofreció el papel de soldado Ryan, pero lo rechazó para trabajar en American History X (1998) en su lugar.
Dos de las lanchas de desembarco utilizado en las escenas de Omaha Beach se usaron realmente en la Segunda Guerra Mundial.
40 barriles de sangre falsa se utilizaron en la escena de la batalla del inicio.
Los efectos de sonido de disparos que se escuchan en la película fueron grabados de tiros reales con munición auténtica de armas de época.
El papel de Caparzo fue escrito especialmente para un desconocido Vin Diesel después que el director Steven Spielberg vio la peli independiente Strays (1997), de la que era director, guionista y productor.
Solo se permitió llamar a los actores por los nombres de sus personajes.
La batalla de la playa de Omaha fue filmada durante un período de cuatro semanas, sin storyboard previo.
La primera película de DreamWorks que costó más de 100 millones de dólares.
Como Steven Spielberg se negó a cortar las escenas violentas, la película fue prohibida en Malasia.
El historiador militar y autor Stephen Ambrose, en una proyección especial de la película para él, tuvo que pedir que la peli se detuviera durante 20 minutos.
No podía controlar su emoción.
Inspirada en la historia real de los hermanos Niland.
Frederick Niland estaba en el Regimiento de Infantería 501.
Hermanos de sangre (2001), producida por Steven Spielberg y Tom Hanks, contó la historia de otra unidad la 101 Airborne, la Compañía Easy..
Billy Bob Thornton rechazó el papel del sargento Horvath porque él no quería filmar las escenas de la playa de Normandía, debido a una fobia de agua.
Al escritor Robert Rodat se le ocurrió la historia de la película en 1994, cuando vio un monumento dedicado a los cuatro hijos de Agnes Allison de Port Carbon, Pennsylvania.
Los hermanos murieron en la guerra civil americana.
Rodat decidió escribir una historia similar durante la Segunda Guerra Mundial.
El guión fue presentado al productor Mark Gordon , quien luego se lo entregó a Tom Hanks.
Finalmente fue dado a Steven Spielberg, quien decidió dirigirla
Vin Diesel cobró 100.000 dólares por el papel de Caparzo, cuando todavía era un actor muy poco conocido.
La intervención de Industrial Light & Magic se minimizó significativamente a fin que no pareciera una película de efectos especiales.
La contribución de ILM, sin embargo, fue sutil pero muy necesaria ya que la mayoría de los impactos de bala en el ataque Omaha Beach fueron creados digitalmente.
El asedio en el pueblo de Ramelle fue filmado en un conjunto creado en un campo de aviación en desuso en Hatfield, Inglaterra.
El puente tan valientemente defendido, en realidad atraviesa un profundo canal de tres pies creado para la película.
Para lograr un “look” único para la película, el director de fotografía Janusz Kaminski ajustó el obturador película de 90 grados para crear imágenes más nítidas, más realistas.
Tom Sizemore rechazó un papel en La Línea delgada roja (1998) de Terrence Malick, para aparecer en esta película.
Los dos tanques Tiger alemanes en la película eran de hecho rusos T-34, tanques modificados para parecerse lo más posibles a los tanques Tiger.
El rodaje cambió desde el Reino Unido a Irlanda después de que el Ministerio de Defensa británico se negara a proporcionar el número de soldados que se pidieron para actuar como extras en la película.
Las Fuerzas de Defensa de Irlanda suministraron 2.500 hombres procedentes de una mezcla de unidades de las FCA (Reserva del Ejército) y Slua Muiri (Navy).
Steven Spielberg afirmó que considera a la película como un regalo a su anciano padre, un veterano de la Segunda Guerra Mundial.
El ex presidente de Estados Unidos George W. Bushs la considera su película favorita.
Una de las últimas películas que se editó en laserdisc en noviembre de 1999.
Laserdiscs dejó de ser fabricado a finales de ese año.
La técnico de sonido foley, Jana Vance se lesionó tres costillas mientras cargaba equipo pesado y botas militares para los efectos de sonido de una escena.
Éste es el último largometraje de Steven Spielberg del siglo XX.
La película contiene cuatro actores convertidos posteriormente en directores en el reparto: Tom Hanks, Edward Burns, Adam Goldberg y Vin Diesel.
Esta película fue una coproducción de DreamWorks y Paramount Pictures.
DreamWorks la distribuyó en América del Norte y Paramount realizó el lanzamiento internacional.
Fue estrenada el mismo año que La delgada línea roja.
Premios:
1998: 5 Oscars: Director, fotografía, montaje, sonido, efectos sonoros. 11 nom. Increíblemente el Oscar a la mejor peli se lo llevó Shakespeare in love.
1998: 2 Globos de Oro: Mejor película: Drama, director. 5 nominaciones.
Por un lado el triste relato de la niñaGinty, sin el más mínimo interés. La podemos ver todos los sábados y domingos por la tarde en los telefilmes de Antena 3.
Y por otro cómo Walt Disney convenció a la escritora de Mary Poppins para que cediera los derechos para hacer la famosa peli que se inspiraba en su infancia.
Cuando cumplía 6 años se estrenaba. No recuerdo cuando la vi por primera vez, pero me acompañó durante mi niñez. Nunca me gustó el personaje perpetrado por Julie Andrews, me ha resultado siempre insoportable. Una persona engreída, que se cree perfecta, incapaz de transmitir emociones. La androginia de esta actriz siempre me ha molestado. Nunca he podido comprender cómo el Captain Von Trapp se enamora de ella en la inefable Sonrisas y lágrimas. ¿Pero qué le vió?
Ya sé que todo lo que digo es muy heterodoxo. Mary Poppins está considerada un clásico y tal vez lo sea, pero yo no la soporto.
La Disney es la productora de la peli y su fundador es presentado como paciente y agradable, cuando al parecer no era ni lo uno ni lo otro.
La señorita P.L. Travers es impertinente e insoportable pero con buen fondo, aunque haya que escarbar mucho para encontrarlo. Este personaje me irrita profundamente.
La peli es una sucesión de rabietas de esta señorita, que afortunadamente permaneció soltera, afortunadamente para los posibles maridos.
Entre medio de los cabreos vamos viendo su triste infancia. El conjunto resulta tan ñoño, tan blandito como un dónut recién salido del horno. Y tan reiterativo como una caja de 12 de las rosquillas que tanto gustan a Homer Simpson. Como para coger un empacho.
La peli se esfuerza machacanonamente en emocionar y no lo consigue, aunque observé que al final alguna espectadora tuvo que sacar el pañuelo.
Podría decir que tanto Emma Thompson, como Tom Hanks lo hacen fenomenal, pero se da por sabido.
Una peli solo útil para nostálgicos de la institutriz que viaja en paraguas y es doña perfecta.
Paul Greengrass rueda eficazmente este thriller de piratas del siglo XXI. Iba a empezar diciendo con buen pulso, pero no. Me ha resultado especialmente molesto el continuo movimiento de la cámara y la insistencia en los primeros planos pegados al cogote o la nariz de los actores. Esta forma de rodar es, tal vez, lo único detestable.
La peli está llena de energía, de tensión, no da respiro al espectador.
El personaje de Captain Richard Phillips está muy bien construido. Es un buen profesional y actúa inteligentemente. Pero no es un héroe. Tiene miedo e intenta superarlo. Su astucia es fundamental.
Los piratas de nuestro tiempo han perdido el halo de aventureros que tenían en la edad dorada de Hollywood. Arrastrados por las circunstancias son violentos, desalmados y pordioseros. Son reales e infunden terror.
Barkhad Abdi interpretando al pirata Muse consigue mantener el tipo y dar la réplica al inconmensurable Tom Hanks.
Greengrass evitó que piratas y marineros se conocieran antes de la primera escena para aumentar la tensión entre ellos.
Hanks a lo largo de su dilatada carrera ha sabido encarnar al americano bueno y honrado pero siempre lo ha hecho con oficio. Ganador de dos Oscar y de cuatro Globos de Oro. Es seguro que será nominado y muy probable que sea premiado (merecidamente).
Tal vez al final del metraje, cuando se observa el descomunal despliegue de medios de la marina estadounidense, caiga en el estereotipo de americanada pero sin perder emoción en los personajes.
En definitiva: buen cine con un resultado brillante.