El año pasado dejó el listón muy alto con Blue Jasmine. Difícil de igualar.
Comenzaré diciendo lo que ya han afirmado todos los que la han visto y comentado, se trata de una comedia ligera.
Es una comedia romántica en la que se tocan temas recurrentes en la filmografía de Allen. La magia, la trascendencia, el amor, la envidia…
También se ha dicho que es una peli bonita. Con una fotografía pastel. Con un cierto aire de cuadro impresionista. Con un bello vestuario.
El gran acierto de la peli es la presencia de una Emma Stone, absolutamente radiante que a pesar de un delgadez y de ser una chica corriente, enamora a la cámara y resulta extraordinariamente atractiva.
Colin Firth interpreta al típico británico arrogante que se vanagloria de su inteligencia y resulta ser un tonto que se enamora y se come un timo como una casa con patatas.
Magia a la luz de la luna es una peli deliciosa como un bombón, pero olvidable como una chocolatina.
Aunque me ha servido para elevar a Emma Stone al Olimpo de mis actrices preferidas.
Peli australiana en tono de drama (¿épico?) que habla de la tortura, la venganza y la reconciliación.
Adolece de graves defectos. Me parecen innecesarias las escenas de torturas, demasiado violentas y explícitas para una persona tan sensible como yo. Además, generalmente es peor lo que uno supone, gracias a la elipsis, que lo que se ve.
La historia de amor otoñal entre Colin Firth y Nicole Kidman con sus problemas posteriores está mal explicada y resulta poco creíble.
La tortura denigra al que la padece , pero mucho más al que la realiza.
Hay un interés desmesurado, que resulta molesto, en resaltar que está basada en hechos reales.
El final con un aire de folletón de telefilm me resultó especialmente penoso.
Tuve la suerte de compartir sala con mis amigos de Azuqueca, Laura y Pablo. Comentamos sobre la peli, brevemente, al final.
Coincidíamos que Nicole Kidman era una gran actriz. Está mejor desde que le ha desaparecido el efecto bótox, que le hizo perder expresividad.
Los académicos que deciden los oscars han elegido esta peli como la mejor. Era previsible que esta historia de superación personal, cuestión tan apreciada por los académicos, fuera la ganadora.
Me había resistido a verla pero al ganar el oscar me tiré a la piscina.
Mi amigo y jefe Jorge me había dicho que visto el trailer, vista la peli. Otra amiga me había dicho que era maravillosa.
Pues efectivamente la historia es justo lo que se espera (como era de suponer el jefe siempre tiene la razón). Un individuo con un defecto en el habla que gracias a la ayuda de un logopeda excéntrico consigue dar el discurso de su vida.
El sujeto con problemas de dicción es el Rey Jorge VI, lo cual parece dar un tono de grandeza al asunto.
Todo en El discurso del rey es predecible, desde el primer cuarto de hora sabes lo que va a pasar y como va a terminar. Eso sí todo muy british: magníficos actores, buena ambientación, realización académica, estupendo vestuario… Pero cero de emoción.
Este año había diez películas nominadas. He visto unas cuantas.
127 horas en mi opinión no es película para oscar su nivel no es suficiente.
La red social es una peli magnífica con mucho humor, pero los académicos jamás premian una comedia.
Origen es una peli interesante y que hace pensar, no es redonda pero mejor y más divertida que la ganadora.
Toy Story 3 es una obra colosal con un nivel más que de sobra para optar a los oscars y tal vez la mejor, pero dar el oscar a una peli de dibujos: imposible.
Valor de ley es una obra maestra, tal vez la mejor peli de los Coen y la menos personal, junto con la Red social, la preferida por mí.
Dar el premio a Winter´s Bone es impensable, dar el oscar a una peli de tan bajo presupuesto significaría menospreciar a las grandes productoras y los académicos prefieren ningunear a esta obra maestra que también se merece lo mejor.
Respecto a la tan ponderada actuación de Colin Firth quiero decir que la interpretación de Javier Bardem en Biutiful es un millón de veces mejor, más profunda y más lucida. Bardem es un tío que tal vez no me caiga bien como persona pero debo reconocer que es un actor absolutamente impresionante y se merecía el oscar de calle.
Geoffrey Rush está como siempre bien, tal vez mejor que Firth.
Esta peli, a pesar de lo dicho, tiene aspectos interesantes que me gustaría comentar. Tal vez sin pretenderlo El discurso del rey introduce una reflexión sobre esa institución milenaria llamada monarquía.
Nadie en su sano juicio puede negar que heredar la jefatura del estado de un país es una cuestión absurda y peligrosa.
En esta peli el hermano mayor de Jorge VI incumple todas las normas no escritas que debe cumplir un heredero a la corona: es juerguista y se casa con una divorciada (tal vez os suene cercano) y por eso abdica en su hermano.
Jorge V, padre del protagonista de esta peli, le dice que con la radio el trabajo del rey es sobre todo el de actor y claro un rey con problemas del habla lo tiene mal.
En España es difícil hablar de este tema. Aquí se puede hablar de todo, poner a parir a todo Cristo pero ojo si dices algo de la monarquía que terminas al menos delante de un juez o en la carcel. Por eso seré prudente y solo insinuaré.
Entre Jorge VI y cierto monarca del sur de Europa hay muchas similitudes. Los dos ocuparon la corona después que el legítimo heredero abdicara. Los dos tenían una esposa con carácter, con mucho carácter. Los dos tuvieron hijas rellenitas. Los dos eran aficionados a la bebida o más bien forofos. Los dos tenían problemas de dicción. Los dos pronunciaron un discurso que les hicieron populares. Muchas coincidencias.
Hace unos cuantos años vi “El retrato de Dorian Grey” de 1945 en “Qué grande es el cine” y la película me impresionó. La recuerdo turbadora y vibrante. Se obviaban las malvadas hazañas del protagonista en una elegante elipsis que hacía pensar en grandes atrocidades. Esta versión estaba rodada en un maravillos blanco y negro con solo unas imágenes en color que eran del famoso retrato. En esta película se encargó el cuadro a un pintor conocido por sus cuadros realistas pero en los que reflejaba la decadencia y la degradación moral. El artista era Lorraine Albright que falleció en 1983. La película obtuvo un Oscar por su magnífica fotografía.
Por cierto, cuanto echo de menos ese magnífico programa dirigido por José Luis Garci que nos enseñaba tanto de cine. El error de cancelar ese programa fue mayúsculo. Sigo pensando que un programa así tiene cabida en la programación de la tele pública, espero que algún día regrese.
Con todo lo dicho esperaba poco de esta nueva versión, aunque había oído algún comentario elogioso.
Dorian Gray es un pipiolo que se deja malaconsejar por un amigo de mayor edad y experiencia, pero, como a veces sucede, el discípulo termina superando a su maestro.
La peli está bien ambientada en ese Londres de finales del siglo XIX con calles tenebrosas y peligrosas que contrastan con las reuniones de la alta sociedad.
El protagonista es Ben Barnes (El Príncipe Caspian) que resulta un poco soseras. Por él no pasan los años pero por sus amigos aristócratas pasa demasiado maquillaje, que me resultó grotesco.
En esta versión si se explicitan las maldades de Dorian. Es inquietante que se meta en el mismo saco de la depravación, el placer sexual (hetero y homo) y el asesinato de un amigo.
Hay una frase en la peli que me parece muy acertada: “No es lo mismo el placer que la felicidad”.
El retrato que iba acumulando las marcas de la depravación de su modelo resulta al final un poco Freddy Krueger y la verdad es que da un poco de miedo.
En resumen: la peli se deja ver pero no admite comparaciones con la de 1945.