De la Iglesia ha cogido la idea y la elevado hasta el infinito y más allá.
Como buen bilbaíno al director de La Comunidad le gusta hacer las cosas a lo grande.
Hay que reconocer que rueda magníficamente las escenas de acción. Con tan solo 4 millones de euros de presupuesto alcanza resultados de máxima espectacularidad.
Durante todo el metraje se pueden encontrar elementos valiosos. Diálogos chispeantes, ideas geniales o, al menos, originales… Se nota la mano de su coguionista habitual Jorge Guerricaechevarría.
Hay mucho humor, mucha acción y algo de terror. Lo que más miedo me dio fue ver a José Luis Moreno en la tele del bar de Zugarramurdi.
La historia es devorada por el propio exceso. La hipérbole es tan desmedida que puede resultar indigerible.
La Venus de Willendorf mastodóntica en esa cueva es el colmo del despropósito.
Para soportar esta bacanal de sinsentidos hay que dejarse arrastrar por el juego, dejarse llevar. La reflexión ha de quedar desplazada por la imagen, si no puedes acabar ingresado en un box de urgencias psiquiátricas.
Estoy en muchas cuestiones con las tesis de la peli: Dios es mujer. Los hombres son tontos. Las mujeres son unas brujas…
Los actores todos muy bien. Carolina Bang impresionante (quiero una). Mario Casas cada vez me parece mejor actor.
Las señoras de Bilbao (Santiago Segura y Carlos Areces) muy graciosas. Es curioso que al verlos identificamos de inmediato a los actores pero eso no impide que nos abstraigamos y percibamos a los personajes.
Me viene a la cabeza un viejo chiste.
– ¿Qué harían las mujeres si los hombres desaparecieran de la faz de la tierra?
La historia del como se hizo esta peli da para hacer una nueva. Es todo bastante complicado pero intentaré resumirlo. Es divertido.
Una semana antes de acabar el rodaje de La mula Michael Radford, director y co-productor, abandona el rodaje, no se ha explicado muy bien pero parece ser que por desavenencias con la productora Alejandra Frade.
Se encarga de terminar la filmación Sebastien Grousset un publicista francés. Se intentó mantener en secreto este nombre, incluso con una cláusula de confidencialidad a los actores, pero ha terminado transcendiendo.
Parece ser que Michael Radford se llevó parte de la película filmada. En el 2010 esta peli se realizó no en digital sino en película clásica.
Alejandra Frade intenta estrenar la película y se encuentra con dos graves inconvenientes. Por un lado los productores británicos e irlandeses de Radford, con un lío legal de muy padre y señor mío. Intervienen tribunales ingleses y españoles.
No se consiguieron todos los negativos de la peli que se llevó Radford pero sí se disponía de los “dailies” de rodaje. Los dailies son grabaciones en vídeo que se realizan durante la filmación de la peli que se hacen con el mismo enfoque y posición que la cámara de la película. Se puede ver en el combo para comprobar que el plano es correcto, que no se ven cables ni micrófonos, que el racor está bien, etc… Lógicamente la calidad es mucho peor que la grabación en film. Ahora este problema se ha solucionado con la realización en digital.
Cuando se ve esta peli se observa que hay secuencias con una muy buena calidad y otras con desenfoque y abundante grano. Para justificar esto la productora ha enviado una carta a todos los cines diciendo que está rodada como una técnica documental, con iluminación antigua, buscando un look retro… El escrito está disponible en la red. Pero la realidad ya la he explicado.
Ahora, por fin, comienzo a hablar de la peli.
La mula es una historia en la Guerra Civil Española en tono de comedia.
Juan Eslava Galán es coguionista y autor del libro en el que se basa la peli, novela la historia de su padre durante los tres últimos meses de la Guerra Civil.
Juan es un acemilero que tiene la esperanza que cuando acabe la guerra tendrá un futuro mejor, gracias a Valentina, una preciosa mula que ha encontrado y escondido y a Conchi, una chica con la que festeja.
La peli se ve con gusto, la comicidad está bien conseguida porque nace de la realidad, una especie de humor costumbrista muy bien llevado, no hay esperpento, ni sátira.
Todos los personajes están bastante bien constituidos. No es, para nada, maniqueísta y refleja una cruda realidad de manera coloquial y sencilla.
Las interpretaciones están muy conseguidas. Destaca Mario Casas que demuestra ser un buen actor y no solo una cara bonita. Resulta conmovedor y demoledor comprobar que todas sus esperanzas se ven truncadas, tal vez como la de la mayoría de los españoles que tuvieron que pasar muchos años de penuria.
Especialmente agradecido es el personaje de Doña Concepción, la madre suspicaz de Conchi, interpretado por una magnífica Maite Sandoval.
En España siempre hemos disfrutado de unos estupendos actores y aquí se vuelve a demostrar.
No es la primera vez que de un desastre durante el rodaje y la post-producción surge una buena peli.
Porque La mula emociona, entretiene, hace reflexionar y llega al corazón.
La selección de esta película para ser nominada a los Oscars y su re-estreno me han animado a verla.
Mi amigo Koldo me habló bien de ella y ha obtenido numerosos premios en festivales.
Grupo 7 es un thriller policial en toda la reglas y cumple las normas del género pero su ambientación en la Sevilla pre-Exposición Universal la hacen especial.
Está rodada con eficacia. Las escenas de acción y las persecuciones son impecables. Los policías son seres humanos con sentimientos, con ira, trasgreden continuamente la ley pero son simpáticos y les gusta salir en televisión. Son personas, tal vez malas personas.
Todo en Grupo 7 respira realidad y nos muestra el paisaje y el paisanaje cutre de la Sevilla menos glamurosa.
La fotografía y el estilo me recordó a la magnífica Un Profeta, película francesa que ya comentamos en su momento.
Esta peli relata la actividad sexual y toxicológica de un grupo de jóvenes.
Decir que esta peli es basura sería elevarla a una categoría que no tiene. En la basura se puede encontrar algo de interés en esta peli nada.
El guión es pésimo, para esto no hacían falta tres guionistas.
Los personajes están desdibujados solo salen drogándose y teniendo relaciones sexuales. No nos explican nada de ellos, ni a que se dedican, si estudian o trabajan, ni si son de buena familia. Solo folleteo y drogas.
La realización pretende ser efectista pero es tediosa y sin interés, totalmente aburrida.
Los autores de esta aberración meten en el mismo saco las relaciones sexuales y las drogas en un mensaje que resulta claramente reaccionario.
Al parecer los jóvenes actores son famosos por su intervención en series de televisión, yo solo conocía al chico de los Serrano en un papel penoso.
Heroicamente Elena y yo llegamos a verla entera pero con una penosa sensación de tiempo miserablemente perdido.
Parece increíble que González Sinde, la guionista de la estupenda la Buena Estrella en 1997, haya podido perpetrar este guión en 2008.
Aunque pensándolo bien, una ministra de Cultura que antes que apoyar la divulgación cultural defiende los intereses de un grupo de presión como la SGAE, es capaz de cualquier cosa.