Es la primera película de Joe Cornish como director, de la que también es autor del argumento. Había hecho anteriormente algún guión y había sido actor ocasional.
Os voy a contar algo del desarrollo de la peli: Unos extraterrestres comienzan a invadir la tierra en un barrio londinense no muy recomendable (primer error). Se enfrentan con unos delincuentes juveniles (segundo error). Asaltan un edificio de pisos que llaman el Bloque (tercer grave error).
Attack the Block mezcla hábilmente varios géneros: la ciencia ficción, la comedia, la acción, cine negro, con unos pequeños toques de cine social y una pizca de gore.
Los extraterrestres son más alimañas salvajes que seres super-inteligentes como nos tienen acostumbrados últimamente.
El conjunto es entretenido pero no es para echar cohetes, a diferencia de lo que sucede en la peli.
Aunque he visto casi todas las pelis del maestro Billy Wilder creo que ésta me faltaba, en cualquier caso no recordaba nada de ella.
Sabrina es una comedia romántica pero con el toque Wilder: diálogos ingeniosos, mucho sentido del humor, mucha mala leche y diversión.
Humphrey Bogart aceptó a regañadientes interpretar esta película. Quería que la protagonista femenina fuera su esposa, Lauren Bacall pero Wilder prefería a Audrey Hepburn que daba mejor con el papel de niña transformada en princesa y se ajustaba más a la edad del personaje.
Humphrey no se veía en el personaje de hombre de negocios serio y formal, cuando estaba acostumbrado a interpretar personajes atormentados y más marginales. El estilo de dirección de Wilder tampoco le gustaba que guiaba siempre con mano firme a sus actores y tenía claro lo que quería. Y además le sacaba más de treinta años a Sabrina.
Bogart hizo todo lo posible para que el rodaje fuera un infierno. Despreciaba continuamente a Audrey. Sus relaciones con Wilder eran penosas, le insultaba y amenazaba contínuamente. Incluso llegó a llamarle “asqueroso nazi”. Billy era judío y austriaco y tuvo que abandonar su patria al ser perseguido por los nazis, su propia madre falleció en Auschwitz. Por todo ello esas palabras fueron especialmente ofensivas. Lo cierto es que Bogart desconocía estos hechos y cuando los supo se disculpó públicamente. Además este actor tenía establecido por contrato que su jornada de trabajo terminaba a las seis de la tarde, hora en la que empezaba a beber, esto sucedía pasara lo que pasara. Él interrumpía el rodaje y bebía sin conocimiento hasta embriagarse. Lo cierto es que por las mañanas acudía puntual al trabajo y no se le notaban las resacas.
Wilder mantuvo hasta el último momento en secreto quien de los dos hermanos se quedaba con Sabrina, lo que crispaba a Bogart y además le preocupaba ya que deseaba un final favorable para él.
Audrey Hepburn está maravillosa e interpreta convincentemente su papel transformándose de oruga en mariposa.
El tono de la película tiene un aire de cuento y de hecho comienza con un érase una vez.
Bogart está inconmensurable y llena la pantalla cada vez que aparece dando un toque de distinción y de calidad a la película que gana con su presencia.
Todos los secundarios están estupendos. Destaco al padre de los Larrabee (Walter Hampden) y por supuesto a William Holden.
El rodaje fue muy difícil pero el resultado es magnífico.
Como estoy leyendo una biografía de Audrey Hepburn me interesa rever todas sus películas.
Elena me comentó que quería ver esta peli y a mí me vino de perlas y se la regalé.
Qué mejor manera de empezar el año que viendo esta peli la tarde de año nuevo.
Su duración es de 200 minutos. A mí las pelis largas siempre me han gustado. Es como si no me saciara de cine.
Vidor combina la historia de unas familias aristocráticas rusas, cuyas vidas se entrecruzan, con la Campaña de Napoleón en Rusia. Es una mezcla que se la debemos al gran Tolstoi pero que Vidor sabe dar vida en el cine.
La década de los cincuenta era una época en la que el cine se concebía como gran espectáculo, en la que un estreno era un acontecimiento mundial. Ahora también ocurre esto. La diferencia es que en estos tiempos actuales el acontecimiento es el estreno de Amanecer o esa de Tom Cruise subiendo las paredes de un rascacielos en lugar de subir en ascensor como todo el mundo.
Volviendo a Guerra y Paz. Las escenas de guerra son impresionantes con grandes masas de soldados en un inmenso campo de batalla. Con una carga de caballería desbordante de emoción. Tal vez dando una visión un poco distante de la batalla.
La película fue producida por el megalomaniaco Dino de Laurentis y rodada en Italia. Se realizaron miles de uniformes de cada ejército con gran fidelidad a los de la época. Los extras (varias decenas de miles) eran soldados que el ejército italiano cedió para la producción. En aquella época no había ordenadores.
En Cinecittà se recreó con gran detalle la ciudad de Moscú que luego fue incendiada de verdad.
Os cuento estos detalles de la producción porque el conocerlos hace que la admiración por la película gane.
La peli fue rodada en su mayor parte en verano, lo que hacía que los actores soportaran temperaturas de más de 40 grados y además en muchos casos con ropa de invierno. Audrey Hepburn, que entonces empezaba a ser una gran estrella, aguantó con profesionalidad todas las adversidades de un rodaje que se prolongó durante meses, a lo que contribuyó el perfeccionismo casi obsesivo de Vidor.
En mi opinión la peli pierde fuelle cuando relata las relaciones y los amoríos de Natasha Rostova, una muchacha vital pero enamoradiza. Llama la atención como su aspecto juvenil al comienzo, va madurando y adquiriendo un aspecto de más mujer.
La Hepburn está impresionante, en cambio, el entonces su esposo, Mel Ferrer está poco convincente y se muere fatal.
Que buenos actores el joven Vittorio Gassman y el ya veterano Barry Jones haciendo de padre alegre y vividor de Natasha.
Guerra y Paz es una gran película pero no una excelente película. Su visión es imprescindible para cualquier cinéfilo de pro. Forma parte de la historia del cine.
Pasamos una tarde estupenda. Inmejorable compañía y una peli interesante.
La tarde de nochevieja acudí solo (como de costumbre) a ver The Artist. En la sala solo habíamos dos personas, la otra era un joven con aspecto de indignado.
Estaba preocupado, las últimas películas que la crítica había aclamado a mí no me habían gustado, hablo de la pretenciosa Melancolía y de la aburrida El topo. Discrepar con la crítica siembra en mi espíritu la duda si no entenderé de cine, cuestión por otra parte bastante probable. Nunca me ha gustado que las opiniones de otros me influyan.
Me sorprendió el respeto al estilo del cine mudo. Los cartelitos, los créditos, el formato de pantalla, la gesticulación excesiva de los actores. En cambio la cámara se movía y fotografiaba con aire expresionista con planos potentes. La música sobre todo al principio me resultaba cargantica, aunque luego fue mejorando. El aire de folletón. El argumento ya visto en grandes obras maestras como la citada Cantando bajo la lluvia o el Crepúsculo de los dioses.
Y a pesar de todo la peli me entusiasmó, me divirtió, me emocionó. Salí del cine con la impresión de estar ante un gran ejercicio de estilo y una obra maestra.
Hay escenas brillantes. Momentos emotivos. El conjunto es soberbio.
La actriz Bérénice Bejo es un gran descubrimiento está absolutamente maravillosa, me pareció perfecta-perfecta.
Jean Dujardin cuyo personaje se apellida casualmente Valentin realiza una interpretación conmovedora.
El cine dentro del cine ha dado grandes películas, antiguas y recientes como la extraordinaria También la lluvia. Esta The Artist será una de las que pasarán a la historia del cine.
Me olvidaba. El número musical final es extraordinario. Un perfecto colofón.
Después de negociar por sms, wasap y móvil decidimos ir a ver esta peli la tarde de Nochebuena. Había partidarios de Inmortales y otros de Noche de fin de año. Pero algunos no querían ver superhéroes griegos en minifalda y otros no querían ver a mi adorada Sara Jessica Parker.
Al final mis sobrinos o se perdieron con el coche o no entendieron bien la hora y el cine y no llegaron ninguno.
Entré al cine ilusionado con Marta y Rubén.
La comida previa había sido magnífica en el Chicago, pequeño bar de copas/restaurante donde un plato combinado se convierte en un menú de lujo suculento, sabroso y abundante.
El Topo se desarrolla de manera lenta y pausada. Marta se durmió en pocos minutos. Rubén aguantaba el tipo. Yo luchaba con todas mis fuerzas para mantenerme despierto pero no podía evitar dar cabezadas.
A partir de la mitad de la proyección conseguí estar en estado de vigilia pero con un esfuerzo titánico y le fui cogiendo el tranquillo a la peli.
Los espías no son superhéroes son burócratas que redactan informes y desconfían de todo y de todos. En espionaje no hay mejor táctica que hacer creer que todo lo que se dice lo saben los otros o todo lo que se sabe es mentira. No hay nada peor que la desconfianza. Pues de eso va esta peli.
Gary Oldman es el gran protagonista de la peli. Un hombre gris, cornudo y poco comunicativo. Gary nos ha tenido acostumbrados a excesos gestuales pero aquí se muestra contenido, tal vez demasiado.
El desarrollo es tan lento que resulta tedioso. En los últimos treinta minutos mejora el ritmo pero eso no equilibra el resultado final. Además hay cuestiones en el guión a las que no encuentro explicación lo que me generó cierta intraquilidad. ¿Me habré perdido momentos cruciales por el sueño intermitente?
Cuando terminó la peli, Marta estaba dolorida por la mala posición. Rubén preguntaba: ¿de qué iba todo esto?
Yo también me hacía preguntas. ¿Se estaban partiendo de risa mis sobrinos por haberme arrastrado a esta película? ¿Es posible que Inmortales fuera peor? ¿Cuando podré ver a Sara Jessica en Noche de fin de año? ¿Porqué Peter Guillian acudió a París siguiendo las instrucciones de George Smiley?