Es triste ver como una gran actriz como Hilary Swank se mete en esta penosa producción.
La peli carece del más mínimo interés. Se centra en dos personajes: la víctima y el acosador-pervertido, sin que aparezcan secundarios para enriquecer la trama.
El comienzo puede se prometedor pero conforme se avanza todo es tedio, sin el más mínimo interés, ni el menor atisbo de originalidad.
El director, un tal Antti Jokinen, dedicado hasta ahora a la tele y al baloncesto, está realizando otra peli. A mí me suena a amenaza.
En este caso la víctima perfecta ha sido un servidor que se ha tragado este bodrio.
Después de varias semanas desde su estreno acudo a ver la última de Almodóvar. Ya estaba quedando mal. Disculpa, Pedro.
Contar una peli de Almodóvar resulta imposible porque sus tramas son siempre retorcidas y complejas. Que es un gran director nadie lo puede poner en tela de juicio. Además ha sabido dar a su filmografía un toque personal y único. Cuando ves unos pocos segundos de cualquiera de sus pelis, sabes identificar su autoría sin ningún problema.
Eso es tal vez lo que menos me gusta de esta La piel que habito, la ausencia de humor, salvo una escena en la que intervienen su hermano y su sobrino.
Siempre ha sabido hacer del pecado virtud, consiguiendo que personajes (teóricamente) malvados te caigan simpáticos.
Almodóvar se sabe rodear de los mejores. La fotografía de José Luis Alcaine es impresionante con una nitidez y una perfección técnicas absolutas.
La música de Alberto Iglesias es hipnótica, ideal para sumergirse en la trama.
La dirección del gran Almodóbar es tan personal y tan atrayente que resulta apabullante.
Banderas ha perdido esa frescura que tenía en Átame pero es un actor eficaz. Elena Anaya se come la cámara y su actuación es impresionante, a pesar que su papel es imposible.
He leído críticas muy malas de esta peli. Discrepo profundamente.
Almodóvar es grande, muy grande y ésta es, una vez más, una magnífica película.
Un amigo me definía como almodovariano. Y creo que más bien soy almodovarófilo.
Insidious es una pequeña producción con un presupuesto de risa que ha tenido un relativo éxito de público y un espectacular rendimiento económico. Se han unido dos fenómenos de lo comercial-rentable. Por un lado James Wan director de Saw y por otro Oren Peli aquí productor y en Paranormal Activity director y guionista.
Para que les vayamos cogiendo cariño Wan nos relata primero la vida de una familia para después contarnos que el niño se queda en coma y comienzan los fenómenos extraños.
La peli está bien realizada, resulta turbadora y cumple con su misión de entretener y dar algún sustillo, sin pretensiones pero con eficacia.
Tal vez se parezca demasiado a Poltergeist y ese sea su mayor defecto, que no es original. Todo suena un poco a visto.
Los colores de la montaña nos cuenta, desde la perspectiva de unos niños, la dura vida de los campesinos colombianos metidos en un lío que no veas entre la guerrilla, los paramilitares y el ejército.
Es magnífico el argumento que se basa en una especie de paradigma de la situación: Una pelota (objeto muy preciado entre estos escolares) cae en un campo minado.
Algunos personajes son estupendos como ese niño albino y gafotas que llaman Pocaluz.
Está bien contada la historia, manteniendo la atención de forma permanente, con momentos que emocionan.
Impresionante debut de Carlos César Arbeláez guionista y director de este peliculón.
Jean-Pierre Jeunet siempre es capaz de crear universos alternativos como hizo en su obra más conocida, esa maravilla que es Amelie.
En Micmacs casi lo de menos es la historia, lo importante, lo atractivo, es el ambiente alambicado, colorista y barroco (¿o tal vez gótico?) donde se desarrolla el argumento, una mezcla de comedia y thriller.
Su protagonista es el actor francés Dany Boon que en esta ocasión está especialmente acertado.
Pero en ocasiones la peli pierde fuelle porque las continuas gracietas impiden seguir un desarrollo regular de la trama, que por otro lado no es nada convincente.