Durante la proyección de la peli no salía de mi asombro.
¿Qué era aquello?
¿Quién podía responsabilizarse de tal desaguisado?
¿Cómo alguien había invertido dinero en esto?
Cuando salía de la sala me encuentro con mi amigo Jesús Hernando que me pregunta qué tal.
Le respondo:
– Tendré que mirar en el diccionario para encontrar el calificativo justo. Ahora soy incapaz.
Mejor… solteras es una sucesión de escenas inconexas, sin una línea argumental clara, con situaciones repetidas que no hacen avanzar la trama, que titubea entre el ridículo y la estafa directa al espectador.
No sé cual es el objetivo de la peli, pero creo que es poner mi paciencia a prueba, a ver cómo reacciono ante una provocación continua a mi (limitado) intelecto.
Un espectador se salió de la sala a los 80 minutos. ¡Qué envidia padecí!
La liberación que sintió debió de ser orgásmica.
Yo aguanté hasta el final porque soy un profesional.
En resumidas cuentas la peli es abominable, aborrecible, detestable, odiosa, repudiable, repugnante, repulsiva, despreciable, deleznable, atroz, execrable, vituperable, condenable, deplorable, censurable, incalificable, intolerable…
Y posiblemente me quede corto.
Destacar que su protagonista Dakota Johnson, también ocupó el papel principal en la considerada peor peli de 2015, Cincuenta sombras de Grey.
La peli cuenta la investigación y heroica cruzada que un forense entabla para dar a conocer los daños cerebrales que ocasiona el futbol americano.
Su protagonista es el inefable Will Smith.
Peli compuesta a mayor gloria de su protagonista.
Es retratado como místico, responsable, trabajador, desprendido, generoso, perseverante, entregado, elegante, humano, con un motón de masters y cursos, pero sobre todo quiere ser un buen americano.
Parece que asociar un deporte donde se dan cabezazos continuamente y mamporros por doquier con daño cerebral es algo obvio.
Desde hace muchos años se conoce la Demencia pugilística.
Pues la peli se obstina en presentarnos a este doctor nigeriano como el más listo y luchador del mundo, sin que haya la más mínima sombra en sus intenciones.
La peli trata al espectador como retrasadico. Reincide en el mensaje una y otra vez y subraya hasta el hastío los sentimientos que el espectador debe padecer con una música declaradamente adecuada y unas imágenes que se mueven entre lo empalagoso y lo ridículo.
Por supuesto tiene final feliz. Al héroe le dan la nacionalidad americana y termina ganando la batalla ante la poderosa y malvada NFL. El “sueño americano” una vez más cumplido.
Todo se mueve entre lo repulsivo y lo ñoño, pero lo que más me ha llamado la atención ha sido la cara de “estoy estreñido” que pone Will Smith.
Aunque también opta por otras expresiones que van desde “como me molestan las hemorroides” a “esto va a ser una fisura anal“.
No quiero ser despiadado con el famoso actor amigo de Pablo Motos, tal vez lo que pretendiera era cara de “voy a ponerme profundo a ver si me dan el Oscar“.
En cualquier caso le aconsejo una dieta rica en fibra y el uso de un buen laxante.
Mis amigos David y Adolfo que me acompañaron aún fueron más duros.
La comedia, la buena comedia, siempre habla de cuestiones serias.
Gregory La Cava realiza una crítica demoledora de una clase social parásita que vive insensible a las desgracias ajenas.
La trama se desarrolla durante la Gran Depresión y compara la vida de los habitantes del vertedero con la de los del imaginario Hotel Waldorf-Ritz.
Construye una peli divertida con grandes momentos absurdos.
Interpretaciones antológicas, especialmente las femeninas.
Los títulos de crédito iniciales son maravillosos. La cámara se mueve de manera elegante desde el lujo a la pobreza.
Tal vez, el final sea demasiado complaciente, llegando al buenismo, pero ¿a quién no le gusta un final feliz?
Un auténtico placer ver clásicos del cine en la pantalla grande del EJE (Espacio Juvenil Europeo). Una oportunidad única.
Curiosidades:
Carole Lombard tenía la costumbre de improvisar introduciendo palabrotas en los diálogos. Lo que obligó realizar varias tomas.
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William Powell sugirió a su ex-esposa, Carole Lombard, para el papel principal con la explicación que en su vida real el romance con Lombard había sido muy parecido al de los personajes de Godfrey e Irene.
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Cuando William Powell y el director Gregory La Cava tuvieron un desacuerdo sobre cómo se debía de interpretar a Godfrey.
Se bebieron mientras conversaban una botella de whisky en el camerino de Powell.
Al día siguiente, La Cava volvió al set de rodaje con un gran dolor de cabeza, pero Powell no estaba allí.
El director recibió un telegrama de su estrella: “Es posible que hayamos encontrado a Godfrey anoche pero hemos perdido a Powell esta mañana”
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Esta es la única película con seis nominaciones al Oscar por la dirección, el guión y los cuatro premios de actuación sin ser nominada a la Mejor Película.
Además de William Powell y Carole Lombard se quedaron sin estatuilla Alice Brady y Mischa Auer.
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Aunque las estrellas William Powell y Carole Lombard se habían divorciado hacía tres años en el momento del rodaje de la peli, cuando se le ofreció el papel a Powell declaró que la única actriz para el papel de Irene era Lombard.
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Cuando Irene, interpretada por Carole Lombard, y Molly, interpretada por Jean Dixon, están llorando en la cocina, Godfrey, interpretado por William Powell, entra, borracho después de su discusión con Tommy, interpretado por Alan Mowbray, las líneas de la canción que canta son:
“For tomorrow may bring sorrow/ So tonight let’s all be gay./ Tell the story of the glory”.
Estas líneas vienen de “Beba un Highball“, una canción de la Universidad de Harvard, pero se supone que Godfrey ha estudiado enla Universidad de Pennsylvania.
Por lo que agrega al final de la estrofa “de Pennsylvania”
Los escritores probablemente lo agregaron para evitar la contradicción.
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Esta película fue producida en un periodo difícil en la larga historia de Universal.
El estudio se había recuperado del reciente fracaso, Oro en el Pacífico (1936).
A pesar del costo relativamente económico de My Man Godfrey (menos de 700.000 dólares) el éxito de la peli contribuyó poco al reflotamiento del estudio.
Mischa Auer, que interpreta al protegido Carlo canta en varias ocasiones la canción “Ochi Chornya“.
Nueve años después, en Diez Negritos (1945) su papel del Príncipe Nikita Starloff comienza a tocar las primeras notas de “Ochi Chornya” al piano antes de conocer su fallecimiento.
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La mansión Bullock está situado en 1101 Park Avenue, Manhattan, Nueva York.
1101 Park Avenue se encuentra en la calle East 89, justo detrás de la famosa milla de los museos de la Quinta Avenida, a sólo unas pocas cuadras al norte y al este del Museo Metropolitano de Arte en East Calle 82 y la Quinta Avenida.
Considerada como una de “Las 50 mejores comedias de todos los tiempos” en 2006.
Basado en el libro “1101 Park Avenue” de Eric Hatch .
Fue seleccionada para su preservación por el Registro Nacional de Cine en 1999, como culturalmente significativa por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos.
El hecho de que el poseedor del copyright no renovara los derechos de autor de la película, dio lugar a que se caiga en el dominio público, lo que significa que prácticamente cualquier persona podría duplicar y vender una copia en DVD de la película.
Jane Wyman tiene un papel sin acreditar.
Se le puede ver de pie en la parte de atrás de la multitud en el Waldorf Hotel Ritz cuando Godfrey hace su discurso condenando a todos como “imbéciles”.
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En 2002, la película fue remasterizada y restaurada y coloreada con eficacia por primera vez.
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El hotel donde se organizó la caza del tesoro es el “Waldorf Hotel Ritz” que no existía.
Sin embargo, uno de los mejores hoteles en la ciudad de Nueva York en 1936 fue el Waldorf Astoria, y otro de los mejores hoteles en la ciudad de Nueva York en ese momento fue el primer hotel Ritz-Carlton de los EE.UU., que fue construido en la ciudad de Nueva York en 1917.
El “Waldorf-Ritz” era una fusión de esas dos marcas icónicas.
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Cuando fue adaptado y transmitido como un episodio de la Radio Teatro Lux, el 9 de mayo, 1938 “My Man Godfrey”, David Niven interpretó a Tommy Gray.
Niven más tarde la estrella en la nueva versión, Un aristócrata Mayordomo (1957).
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Al principio de la película, y esporádicamente a lo largo de ella, a Godfrey, interpretado por William Powell, le llaman “Duke” su amigo Mike y otros vagabundos de la ciudad, pero nunca se llama Duke fuera de la zona del vertedero.
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Está ubicada y filmada durante la Gran Depresión.
Se incluye entre las “1001 películas que hay que ver antes de morir“, editado por Steven Schneider.