Edgar Neville fue un hombre polémico, escritor, autor de teatro, director de cine, pintor, diplomático, corresponsal de guerra, noble, humorista, amante de la buena mesa y de la actriz Conchita Montes.
Cultivó un humor apolítico, aunque fue muy crítico con la burguesía de la época franquista a la que él pertenecía.
La vida en un hilo se sostiene sobre un guión portentoso, bien estructurado y con fino sentido del humor y la ironía.
En la peli se compara la vida de la protagonista casada con un soso y como hubiera sido ligada a un hombre ocurrente y simpático.
Edgar Neville se muestra cruel y, tal vez, realista retratando a la burguesía de provincias, con una vida monótona, sin sentido, llena de prejuicios, que se alimenta de chismorreos, con un fondo puritano insoportable.
Pero como insiste Mercedes, la protagonista, no son malas personas.
En La vida en un hilo se nos ofrecen unos diálogos de gran ingenio, con esa gracia y sutileza que ya han desaparecido.
La estupenda Conchita Montes sostiene la peli, con elegancia, demostrando ser una actriz estupenda.
Rafael Durán como Miguel, da el contrapunto perfecto al mediocre y tontoelculo Ramón (que casualidad que se llame como un servidor) interpretado por un brillante Guillermo Marín.
Me encanta la idea que el idiota de Ramón falleciera por la creencia que dormir con la ventana de par en par es bueno para la salud.
Posiblemente muchas personas salgan corriendo al oír mi recomendación de ver una peli española de 1945, en blando y negro. Lo siento por ellas. Se pierden una obra maestra.
Acudo por recomendación de mi amiga Chona que me la ponderó efusivamente.
Se trata de la típica peli de amigos que rondan los cincuenta y fundamentalmente son gilipollas e inmaduros.
Las escenas de esta cuadrilla alrededor de una mesa comiendo y bebiendo productos galos han sido mil veces vistas.
Los personajes son estereotipados y con muy poca gracias. Ridículos la mayor parte del tiempo, imposible empatizar con ellos por su molesta estupidez.
Me altera especialmente la actitud del personaje de Lambert Wilson que al sufrir un infarto decide disfrutar de la vida fumando y bebiendo.
Tengo un amigo (también paciente), Javier, una excelente persona, trabajador, educado, modesto, simpático que padece varias patologías que en absoluto ha buscado y mucho menos merecido. Es un paciente ejemplar que sigue a rajatabla dietas y tratamientos, acude a revisiones y se hace las pruebas con absoluta abnegación. Él a pesar de las adversidades sigue en la brecha y no se deja amilanar.
El Antoine, interpretado por Lambert Wilson es un tonto de tomo y lomo. No como mi amigo Javier que es de lo más cabal.
En esta barbacoa el humor raya lo ridículo, con momentos de vergüenza ajena.
A pesar de todo lo dicho, la peli me ha gustado. Me he sentido identificado con situaciones y personajes. Mis amigos de universidad son más listos, pero hay algo de común con los personajes de esta Barbacoa. Algo que me permite comprenderlos, y quererlos. Algo que ha hecho que me emocionara.
Un pajarito tiene aerofobia (miedo insuperable a volar) y decide no emigrar…
Divertido, con un protagonista que despierta ternura, desvalido y lleno de limitaciones.
Nos da la moraleja sobre que siempre se puede encontrar una alternativa.
Las fobias son extremadamente frecuentes. Prácticamente el cien por cien de los niños tiene alguna. Entre los adultos hay alrededor de un 30% de fóbicos, pero solo en pocos casos son invalidantes.
Yo, por ejemplo, soy acrofóbico, pero me esfuerzo en superarlo, aunque no lo consigo.
Recuerdo perfectamente que veía las películas de los Hermanos Marx las tardes de los sábados en televisión. En aquella etapa apreciaba mucho el humor y la risa. Ahora me sigue pasando igual.
Detestaba profundamente cuando Harpo Marx se ponía a tocar el harpa, era un sufrimiento interrumpir la comedia y oír ese instrumento.
Vemos Sopa de ganso porque se cumplen 80 años desde su estreno. Fue originalmente incomprendida pero con los años ha ido aumentando en incondicionales y ahora se considera la mejor peli de los Hermanos Marx, aunque eso es discutible como todo.
Se pueden sacar muchas conclusiones de esta peli pero la más importante es que Rufus T. Firefly presidente de Freedonia no hay que llamarle principiante, porque te declara una guerra.
La ciudad de Fredonia en Nueva York, se quejó de la utilización de su nombre con una “e” adicional. La respuesta de Los Hermanos Marx fue: “Cambien el nombre de su ciudad, que está haciendo daño a nuestra imagen”.
El dictador italiano Benito Mussolini prohibió la película en Italia porque pensó que era un ataque directo a él. Cuando la noticia llegó a Los Hermanos Marx declararon que habían llegado al éxtasis.
Cuando se le preguntó cuál era el significado político de esta película, Groucho Marx dijo: “¿Qué significado? Éramos sólo cuatro judíos tratando de conseguir una risa.”
El país ficticio de Sylvania fue llamado “Amnesia” en los primeros borradores.
Una de las pocas películas con Harpo Marx en la que no realiza un solo de arpa, aunque toca las cuerdas de un piano.
En el guión original, Chicolini y Pinky eran primos y Bob era el hijo de Firefly.
Los primeros borradores del guión incluyen escenas en un teatro de ópera y a bordo de un zeppelin. Fueron suprimidas por falta de presupuesto.
El director Leo McCarey es uno de los grandes de la comedia de los años 30 y 40, descubridor de la pareja cómica de Stan Laurel y Oliver Hardy y ganador de numerosos premios oscar.
Margaret Dumont siempre interpretaba el mismo papel de viuda rica enamorada de Groucho Marx, éste llegó a afirmar que era el quinto hermano Marx. En la época mucho público creía que estaban realmente casados. Margaret no comprendía la mayoría de los chistes de los hermanos pero era una experimentada actriz de comedia y aguantaba el tipo como podía.
Copio un par de diálogos de esta peli:
Groucho: No es que me importe, pero, ¿dónde está tu marido?
Margaret Dumont: ¡Ha muerto!
G: Seguro que solo es una excusa.
MD: Estuve con él hasta el final.
G: No me extraña que falleciera.
MD: Lo estreché entre mis brazos y lo besé.
G: Entonces, fue un asesinato. ¿Te casarías conmigo? ¿Te dejó mucho dinero? (Responde primero a lo segundo)
.MD: ¡Me dejó toda su fortuna!
G: ¿No comprendes lo que intento decirte? Te amo.
G: Pensarás que soy un sentimental, pero ¿te importaría darme un mechón de tu cabello?
MD: ¿Un mechón de mi cabello?
G: Y no te quejes. Te iba a pedir toda la peluca. Cásate conmigo y tendremos nuestra propia familia.
MD: Oh, sería maravilloso. Y dime, cariño, ¿tendríamos una bonita casa?
G: Pues claro, ¿no estarás pensando en mudarte?
MD: Temo que después de llevar algún tiempo casados encuentres una mujer hermosa y te olvides de mí.
G: No te olvidaré. Te escribiré todas las semanas.
Sopa de ganso es Marx en estado puro, con sus genialidades y sus defectos.
Jamás se vio una declaración de guerra tan divertida.
La escena del falso espejo es todo un clásico.
Esta crítica se la dedico a mi amigo Félix, que hace tiempo que no veo, un incondicional de estos hermanos.
Después de varias semanas desde su estreno acudo a ver la última de Almodóvar. Ya estaba quedando mal. Disculpa, Pedro.
Contar una peli de Almodóvar resulta imposible porque sus tramas son siempre retorcidas y complejas. Que es un gran director nadie lo puede poner en tela de juicio. Además ha sabido dar a su filmografía un toque personal y único. Cuando ves unos pocos segundos de cualquiera de sus pelis, sabes identificar su autoría sin ningún problema.
Eso es tal vez lo que menos me gusta de esta La piel que habito, la ausencia de humor, salvo una escena en la que intervienen su hermano y su sobrino.
Siempre ha sabido hacer del pecado virtud, consiguiendo que personajes (teóricamente) malvados te caigan simpáticos.
Almodóvar se sabe rodear de los mejores. La fotografía de José Luis Alcaine es impresionante con una nitidez y una perfección técnicas absolutas.
La música de Alberto Iglesias es hipnótica, ideal para sumergirse en la trama.
La dirección del gran Almodóbar es tan personal y tan atrayente que resulta apabullante.
Banderas ha perdido esa frescura que tenía en Átame pero es un actor eficaz. Elena Anaya se come la cámara y su actuación es impresionante, a pesar que su papel es imposible.
He leído críticas muy malas de esta peli. Discrepo profundamente.
Almodóvar es grande, muy grande y ésta es, una vez más, una magnífica película.
Un amigo me definía como almodovariano. Y creo que más bien soy almodovarófilo.