Nunca he sido seguidor de la saga Rocky. Las he visto todas y las he olvidado (afortunadamente).
Nunca he comprendido como Rocky se llevó el Oscar a la mejor peli.
En el año 1976 se estrenaron films mucho mejores, infinitamente mejores: Taxi Driver de Martin Scorsese, Todos los hombres del presidente de Alan J. Pakula, Carrie de Brian de Palma, Novecento de Bertolucci, El imperio de los sentidos de Nagisa Oshima, ¿Quién puede matar a un niño? de Narciso Ibáñez Serrador, Marathon Man de John Schlesinger, El Desencanto de Jaime Chávarri, La Profecía de Richard Donner, Las largas vacaciones del 36 de Jaime Camino, Pascual Duarte de Ricardo Franco, Retrato de familia de Antonio Jiménez Rico, Canciones para después de una guerra de Basilio Martín Patino…
Ahora vuelve a ocurrir algo que no me entra en la cabeza que Sylvester Stallone haya ganado un Globo de Oro como mejor actor de reparto y esté nominado al Oscar.
Creed recoge todos los tópicos del cine de boxeo.
Comienza como una peli rutinaria en la que todo resulta previsible y aburrido.
Ni Stallone ni su protagonista, Michael B. Jordan, brillan lo más mínimo.
En sus interpretaciones hay momentos bochornosos.
Solo puedo encontrar una explicación para la ponderación del actor de Rocky: que se trata de un personaje crepuscular que padece cáncer.
Eso conmueve a cualquiera, incluso a un servidor.
Pero resulta muy penoso ver a Stallone balbucear que ya lo sufrió su esposa y que él no quiere pasar por la quimioterapia.
A mí me lleva a la tristeza y al llanto, incluso, pero no por la presencia de Rocky sino porque es un lugar común que mueve sentimientos.
La peli gana mucho cuando su director decide filmar en plano secuencia al principio de la peli una pelea en un reformatorio, breve, pero intenso y cuando rueda un asalto de boxeo en un solo plano.
La cámara se mueve, entre los boxeadores y el árbitro, con soltura, con realismo. Una de las mejores escenas de boxeo jamás vista.
Al final, usando esta vez el montaje, en ese combate mítico, Ryan Coogler sabe trasmitir la épica del boxeo, la épica del esfuerzo, del sufrimiento y de la derrota.
Como veréis no salvo a Stallone, pero sí a su director que demuestra, aunque sea ocasionalmente, que tiene madera de cineasta.
Hubo una peli en 1997 titulada Copland, dirigida por James Mangold, en la que Stallone interpretaba a un policía sordo y fracasado en la que sí demostraba que podía ser un gran actor.
Muchos besos y muchas gracias.
Crítico de Cine de El Heraldo del Henares
Colaborador de Esradio Guadalajara y Alcarria TV
Canal de YouTube: HolaSoyRamónVídeos
Todos los post ordenados alfabéticamente. Para buscar una crítica de una peli de forma sencilla…
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.