El becario se podría encuadrar dentro de la comedia buenista con valores.
Dos pacientes míos que comentaron que trasmitía un mensaje muy positivo. Pensaba ir a a verla, pero eso me animó más aún.
Robert De Niro es un actor que me gusta, aunque esté sumido en una vorágine de títulos más o menos comerciales que le están devorando. Interpreta a un jubilado de 70 años, viudo que echa en falta las obligaciones.
A pesar que mi sobrijo Adrián la detesta a mí Anne Hathaway me gusta, demuestra ser una buena actriz en cada película. Su papel es la de directora de una empresa que creó de la nada, de venta de ropa por internet. Es muy trabajadora, exigente, pero bondadosa.
La empresa en la que se desarrolla la trama está repleta de chicos jóvenes con un buen rollismo que resulta entre emético e irreal.
La historia resulta predecible. La personalidad del personaje de De Niro termina subyugando a sus compañeros y a su jefa que encuentra en él una especie de padre bonachón que todo el mundo querría tener.
La trama resulta divertida, con buen ritmo y la personalidad de los dos protagonistas es bastante interesante.
Los dos nos brindan momentos interpretativos brillantes, tal vez excesivos dentro de un relato que no pasa de ligero, y en consecuencia, los momentos trascendentes de lucimiento dramático son extemporáneos.
Yo me identifico hasta cierto punto con el personaje De Niro. Estar y trabajar entre gente joven te hace sentir más vivo, mas esperanzado, su energía me llega y me anima.
Siempre he pensado que el mundo debe ser de los jóvenes. Me parece absurdo que ancianos ocupen puestos políticos o directivos.
Tengo la suerte de que en mi trabajo mis jefes son jóvenes y la mayoría de mis compañeros también.
Por ello esta empresa idílica que se nos presenta en El becario me encanta repleta de energía y juventud.
Para que te guste esta peli tienes que dejar a aun lado la realidad (el acoso laboral, las malas condiciones de trabajo, los bajos sueldos, los jefes malagente…) y solo así se puede disfrutar.
Para fastidio de mi sobrijo Anne Hathaway está estupenda, me la pido de sobrina.
No sé como dos años después vuelvo a cometer el mismo error.
Decididamente soy un tarado.
Esta Aún más alto se acierta con el título. Da al espectador más arriba, en la cabeza.
La primera era como una patada en las tripas. Ésta es como una patada en la boca.
Al parecer tuvo éxito es los USA y eso decidió a los productores a hacer una secuela.
Es una peli de las que llamaríamos girls comedy.
Los personajes de estas muchachas siguen unos estereotipos ya definidos. Está la lista, la guapa, la gordita graciosa, la chicana, la asiática, la lésbica…
Así se congracia con todo tipo de jóvenes.
Con un desarrollo pueril, alejado de la realidad, solo algún golpe cómico más subido de tono rompe con la monotonía.
Salvo los números musicales, por mi condescendencia natural con estas cuestiones.
La directora Elizabeth Banks, también interviene en la peli como actriz. No me cae mal.
Me olvidaba hablar de su protagonista la sosa Anna Kendrick. La actriz(?) no tiene ni el más mínimo carisma y encima parece desganada. Colabora eficazmente a que esto sea un rotundo fracaso.
Como conocía que contenía números musicales solo me faltaba ese pequeño empujoncito para lanzarme a esa piscina e ir al cine a verla.
La historia que cuenta carece del más mínimo interés y la hemos visto mil y una vez. Hay varios personajes raritos que dan un toque festivo al cotarro pero no son suficientes para salvar este bodrio.
La actriz (???) Anna Kendrick,que ya la había visto en alguna otra peli (Qué esperar cuando estás esperando) y que al parecer ha intervenido en la despreciable Saga Crepúsculo, es una muchachita sin gracia que demuestra un escaso interés en lo que hace y que solo sabe poner una cara (de tonta). No tiene explicación que la hayan elegido protagonista de esto que nos ocupa.
Esta Anna contribuye claramente al desastre.
Tal vez sea por mi afición a los números musicales pero los cantos a capella que salpican la peli es lo que más me gustó, mejor dicho, lo único que me gustó.