Se trata de la tercera peli del director madrileño Gustavo Ron.
Se marcha a EE.UU., concretamente a Brooklyn, a rodar una comedia romántica, de tres parejas que caminan hacia el encuentro amoroso.
Con el fondo de la cocina artesana de una antigua panadería.
Rodada con una maravillosa fotografía, que retrata el famoso barrio de Nueva York como una bella postal.
El gran problema de esta coproducción hispano-norteamericana es que posee un guión ridículo.
Con unos diálogos ridículos, que ofenden la inteligencia del espectador.
Con unas escenas ridículas que parece mentira hayan salido de la mente de un ser racional.
Con un desarrollo ridículo y penoso, insultantemente previsible.
Rodada en inglés, el doblaje es cómico (por encontrar un término no insultante).
Al personaje de Blanca Suárez se le dice que tiene un bonito acento italiano, cuanndo habla en un perfecto castellano de Salamanca.
Cuando llevaba veinte minutos en la sala tuve la tentación de abandonarla, pero me contuve, mi cinefagia me pudo.
Intenté abstraerme y encontrar algo de interés en la pantalla, pero no lo conseguí.
Conforme avanzaba el metraje mi sensación de cabreo aumentaba.
Se trata de la peor peli que he visto en muchos años.
Yo veo todo lo que se mueve y casi todo me interesa o encuentro aspectos positivos.
Aquí me gustó la fotografía.
Lo demás es tristemente decepcionante hasta límites fuera de la realidad.
Otro aspecto positivo es que la siguiente peli de su director, Gustavo Ron, seguro que será mejor.
Peor es imposible.
Muchos besos y muchas gracias.
Crítico de Cine de El Heraldo del Henares
Colaborador de Esradio Guadalajara y Alcarria TV
Canal de YouTube: HolaSoyRamónVídeos
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