La grabación de este documental arranca en 2013 y se ha terminado el pasado 2018.
En Filmaffinity solo figura como director Gonzalo Visedo.
Coque Malla conversa con diez mujeres artistas y cantan a dúo alguno de sus temas más conocidos.
No soy fan de este actor y músico, aunque como es lógico conozco sus canciones más populares.
Sus invitadas son Ángela Molina, María Rodés, Amparo Valle, Vilma, Laura Gómez Palma, Leonor Watling, Alondra Bentley, Rebeca Jiménez, Anni B. Sweet y Jeanette.
Con ellas reflexiona sobre la relación entre hombres y mujeres, sobre el sexo, sobre el amor…
Lo musical funciona muy bien, en cambio algunas de las conversaciones me parecen intrascendentes, con falta de calado y, en ocasiones, incluso, tópicas.
Hay cierto ejercicio de egocentrismo (no me atrevo a decir que machista) en esta producción de un hombre complementado por diez mujeres.
El documental no consigue mantener siempre mi atención.
Asombroso el parecido de este cantante con mi amigo Borja.
Buñuel ya intentó rodar la adaptación de la novela de Pierre Louÿs La mujer y el pelele en Francia, en 1957.
Pero al productor no le gustó el proyecto presentado por Buñuel:
– “Yo le había pedido una adaptación de la novela de Pierre Louÿs, y él me trajo algo que era Buñuel de pies a cabeza”.
Tampoco coincidían en los protagonistas.
Buñuel había pensado en Vittorio de Sica y quizá Jeanne Moreau, pero el productor estaba empeñado en que fuesen Cary Grant y Brigitte Bardot.
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Colaboró en guión Jean-Claude Carrière, como ya era habitual.
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Buñuel después de El fantasma de la libertad no tenía muchas ganas de volver a rodar, pero el proyecto le resultaba atractivo y el productor Serge Silberman le ofrecía todas las facilidades.
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Al poco de empezar el rodaje surge el gran problema:
Buñuel no está satisfecho con la actuación de la actriz elegida, la parisina María Schneider.
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El director estaba fascinado con la actriz desde El último tango en París. Tal vez más con la idea que con la persona.
Detiene el rodaje y expone el problema al productor Serge Silberman.
Amenaza con abandonarlo todo y volver a Méjico.
El azar, algo tan querido por Buñuel, hizo que al final la película fuera interpretada por dos actrices, Ángela Molina y Carole Bouquet:
– “Fue por necesidad. Yo había pensado que María Schneider estaría bien en el papel…pero… teníamos que repetir una toma tras otra…
Finalmente tuve que decirle a Silberman: Me he equivocado con esa chica…
No encontrábamos la solución…
Entonces se me ocurrió decir:
“Podríamos emplear a dos actrices…”
A Silberman le pareció magnífico.
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Hay que puntualizar que en la versión original francesa de la película las dos actrices fueron dobladas por la misma persona, aunque con tono diferente.
Las dos actrices fueron propuestas por los colaboradores de Buñuel.
Carole Bouquet por el productor.
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Ángela Molina por su ayudante de dirección.
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Las dos ensayaron su papel.
Concretamente la escena de la verja.
La interpretaron con el propio Fernando Rey, que era indiscutible para Don Luis.
Buñuel desde lejos contempló las interpretaciones y quedó satisfecho.
Al parecer ya conocía a Ángela Molina.
La visitó en maquillaje después de la prueba y le pidió que quitara la bata.
Se puso las gafas y la examinó como si fuera una estatua. Según afirmaciones de la propia actriz.
Ya había dos Conchitas.
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Las relaciones de las dos actrices con el viejo director fueron excelentes.
La asignación de las escenas a cada una, según Buñuel, fueron aleatorias y compensadas.
Las dos participan en el mismo número de escenas.
Las dos actrices intentan ejecutar el mismo personaje.
Pero el resultado final de cada una es muy diferente.
La fracesa más fría, más casta.
La española más sensual, más racial. Es la que baila y la que aparece más insinuante.
La idea central de la peli es que la insatisfacción sostiene el deseo.
Se establece una relación entre un viejo, Mateo, y una jovencita.
Es la repetición de la idea representada en Tristana y Viridiana.
Pero en esta relación enfermiza hay un componente sado-maso no explícito, pero muy interesante.
Mateo se ve estimulado por el deseo y también por el rechazo.
Pero cuando se sale de sus casillas y abofetea a Conchita, ella ve satisfechos sus deseos masoquistas y eso hace que lo desee más aún.
Porque la mujer ejerce de manipuladora, de perversa.
Pero no hay que olvidar que es el relato subjetivo del protagonista masculino, Don Mateo, que da una versión personal de la realidad.
El asistente de Don Mateo afirma que un amigo define a las mujeres como un saco de excrementos.
¿Es ese el saco que se pasea por la película?.
Hay una visión machista del relato, el que da Don Mateo.
A diferencia de El discreto encanto de la burguesía, las escenas en esta peli tienen planteamiento, nudo y desenlace. Funcionan como pequeños cortos.
No he conseguido datos que expliquen ese cochinillo tratado como un bebé por la gitana en el Patio de los Naranjos de la Catedral de Sevilla. Pero a mí no deja de asombrarme.
Otra vez Buñuel nos presenta elementos surrealistas con toda naturalidad, sin énfasis, con una normalidad pasmosa.
Al director le preocupaba el tema del terrorismo y aparece como fondo y como parte importante de la narración, de una manera desconcertante.
Yo me quedo mil veces con la Conchita ejecutada por Ángela Molina.
He de reconocer que cuando la vi, me enamoré de ella.
Durante unos días fue mi oscuro objeto del deseo.
Esta es la última peli de Buñuel.
Su genio creativo, su originalidad no decayó con los años, sino muy al contrario.
Blanca Suárez absolutamente divina, en ese papel de lolita guarrona.
Tal vez sea un puritano, pero el tratamiento de comedia, de sainete, que se da a la trata de blancas y a la prostitución obligada me molesta. No puedo soportar que un drama personal y un hecho tan deleznable moralmente pueda ser visto con ligereza.
Incluso que una peli, con este tema tratado de este modo, me pueda gustar, me repugna, me resulta insoportable.
Me llega muy hondo el sufrimiento de estas chicas esclavizadas y explotadas.
No puedo compartir la visión de Paco Cabezas.
A ver que tal su próxima peli, Tokarev, que está en fase de postproducción, que ha rodado con Nicolas Cage como protagonista, posiblemente el peor actor del mundo.
Peli basada en la novela autobiográfica de Valérie Tasso que tuvo un gran éxito.
La peli nos cuenta las relaciones de Val con diversos tipos de hombres que es tal vez lo único de interés de la peli. Pero los personajes resultan arquetípicos y poco creíbles.
Todo el metraje se ve lastrado por el origen literario y hay una permanente voz en off que resulta totalmente prescindible e insoportable.
Para colmo de desdichas la actriz protagonista Belén Fabra resulta sosa y sus continuos desnudos no son nada estimulantes. Si este papel lo llegara a interpretar Jennifer López sería la caña.
Como dato positivo la buena actuación de Llum Barrera que interpreta un personaje creíble.
El conjunto resulta penoso. Una peli totalmente olvidable.