Esta superproducción española supone una gran novedad en la historia actual del cine patrio: habla sobre el colonialismo español.
Recuerdo bien cuando se independizó Guinea Ecuatorial.
En el año 68 era un crío, pero tenía uso de razón.
Los telediarios de la época ofrecieron la independencia como un acto de “generosa justicia de España”.
Había un programa semanal que se llamaba Por tierra, mar y aire, dedicado a las fuerzas armadas.
Hubo un especial de cómo el ejercito español había formado a las tropas guineanas.
Como veis a los 10 años devoraba toda la tele que se me ofrecía.
La realidad es que con la independencia se pasó de un colonialismo tradicional a una dictadura cruel, la de Macías que tres años después de la independencia se proclamaba “Presidente Vitalicio”.
Efectivamente fue de por vida hasta que su sobrino dio un golpe de estado y lo asesinó.
Volviendo a la peli.
Palmeras en la nieve nos presenta una historia de amor apasionado y adúltero entre un español y una africana.
Pero lo que más interés tiene es el trasfondo de la colonia española que nos da una visión inédita de esta etapa de la historia.
Hay una inquietante tendencia hacia el melodrama en esa historia romántico-trágica que me resulta molesta.
La peli cuenta con un gran acierto: la interpretación de la portentosa Macarena García, que está incomensurable. Roba cada plano en el que aparece. ¡Te idolatro!
Pero hay dos grandes errores:
Adriana Ugarte, que aunque figura como protagonista tiene un papel breve y poco importante. Esta chica tiene la rara habilidad de poner caritas sobreactuadas que destrozan el personaje. Afortunadamente sale poco.
Mario Casas es la gran equivocación de la peli. El protagonista de la trama es incapaz de trasmitir otra sensación que la de ridículo continuo. Incompetente para comprender su personaje va luciendo palmito en una actuación que parece premeditadamente esperpéntica.
Es la gran cagada de la peli que la desmonta y la llega a hacer insufrible.
Supongo que la base literaria es mejor que la peli, como suele ocurrir, pero creo que se consigue una buena ambientación y la mayoría de los actores sacan adelante su papel, con las excepciones citadas.
Hay un error en la cronología de la historia.
Kilian aparece como un viejo demenciado de más de setenta años en el comienzo de la historia.
Cuando Clarence viaja a Guinea encuentra al hijo de Kilian que parece tener unos veinte años.
Si el protagonista estuvo en la colonia con treinta años, como mucho, solo tendría cincuenta y no setenta.
Y Clarence debía ser menor.
(Creo que no me explico bien, lo siento).
La peli se hace larga y el tono es más de serie de televisión, que tal vez hubiera sido su formato más conveniente.