En esta peli hay dos historias complementarias pero diferentes.
La competición deportiva de enfrentarse ante la inmensidad del mar y dar la vuelta al mundo: ¿En solitario? Pues no.
Aunque físicamente, se supone, que debe estar solo, en la embarcación disfruta de todos los medios tecnológicos y de una comunicación permanente con asesores, técnicos y familia.
El desarrollo de la narración resulta muy entretenido. La perspectiva dentro del navío es realista y, en ocasiones, impresionante. Funciona bien como peli de aventuras.
Por otro lado está el apunte del polizón. Él también quiere realizar un viaje hacia el mundo que cree perfecto. Su viaje no es de superación es de supervivencia.
Posiblemente su director, Christophe Offenstein, acierte en presentar a los personajes sin prisas. Y en mostrarnos su relación con unas cuantas pinceladas.
François Cluzet construye un personaje no demasiado simpático pero de manera certera.
A mí me emocionó, me llegó, me entretuvo.
Como dato nefastamente negativo señalar el pésimo asesoramiento médico. Al personaje interpretado por Samy Seghir se le diagnostica una anemia drepanocítica con la toma de tensión arterial y con la auscultación. No sé si echarme al suelo de risa o morir de vergüenza ajena.
Muchos besos y muchas gracias.
Crítico de Cine de El Heraldo del Henares
Colaborador de Esradio Guadalajara y Alcarria TV
Canal de YouTube: HolaSoyRamónVídeos
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