Esta semana comentamos con Pablo Franco las pelis de animación que he visto últimamente y aprovechamos para hablar de las diferentes productoras de dibujos animados:
Con lumbalgia sin poder estar sentado decido tumbarme en mi sillón relax, que tan útil me ha sido, y ver esta película. Más vale que sea divertida porque estoy de muy mala leche, contenida eso sí.
Es una película de animación basada en la técnica del stop motion, se realiza fotograma a fotograma montándola dando sensación de movimiento, es decir con una paciencia infinita.
Los protagonistas son una familia de zorros y la historia es una especie de fábula con animales buenos, menos la rata, y humanos malos. Podría pensarse que es una película para niños pero hay planteamientos de adulto.
Los animales tienen un aspecto un tanto siniestro porque parecen disecados.
La peli resulta divertida cuando trata las relaciones familiares y decae en las escenas de acción.
A mitad de peli me quito la manta eléctrica porque estoy sofocado.
Termina la peli y sigue la lumbalgia he estado un rato distraído pero creo que olvidaré pronto esta peli. ¿Será por los relajantes musculares?
Marta, su amigo Nacho y yo fuimos al cine. Refresco gigante, fila 7 y niño preguntón en la butaca de atrás. Inconveniente: la sesión no era en 3D, pero da igual.
Había oído algún comentario negativo de este cuarto Shrek, me temía lo peor. Muchos amigos me dicen que solo hago críticas positivas. Deseoso de machacar una peli.
La peli empieza bien con buenos golpes de humor y con una familia de ogros más creíble que la mayoría de las familias que aparecen en las películas.
La sátira, curiosamente, crea personajes muy de verdad aunque estén disfrazados de dibujos animados y sean seres fantásticos.
Este ogro que nos lleva acompañando nueve años nos resulta familiar y entrañable, tiene los mismos sentimientos que las personas que nos rodean y hasta en algún momento nos sentimos identificados con él.
El desarrollo de la trama es ingenioso y hace continua referencia a la primera película de la saga, a la historia original.
Esta vez el malo es un personaje que no conocía, un tal Rumpelstiltskin , como veis de nombre impronunciable, bastante gracioso.
A todos los personajes de la saga se les saca bastante partido. A Fiona, Asno, al Gato con Botas (esta vez gordo como yo) …
La moraleja final es ya muy conocida pero merece la pena recordarla: las cosas se valoran cuando se pierden. La felicidad radica en saber apreciar lo que tenemos y no en desear de lo que carecemos.
Terminé contento de ver esta peli, con la vejiga a reventar y el niño de atrás sin enterarse de nada (¡pensaba que el ogro era malo!). A Marta y a Nacho también les gustó.
No he conseguido hacer una crítica cruel. Querido Julito: tal vez en otra ocasión.