Alejandro González Iñárritu realiza un dramón disfrazado de comedia, aunque sus telas, deliberadamente dejan ver su fondo trágico.
Para un admirador del plano secuencia como un servidor, Birdman podría resultar el paraíso.
Rodada como un plano secuencia único, pero falso, con un virtuosismo y una planificación perfectas. Sin errores de fotografía, ni iluminación.
Hay un abuso continuo de primeros planos, de caras y cogotes, que a mí me molesta. Ya sé que esta manera de rodar está de moda, pero a mí me disgusta.
Birdman es la gran sátira contra los egos de los actores. Presentados como débiles, histéricos, presuntuosos, deseosos de adulación continua y egocéntricos…
Riggan, interpretado por Michael Keaton, fue en los ochenta un superhéroe, todo el mundo lo recuerda por eso. Quiere demostrar que es una gran actor y por ello produce, dirige y protagoniza una obra teatral en Broadway. Necesita el reconocimiento que no tiene, quiere ser algo más que famoso.
No ha sido un buen padre, ni un buen esposo, ni siquiera un buen actor.
Iñárritu reflexiona sobre la fama y el prestigio, pero también sobre el papel de la crítica.
La fama es la cuñada pobre del prestigio.
Edward Norton es otro actor carroñero que solo se siente sincero en un escenario.
Naomi Watts, tan maravillosa como siempre, tiembla al ver cumplido su sueño de actuar en Nueva York.
Emma Stone es la hija toxicómana de Michael Keaton, la más sensata de todos y le suelta a su padre verdades como puños. Sus inmensos ojos azules transmiten una verdad enternecedora y fascinante. ¡Qué gran actriz! Lo mejor con ventaja y eso que en Birdman hay mucho bueno.
Respecto a la prensa se ven dos aspectos.
Las entrevistas en las que se intenta encontrar un titular, da igual que sea cierto, tiene que ser impactante. No olvidar nunca el lema del periodismo: “No dejes que la verdad estropee una buena noticia”.
El otro aspecto es el de la crítica. La mujer que ejerce este oficio se ve poderosa, capaz de destruir una obra, por su capricho. Hay un inmenso ego en esta persona, tan grande como el de los actores a los que quiere aniquilar.
El duelo entre la crítica Lindsay Duncan y el director despechado, Michael Keaton, es antológico e ilustrativo. Los dos se necesitan, pero se desprecian profundamente.
Yo he evitado pontificar. Intento dar solo mi opinión, que no tiene más valor que la de cualquiera. Excusatio non petita, accusatio manifesta.
Birdman es una peli inteligente, muy bien rodada, con muchas reflexiones interesantes que tal vez peque de demasiado teatral. Puede cansar al espectador que solo busca entretenimiento.
De lo mejor de la cosecha de 2014.
Veo muchos premios…
Muchos besos y muchas gracias.
Crítico de Cine de El Heraldo del Henares
Colaborador de Esradio Guadalajara y Alcarria TV
Twitter @Holasoyramon
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