Esta semana en Alcarria TV hemos comentado con Pablo Franco, mientras Milos nos grababa, las siguientes películas, haciendo un repaso a la Cartelera de los Multicines Guadalajara:
Alex Proyas es un director y escritor australiano, nacido en Egipto, de padres griegos, que a en su infancia se trasladó al país de los canguros.
En la década de los noventa dirigió dos pelis interesantes, El Cuervo yDark City.
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Ahora se mete a dirigir esta peli inexplicable.
La idea de contar los dioses de Egipto es buena y podría ser divertida.
Pero la peli no habla de Ra, Amón, Anubis, Apis, Orus, Nut, Satis, ni Tueris se inventa unos personajes y desarrolla una historia que no tiene nada que ver con el Antiguo Egipto.
Es una peli de superhéroes ambientada en el país del Nilo.
El guión es una sucesión de despropósitos para intentar meter con calzador efectos especiales que, a veces, resultan un poco pobres.
Lo peor son los diálogos, de opereta cómica la mayoría.
Pero no todo es malo en este despropósito.
Primero ver al guapetón Nikolaj Coster-Waldau, Jaime Lannister en la serie Juego de tronos de HBO, con brazo y todo.
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Segundo las dos actrices protagonistas que me cayeron fenomenal.
Courtney Eaton como Zaya:
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Y Elodie Yung en el papel de Hathor:
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Aunque para este personaje de diosa hubiera estado ideal una de las deidades actuales, mi admirada Jennifer Lopez:
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Pero lo mejor de la peli es el aire kitsch.
Esta produccióin tiene ese look de chica poligonera, que se arregla un sábado por la noche, se recarga de bisutería de mercadillo y se cree la más estupenda del barrio.
Y eso, a mí me fascina.
Por ello esta película me ha atraído.
Pero me reafirmo: hubiera ganado mucho con la Jenni de prota.
Propongo una secuela que se podría titular: “Capitán América y Iron Man versus Dioses de Egipto”
Leo casi cincuenta críticas sobre este producto. Todas elogiosas, pero me encuentro con una nota discrepante. Como no podía ser de otra manera es Carlos Boyero, que escribe:
“Algunos disfrutarán un montón en ese universo violento y vertiginoso. Y otros se sentirán saturados de un mecanismo previsible, en el que los guionistas no han tenido que exprimirse mucho el cerebro”
Mad Max es un torbellino trepidante, apabullante de acción.
En esta aventura desesperada hay algo (mucho) de fascinante. Algún resorte cerebral es tocado para que lo que podría causar hastío ocasione interés desmedido.
Esta locura futurista nos sumerge en la distopia de un mundo de infierno, de demonio y de carne sucia.
Mad Max es un western que se desarrolla en las praderas de Monument Valley. Con una diligencia llena de mujeres que huyen de estos nuevos indios, de la sinrazón y de la injusticia.
Pero este western es más duro, menos romántico, aunque posee ese halo de lirismo que impregnaba este género en los cuarenta y cincuenta.
Que esta peli se haya convertido en un clásico desde su estreno tiene que ver mucho con la interpretación de sus protagonistas.
Tom Hardy, como héroe de acción, pero no superhéroe, que sufre y padece, capaz de encontrar esperanza donde ya no la había.
Pero la que trasciende de verdad es Charlize Theron que ejecuta una interpretación sentida, atrayente, magnética. Tan física como emocional.