Se trata de una obra de teatro de la productora Sexpeare que lleva representándose 10 años. La vemos en la Muestra de Teatro Espiga de Oro de Azuqueca de Henares.
Divertida, con toques sub-realistas, con cierto espíritu anarco-gamberro. Con momentos geniales. Pero con regusto a que podía haber estado mejor.
Lo extraordinario de la obra es la interpretación de dos actores que consiguen divertir y hacer reír a pesar de lo endeble de la historia. Estos dos cómicos son la médula espinal del espectáculo. Es asombroso las transformaciones que se consiguen con unos cambios de pelo.
Este año hemos asistido a las cuatro representaciones de la citada Muestra de teatro. La impresión general es muy buena. Además siempre es divertido encontrarse amigos, vecinos y conocidos del pueblo.
Dar la enhorabuena al Ayuntamiento de Azuqueca que a pesar de la crisis mantiene sus actividades culturales.
En una época, en el que el desprestigio de los políticos es la tónica habitual, es gratificante encontrar personas que cumplen con eficacia e interés su misión, determinada por las urnas, de servicio público.
Muchos besos y muchas gracias.