Los Coen esta vez componen una sátirabarrahomenaje al cine clásico de Hollywood hecho en estudios.
En esa época las películas se producían como en una fábrica (de sueños).
Los guionistas, actores, directores, maquilladores, atrezistas, tramoyistas y productores estaban en nómina y trabajaban todo el año.
Uno de estos últimos es el protagonista, un Josh Brolin magnífico.
Se relata su azarosa vida durante 29 horas.
En ese plazo de tiempo tiene que resolver el secuestro de un actor, el embarazo de una estrella soltera, la sublevación de los guionistas comunistas, la homosexualidad de algún director y actor, buscar protagonista de un drama, lidiar con las lluvias en México, emparejar a dos actores, responder a una oferta de trabajo, confesarse, ir cenar a su casa y conciliar a la prensa amarilla del corazón.
Una vida intensa que él considera divertida.
Los Coen nos amenizan con números musicales, peplums, coreografías imposibles a lo Esther Williams y submarinos soviéticos.
Joel y Ethan no dejan títere con cabeza y dan palos a todos los gremios.
La peli es moderadamente divertida. Se ve con una sonrisa en la boca, pero no despierta demasiadas carcajadas.
Es mejor cuando se habla de ella que cuando se ve.
A mí me ha encantado porque retrata el mundo (loco e increíble) del cine de estudio, donde se realizaban muchas películas, malas, regulares, buenas, muy buenas y obras maestras. Un sistema, que dio maravillas, que lamentablemente ya no volverá.
Impagables el monólogo (fallido) de George Clooney, el número musical de Channing Tatum y Scarlett Johansson surgiendo de las aguas.
Para mí que suelo ir solo al cine habitualmente fue un lujo contar la compañía de tres amigos: David, Adolfo y David. Un especial agradecimiento.
Investigando sobre el director, David Dobkin, encuentro que fue director en los ochenta de la mítica serie Dallas, la de J.R.
El juez mezcla dos géneros siempre resultones, el drama familiar y el judicial.
Como drama familiar resulta un poco tedioso. El tema ya ha sido muy tocado. Ya nada parece original en este campo. Posiblemente sea más entretenido si el planteamiento es más de comedia que de drama.
Como peli de juicios es mejor. Tampoco para echar cohetes.
Todo se basa en las interpretaciones de estos dos monstruos, Robert Downey Jr. y el mítico Robert Duvall. Son tan buenos que ni siquiera pugnan por robarse escenas.
Posiblemente sea un problema mío, pero cuando la peli se vuelve más reflexiva, más dramática, más me aburría. No me ha quedado claro el mensaje sobre la justicia.
Chirriante el encuentro con los orígenes rurales del protagonista, algo ya muy visto.
Lo mejor una Vera Farmiga impresionante, atractiva madurita que me dejó sin aliento. Aunque su hija en la ficción, Leighton Meester, no está tampoco nada mal. ¿Será patológico que me gusten la madre y la hija por igual?
La peli dura 141 minutos. Le sobran 3.600 segundos, más o menos.
Propongo un nuevo montaje más reducido en metraje, pero sin cortar ni un solo instante de las dos actrices reseñadas.