El actor, humorista, provocador profesional y guionista, Sacha Baron Cohen, es el protagonista absoluto de este divertido engendro.
Sacha hace chistes del nepotismo, de las torturas, del terrorismo (incluso se mete con el 11-S), del machismo y del feminismo, del ecologismo, de la democracia americana y también defeca y bebe orina. No deja títere con cabeza excepto con la religión de la que no se atreve a bromear.
Entre toda esta vorágine de mal gusto y ordinariez incontenible este portento de la naturaleza consigue arrancar más de una carcajada.
Desconozco las voces en la versión no doblada pero la del dictador resulta absolutamente insoportable con ese falso acento moruno, que además es incomprensible porque se trata de un mandatario norteafricano y musulmán pero no árabe.
Conforme avanza el metraje tanta gracieta llega a irritar.
Reconozco que en algún momento estaba confundido, no sabía si vomitar o partirme de risa y os voy a dar un ejemplo: Aladeen El Dictador está colgado de una tirolina y como tiene que perder peso le dicen que descargue lo que pueda. El pobre hombre llevaba varios días sin ir al sercicio y decide defecar a una considerable altura en una calle de Nueva York. En la vía pública un delincuente pega un tirón. Se espera que las heces caigan sobre el ladrón que comienza a huir… Pero no. Caen sobre la víctima.
Voy hacer y a responder a tres preguntas.
– ¿Se divirtió viendo esta peli?
– Sí, mucho.
– ¿La volvería a ver o la recomendaría a un amigo?
– Ni de coña.
Muchos besos y muchas gracias.
Crítico de Cine de El Heraldo del Henares
Colaborador de Esradio Guadalajara y Alcarria TV
Canal de YouTube: HolaSoyRamónVídeos
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