Roman Polanski ha cometido graves errores (o delitos) en su vida, pero nadie puede discutir que es un gran director.
Sabe dar a sus películas un aire inquietante, posiblemente malsano, que le da carácter específico.
La peli se disfruta mientras se ve, pero posiblemente más en su conclusión, un final que veo claro, pero que, tal vez, pueda estar sujeto a debate.
La esposa del director Emmanuelle Seigner compone un personaje muy de película, una escritora con crisis creativa, cansada de firmar autógrafos.
El encuentro con una admiradora, Eva Green, le sirve de revulsivo para estimular sus capacidades, pero hay un proceso de sufrimiento intenso para llegar a plasmar en papel un texto literario.
La peli habla sobre todo del padecimiento en la creación, de cómo, a veces, es necesario el dolor para llegar a tener ideas.
El título de la peli es, en realidad una broma, cuando la veas lo comprenderás.
La peli se sustenta en estas dos actrices, que están inconmensurables, en una especie de tour de force como intérpretes, pero también como personajes de esta historia.
Polanski construye una especie de thriller psicológico con aires clásicos, fiel a sí mismo.
Como curiosidad os diré que las protagonistas y su director nacieron los tres en París y ahora tienen 84, 53 y 37 años.
Nunca he sido muy de Bertolucci. Siempre ha habido algo en sus pelis que no me ha acabado de gustar.
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No tuve interés en ver esta Soñadores cuando se estrenó.
Agradezco que sea proyectada en el Taller de Cine de Azuqueca de Henares.
En The Dreamers hay tres películas.
Por un lado el fondo de la Revolución de Mayo del 68, de la que por cierto no se ha hecho la gran peli.
Por otro el maravilloso homenaje y canto de amor al Séptimo Arte. Con unas referencias extraordinarias. (Pongo al final del post la lista de las pelis que se citan en la peli).
Momentos extraordinarios como esa carrera por el Louvre para superar la marca de Odile (Anna Karina), Arthur (Claude Brasseur) y Franz (Sami Frey) en Banda aparte – 1964 – Jean-Luc Godard.
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O esas afirmaciones sobre el cine que curiosamente comparto antes de conocerlas:
“Yo era uno de los insaciables.
De los que siempre se ponían en las primeras filas.
¿Por qué nos sentábamos tan cerca?
Quizá porque queríamos recibir las imágenes los primeros, cuando aún eran nuevas, frescas.
Antes de que saltaran las vallas de las filas siguientes.
Antes de difundirse de fila en fila, de espectador en espectador, hasta que, agotadas, de segunda mano, del tamaño de un sello, volvían a la cabina del proyeccionista.
Quizá la pantalla era además una pantalla que nos protegía del resto del mundo”.
Pero el núcleo central de esta producción es la relación entre estos tres jóvenes.
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Se aislan en su casa para vivir una especie de amor loco.
Dos hermanos con una relación perturbadora que introducen en su círculo al americano Matthew.
Tres jóvenes burgueses que se abandonan a sus juegos y a la desidia existencial convirtiendo un elegante domicilio en una sucia cochiquera.
Hay escenas turbadoras y llenas de erotismo, pero extrañamente no despiertan en mí el sentimiento de atractivo sexual. Debo de estar mayor.
Los tres protagonistas Michael Pitt, Louis Garrel, Eva Green están estupendos, componiendo magníficos personajes que no dejan de asombrar y de atraer.
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Pero esta historia de relación a tres, tormentosa y escabrosa no me engancha lo sufifiente y me parece demasiado alargada, demasiado explícita.
A veces, en el cine se dice más con una mirada o con un gesto que con una larga escena que incide en lo ya sabido.
Todo ello no quita para que la dirección de Bertolucci sea impecable y en algunos momentos brillante, con movimientos de cámara muy elegantes.
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Curiosidades y anécdotas:
Es la adaptación de la novela ‘The Holy Innocents‘ (“Los sagrados inocentes“), trasladada a guion por el propio autor, Gilbert Adair.
La escena en la que el pelo de Isabelle se incendia sucedió de verdad.
No estaba planificado.
Eva Green se suponía que se inclinaba hacia delante y daba un beso de buenas noches a Matthew, pero accidentalmente su pelo se prendió en llamas con la vela.
Bernardo Bertolucci decidió dejarlo.
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A Leonardo DiCaprio se le ofreció el papel de Matthew, pero lo rechazó porque estaba en la pre-producción de El aviador (2004).
Michael Pitt, que tiene una considerable semejanza con DiCaprio, ocupó su lugar.
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Hubo escenas en el guión que representan las relaciones sexuales mucho más evidentes entre los personajes de Matthew y Theo, pero no fueron filmadas.
El director Bernardo Bertolucci declaró:
– “El sexo gay estaba en el primer guión, pero tenía la sensación de que era demasiada materia. Se convirtió en redundante”.
El actor Michael Pitt dijo en una entrevista:
– “Estaba en el guión y es lo que me comprometí a hacer. Pero ellos dijeron que no iban a hacer eso”.
Para que los actores se sintieran cómodos y naturales en escenas de desnudos de la película, el director Bernardo Bertolucci les obligaba a estar desnudos mucho antes de la toma real.
Jake Gyllenhaal fue inicialmente considerado para el papel de Matthew, pero lo rechazó debido a la naturaleza explícita de las escenas de desnudos.
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Director Bernardo Bertolucci estaba tan impresionado con los actores que actuaron de forma tan natural desnudos, que escribió una larga escena adicional sin acreditar en el guión donde los tres actores principales están abiertamente desnudos.
Se eliminó en la sala de montaje.
Primera película desde Orgazmo (1997) de Trey Parker, que fue estrenada en cines en los EE.UU. con una calificación NC-17.
A pesar de su calificación NC-17, los principales circuitos teatrales como Regal y AMC acordaron mostrar esta película.
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En la peli aparecen los fragmentos de películas muy conocidas: La reina Cristina, A Band of Outsiders, Freaks, El precio del poder (1932) y La Venus rubia.
Las pelis a las que se hace referencia en Soñadores son:
Bande à part – 1964 – Jean-Luc Godard.
Corredor sin retorno – 1963 – Samuel Fuller.
Luces de la ciudad – 1931 – Charles Chaplin.
Paisà (Camarada) – 1946 – Roberto Rossellini.
Los amantes de la Noche – 1948 – Nicholas Ray.
Johnny Guitar – 1954 -. Nicholas Ray.
Jules y Jim – 1961 – François Truffaut.
Ha nacido una estrella – 1954 – George Cukor.
Rebelde sin causa – 1955 – Nicholas Ray.
Sed de mal – 1958 – Orson Welles.
Los cuatrocientos golpes – 1959 – François Truffaut.
Pierrot le fou – 1965 – Jean-Luc Godard.
Persona – 1966 – Ingmar Bergman.
La Chinoise – 1967 – Jean-Luc Godard.
El hombre de la cámara – 1929 – Dziga Vertov.
Freaks – 1932 – Tod Browning.
Scarface – 1932 – Howard Hawks.
La Venus rubia – 1932 – Josef von Sternberg.
La reina Cristina de Suecia – 1933 – Rouben Mamoulian.
Sombrero de copa – 1935 – Mark Sandrich.
Una rubia en la cumbre (The Girl Can not Help It) – 1956 – Frank Tashlin.
Al final de la escapada – 1960 – Jean-Luc Godard (Argumento: François Truffaut).
Mouchette – 18967 – Robert Bresson (Libro: Georges Bernanos).
Las canciones que suenan en la peli:
Third Stone From The Sun – Jimi Hendrix
Hey Joe – Michael Pitt & The Twins of Evil
Quatre Cents Coups (Score From “Les Quatre Cents Coups”) – Jean Constantin
New York Herald Tribune (Score from “A Bout de Souffle”) – Martial Solal
Love Me Please Love Me – Michel polnareff
La Mer – Charles Trenet
Song For Our Ancestors – Steve Miller Band
The Spy – The Doors
Tous Les Garçons et Les Filles – Françoise Hardy
Ferdinand (Score from “Pierrot Le Fou”) – Antoine Duhamel
Dark Star – The Grateful Dead
Je Ne Regrette Rien – Édith Piaf
Queen Jane – Bob Dylan
I need a man to love – Janis Joplin
Maggie M’gill – The Doors
No strings (I’m fancy free) from Top Hat, Let’s face the music and dance – Irving Berlin
Con Mónica Gallo y Diego Gismero hemos comentado la actualidad cinematográfica alcarreña con la primera película de la temporada del Cine Club Alcarreño, Todos queremos algo de Richard Linklater.
También hemos comentado brevemente el segundo día del Taller de Cine de Azuqueca de Henares, Así empezó Hollywood (Nickelodeon) de Peter Bogdanovich.
Hemos terminado con dos grandes estrenos que podemos ver en los Multicines Guadalajara:
Tim Burton acierta volviendo a sus esencias presentándonos unos personajes raritos.
Él en su infancia y juventud no fue precisamente popular y, tal vez, por ello sabe representar ese universo de marginados, de inadaptados sociales que son superiores a los demás, aunque no deseen serlo.
La peli funciona bien como retrato de personajes.
La presentación de los mismos es ejemplar y todos resultan muy atrayentes.
Con esa mezcla tan interesante de super-héroes y marginación, con una cierta melancolía interior de saberse poseedores de dones envidiables, pero al mismo tiempo apartados de una vida normal.
Estos niños peculiares se ven obligados a permanecer ocultos no solo en el espacio sino también en el tiempo.
Y en esto es donde yo me pierdo.
Nunca he sido muy bueno en comprender los movimientos en el tiempo.
Me lío dos veces al año con el maldito cambio de hora. Osea que imagínate con estos bucles temporales.
El guirigay de los malos con ojos blancos y los “huecos” invisibles para casi todo el mundo es un lío.
La peli se pierde en un sinfín de efectos digitales que me superan.
En la relación abuelo-niño percibo cierta ñoñería que me molesta levemente.
En resumen: Burton vuelve a sus personajes, pero se lía con los efectos especiales.
Es mucho más divertido pensar en la peli que verla.
Hay unos griegos musculosos con el torso al aire y los muslos al viento, van muy arregladicos con su barba y su depilación corporal láser. Un estilo muy metrosexual.
Pero para pectorales y tableta de chocolate los espartanos. ¡Qué hombretones! Su reina es Lena Headey la actriz de Juego de tronos pero aquí no es tan malévola.
Los malos van tapadicos y sangran una barbaridad, son más flojos. Tienen un rey que es una especie de Drag queen, la reina de los complementos (mucha bisutería).
Por lo dicho parece todo muy gay… Pues sí, la verdad.
La mala (que en realidad es la mejor) ha tenido una infancia más que infeliz, catastrófica, pero está muy buena.
Están todo el rato matándose y salpica hemoglobina por todas partes y lo van dejando todo perdido.
Hay una escena estupenda. Temístocles y Artemisa (la mala buenorra) se entrevistan. Se lían y hacen un coitobarrapelea memorable.
Todo esto contado con una grandilocuencia que parece que sube el pan dos duros. Todo lleno de momentos tan intensos como tediosos.
La frase de Artemisa a Temístocles: “peleas mejor que follas“.
Si es que ya lo digo yo: tanto esteroide produce atrofia genital.