Acudimos a ver esta obra dentro del Certamen Espiga de Oro en su trigésima edición.
El plateamiento es ingenioso. Un noble quiere ver interpretados por mujeres los personajes femeninos de Shakespeare. En aquella época estaban prohibidas las intervenciones femeninas y eran hombres travestidos los que las ejecutaban. Para ello recurre a unas meretrices para que intenten desempeñar el papel de actrices.
Las escenas suceden con más o menos gracia pero no hay genialidad en el guión.
Se desaprovecha la ocasión de ver interpretar algún pasaje del genial inglés, me parece imperdonable.
Se compara la profesión de actor con la de ramera. Ambos mal pagados (en general), en los dos se actúa y se venden al mejor postor.
Los actores son los que levantan y mantienen un guión flojo.
Muchos momentos divertidos.
Muchos besos y muchas gracias.
Crítico de Cine de El Heraldo del Henares
Colaborador de Esradio Guadalajara y Alcarria TV
Canal de YouTube: HolaSoyRamónVídeos
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