Los descendientes es un peli poco usual en el panorama actual cinematográfico. Habla sobre una desgracia en una familia, sobre la especulación inmoviliaria, sobre la relación padres-hijos, sobre la oportunidad de volver a empezar y todo ello en el paisaje y el paisanaje de las islas Hawái.
Alexander Payne me sorprendió con la magnífica Entre copas en la que su protagonista también estaba en crisis. Aquí mezcla comedia con drama retratando la vida. En medio de la tragedia de esa madre en coma que va a morir surgen situaciones que también son hilarantes o al menos despiertan una sonrisa. Recordé como en muchos funerales en medio de la tristeza alguien cuenta un chiste y todo el mundo se parte.
El perosnaje de George Clooney hace un recorrido personal que lo cambia. Hombre dedicado solo a su trabajo nunca se había ocupado de sus hijas, ni de su casa, ni tampoco de su esposa. Y en este camino se encuentra con sus hijas y decide no seguir siendo el perfecto candidato a más rico del cementerio.
Payne rueda de manera divertida con planos originales aunque tal vez abuse de la voz en off al principio de la peli.
La filmación se realizó durante 4 meses en la isla de Oahu en parajes naturales de los que el director sabe sacar provecho.
Clooney está prodigioso, expresivo y entrañable en una interpretación que ya ha sido premiada en los Globos de Oro.
Pero el gran hallazgo para mí es la jovencita Shailene Woodley que interpreta con inusitada solvencia al sentido común en esa familia que revienta de crisis. Habrá que seguir su carrera de cerca.
Muchos besos y muchas gracias.
Crítico de Cine de El Heraldo del Henares
Colaborador de Esradio Guadalajara y Alcarria TV
Canal de YouTube: HolaSoyRamónVídeos
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