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Acudo este miércoles a una sesión doble en los Multicines Guadalajara, donde me tratan como de la familia.
Mi idea es ver esta de terror primero y la comedia Malas madres después.
Mis expectativas son muy pequeñas.
Miguel Ángel Jiménez rueda en Asturias y Euskadi simulando que sea Kentucky.
Filma un gótico rural norteamericano con una producción española y un actor principal español (aunque de alias extranjero).
Ya solo con eso el asunto toma interés.
Jiménez con pulso firme nos retrata esa sociedad rural americana compuesta por lo que se ha dado en llamar white trash (basura blanca).
En esta historia el pasado cobra un valor fundamental que marca a los personajes y el desarrollo de la historia.
Hay tres relatos en la película.
Uno el pretérito. Truculento, triste, enfermizo.
Otro el drama familiar en ese ambiente asfixiante, sucio, degradado.
Y por último esa mina que encierra secretos terroríficos.
El director sabe moverse con soltura y envolvernos en una atmósfera maravillosamente turbadora.
Su peli se convierte, al final, en un film de terror con elementos y homenaje de Viernes 13 y Matanza de Texas.
Estamos ante una película excepcional. Cine de altura.
Con una calidad que procede de una recreación, de ambientes y personajes, extraordinaria.
La mina es cine en estado puro, del que dosifica las imágenes y la información para que no paremos de desear más.
Lo mejor: la recreación del American Gothic en los paisajes cantábricos.
Lo peor: que no sea suficientemente apreciada por crítica y público.
Al madrileño Miguel Ángel Jiménez hay que meterlo en la lista de los mejores directores del cine español.
Me olvidaba resaltar los magníficos insertos de música country.
Muchos besos y muchas gracias.
Crítico de Cine de El Heraldo del Henares
Colaborador de Esradio Guadalajara y Alcarria TV
Canal de YouTube: HolaSoyRamónVídeos
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