Se nos relata la época inicial del SIDA cuando ya se conocía la causa y las consecuencias pero aún no se habían implementado tratamientos eficaces y se comenzaba a emplear el AZT (Zidovudina o más conocido como Retrovir). A mí me tocó vivir esta situación de manera directa con mis pacientes y la recuerdo bien.
Está contada esta historia desde el punto de vista de Ron Woodroof un individuo homófobo y machista, que se ve abandonado por sus amigos, tan despreciables como él, cuando se enteran que padece SIDA.
Está bien desarrollado el cambio del personaje que gracias a su enfermedad se transforma en alguien mejor, una persona más buena.
Pero el relato se vuelve tramposo cuando trafica con medicamentos ilegales. La peli se hace maniqueísta presentado a Ron Woodroof como un salvador y a los médicos como crueles experimentadores con humanos.
Cuando se comenzó a usar el AZT fue de manera empírica. Los pacientes se morían sin tratamiento y se conocía la capacidad antiviral de este fármaco por lo que se comenzó a utilizar sin saber bien la dosis más adecuada.
Se realizó un estudio a doble ciego y a los 6 meses los pacientes tratados habían mejorado sus valores de linfocitos CD4 y los no tratados morían. Por lo que se suspendió el ensayo pues no se consideraba ético no dar un tratamiento efectivo a la mitad de los pacientes.
El problema es que el fármaco perdía eficacia después de uno o dos años de su administración.
Tiempo más tarde se fueron asociando nuevos antirretrovirales lo cual aumentaba la eficacia antiviral, hasta llegar a la situación actual en la que si el paciente sigue el tratamiento mantiene una situación de normalidad sin tener infecciones oportunistas. Entre las combinaciones, el AZT es un fármaco habitual.
Volviendo a la peli, sin ser tediosa tampoco resulta entretenida, no emociona y no trasmite (por lo menos en mi caso) complicidad con el protagonista.
Matthew McConaughey perdió 25 Kg (¡eso sí que es una operación bikini!) y realiza un papel vistoso (pero poco más) y esto le ha valido ganar el Oscar. Lo de la delgadez gusta mucho a los académicos.
El que lo hace bien de verdad es Jared Leto en el papel del travestí Rayon. Un personaje ambiguo pero enternecedor que le roba los planos al antes guaperas Matthew McConaughey.
En mi opinión, una peli fallida con un planteamiento erróneo.
Muchos besos y muchas gracias.
Crítico de Cine de El Heraldo del Henares
Colaborador de Esradio Guadalajara y Alcarria TV
Canal de YouTube: HolaSoyRamónVídeos
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