Película diseñada para el lucimiento dramático de Julia Roberts.
La Novia de América se quiere llevar un Oscar.
Se cuenta el regreso a casa por Navidad del hijo toxicómano perdido.
Me suena a alguna peli ya vista antes.
El problema, para Julia, es que Lucas Hedges se la come por las patas.
Se nota demasiado que ella quiere ganar premios, en cambio su hijo en la ficción compone un personaje realista y sincero, con los mínimos recursos gestuales, pero los precisos, eclipsando a la Roberts que está sobreactuada.
Su interpretación me saca contínuamente de la película. Me impide disfrutarla.
Curioso que la mayoría de los espectadores que nos acompañaban era señoras de una edad.
Se trata de un producto pensado para madres o incluso abuelas jóvenes, que pueden identificarse, aunque sea a lo lejos, con la protagonista.
El director Peter Hedges me parece interesante, rueda bien esta peli de vocación pequeña y autoral, pero se ha equivocado con la intérprete principal, que seguro no se ha dejado dirigir.
A la peli sin contar a Julita le doy buena nota. Con ella se queda en mucho menos.
El inicio de Clooney como director es ciertamente brillante.
Usa planos virtuosos jugando con el espacio-tiempo cinematográfico.
La fotografía es muy adecuada para la época en la que se desarrolla la historia.
El conjunto de la peli resulta muy divertido con una combinación entre comedia y drama que se mueve en la cuerda floja, pero sin llegar a caerse.
Nos descubre el inicio de la telebasura y cómo conectó con el público estadounidense primero, español después y supongo que también mundial.
Contrasta lo bien relatada que está esta parte de la peli con lo poco estructurada que se encuentra la dedicada al espionaje, que no pasa de ser escenas más o menos ocurrentes, pero sin una estructura narrativa clara. Con personajes muy poco creíbles.
No sé si es intencionado o casual, pero tal vez Clooney nos muestra esta parte de la trama como menos verosímil y como fruto de la imaginación de Chuck Barris (Sam Rockwell).
La historia de amor funciona gracias a la encantadora y maravillosa Drew Barrymore, que desde que se estrenó en el mundo del cine ha sabido encandilar a la cámara y a un servidor. Ahora de nuevo de máxima actualidad gracias a la divertida serie Santa Clarita Diet.
El californiano Sam Rockwell está desatado, pero en conjunto su papel resulta convincente, por esta peli obtuvo el Oso de Plata en el Festival de Berlín en 2003.
Mi puntuación: 7,32/10.
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El director George Clooney:
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Curiosidades:
Tanto Julia Roberts como Drew Barrymore trabajaron por un salario reducido como un favor a su amigo, el director George Clooney.
Sam Rockwell fue la primera y única opción de George Clooney para interpretar a Chuck Barris.
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La mayoría de las escenas fueron rodadas en una toma.
La escena del lobby de la NBC y el montaje The Dating Game (1965) se realizan completamente en una toma; los actores corrieron para ponerse en posición.
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El clip del The Newlywed Game (1966) es un clip real.
Durante mucho tiempo se pensó que era una leyenda urbana y, en algún momento, incluso el anfitrión llegó a creer que no era real.
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El guionista Charlie Kaufman se sintió insatisfecho con la forma en que George Clooney trató su guión.
Comentó:
“Pasé mucho tiempo trabajando en el guión, pero Clooney no estaba interesado en las cosas que me interesaban. He seguido adelante, y no tengo ninguna animosidad hacia él, pero es una película que no es mía“.
Clooney reconoció que hizo cambios, porque había ‘escenas funky‘ que nunca hubieran tenido luz verde para una película de estudio.
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La Agencia Central de Inteligencia ha negado que Chuck Barris alguna vez haya trabajado para ellos.
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David Fincher y Bryan Singer fueron considerados como directores.
Singer inicialmente aceptó, pero tuvo que retirarse cuando todo el elenco de X-Men 2 (2003) estuvo disponible para que la producción comenzara.
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Mike Myers, Ben Stiller y Johnny Depp fueron considerados para el papel de Chuck Barris.
Depp se quedó como productor ejecutivo.
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Después de su entrenamiento, Chuck se despide de “Jack” y “Lee”.
Teniendo en cuenta las teorías conspirativas populares sobre el asesinato de John F. Kennedy, ésta es claramente una referencia burlona a Jack Ruby y Lee Harvey Oswal.
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La película fue calificada en un breve artículo en The Onion titulado “Película comercializada como seis diferentes géneros“:
Comedia romántica.
Thriller de espías.
Sátira de Hollywood.
Biopic.
Cómo ser John Malkovich (1999).
Película de chicas.
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El padre de George Clooney, Nick Clooney, solía dirigir programas de televisión.
Contribuyó con experiencias de verlos detrás del escenario para hacer la película.
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Un guía turístico dice que su programa de televisión favorito está protagonizado por Rosemary Clooney, tía del director George Clooney.
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A David O. Russell se le ofreció la película para que la dirigiera, pero la rechazó, y decidió “que no se trataba de otra cosa que un tipo al que le gustaba follar a las chicas y decir que le disparó a la gente en la cabeza“.
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En los créditos, el nombre de personaje de Matt Damon se otorga como Bachelor Matt y Brad Pitt como Bachelor Brad.
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Julia Roberts trabajó en el set durante seis días.
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El auto que Chuck usa en Alemania Oriental es el VAZ 2102 soviético.
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George Clooney comenzó una relación con Krista Allen después de que la película se terminó.
Se separaron dos años después.
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El elenco de la película incluye cinco ganadores del Oscar: George Clooney, Brad Pitt, Matt Damon, Julia Roberts, Akiva Goldsman y una nominada al Oscar: Maggie Gyllenhaal.
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Chuck Barris, mítico presentador de televisión estadounidense, falleció en el mes de Marzo de 2017 a los 87 años por causas naturales en Palisades, una pequeña aldea del condado de Rockland, en Nueva York, según confirmó su publicista.
Barris es conocido por presentar ‘The Gong Show‘ en 1976 para la NBC.
El programa de talentos es recordado por su humor loco y absurdo.
El espacio consiguió tal popularidad que se convirtió en una película, ‘The Gong Show Movie‘
Se ha vuelto más cruel, más insensible y más digital.
El dinero no cumple el viejo axioma que se aplica a la energía. Eso que ni se crea, ni se destruye, solo se transforma.
El vil metal se genera y se esfuma y lo vemos todos los días en la bolsa.
Algo que valía mil, al final del día vale 1050 ó 935.
En este juego perverso del capitalismo jugamos todos.
Todos tenemos acciones, fondos de inversión, planes de pensiones, cuentas corrientes, hipotecas o viviendas adquiridas.
Todos queremos hacernos ricos, o menos pobres dando un pelotazo.
(No conozco a nadie de esos del pelotazo. Esos solo los dan los ricos).
Vivimos también en una cultura de la avaricia.
Queremos tener más y nos olvidamos de vivir mejor.
Los muy ricos quieren hacerse con más dinero y se vuelven insaciables.
Nunca he entendido esa avaricia tan patológica.
Por ejemplo, el señor éste dueño de Zara.
Tiene dinero a espuertas y deslocaliza en países del sudeste asiático para ganar más.
Quédate en tu país crea puestos de trabajo y ayuda a la economía española.
Ganas menos, pero eres un tío horado y benefactor.
Si ya tienes un dineral, ¿para qué quieres más pasta?
No comprendo la avaricia de los que crean cuentas en Panamá o sabe Dios, para eludir pagar impuestos aquí.
Pero si Hacienda se queda un porcentaje de lo que ganas. Solo de lo que ganas.
Vale la pena el oprobio y la vergüenza por unos cientos de miles más o menos.
No es más rico el que más tiene sino el que menos necesita.
Respeto profundamente al que trabaja poco, solo para subsistir y disfrutar de la vida con lo que tiene.
Jodie Foster intenta hablar de estas cuestiones en esta peli.
Aunque ella, (tal vez) no lo sepa, consigue que no me caiga bien ninguno de los personajes.
George Clooney interpreta a una especie de showman televisivo, gurú de las finanzas que como todos los economistas nunca acierta.
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No hace periodismo, hace divertimento barato del de Tele 5.
Le importan las audiencias y su cuenta corriente.
Julia Roberts es la directora del programa Money Monster, telebasura. Lo sabe, pero sigue en ello.
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La ética, la profesionalidad son secundarios ante el dinero.
Jack O’Connell interpreta al tonto que se ha dejado influir por los consejos de un programa de eme y cuando pierde dinero quiere encontrar un responsable.
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Es cierto que lo han engañado, pero se ha dejado engañar.
Él se considera un fracasado y su novia embarazada se lo deja bien claro.
Tal vez creía en el “sueño americano”.
Quería hacerse rico.
No aprecia lo que tiene.
Su novia es estupenda, va a ser padre, tiene salud, pero no es rico.
Es capaz de amenazar con la muerte y la destrucción de una bomba porque no es rico.
Tampoco me puede caer bien.
No deja de ser un miserable.
Aunque Jodie Foster se empeñe en presentárnoslo como una víctima solo se mueve por el dinero.
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Ni todo el dinero del mundo vale lo que una vida humana.
Dominic West interpreta al empresario fraudulento y avaricioso.
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La directora nos introduce una trama rocambolesca de huelgas en minas de platino de Sudáfrica que no tiene ni pies ni cabeza, al final de la peli.
Porque está empeñada en hacer una peli de denuncia social que sea atractiva al espectador para lo que se ve obligada a introducir elementos de thriller.
El grave problema, su grave problema, es que no tiene claro lo que quiere denunciar.
Compone un producto supuestamente seductor.
Musiquilla que te invita a sentir emociones según la escena, montaje trepidante, fotografía saturada, trucos de guión, secundarios molones, escenas de sexo gratuitas…
Jodie has hecho un producto capitalista para que la gente vayamos al cine nos tomemos un litro de Coca-Cola y un bolsón de palomitas y nos sintamos por unos segundos confraternizados con un puto terrorista porque le han timado en bolsa.
¡Estás contenta acabas de contribuir al capitalismo y encima te crees mejor que muchos porque has hecho algo que puede parecer denuncia social!
Dicho todo esto, la peli es entretenida.
Un señor, una fila delante de mí, cuando llevábamos cinco minutos de peli, abrió su tablet y se puso a jugar al Sim City.
No es broma. Me desconcertó. Me cambié de sitio. Me distraía demasiado.
Agosto es una obra teatral llevada al cine y eso se nota.
Diálogos entre brillantes y cáusticos en un medio difícil como es la familia.
¡Ay la familia! Esa fuente inagotable de pasiones, tensiones, emociones…
Personas que unidas por la genética o por el amor (en origen) comparten entierros, bautizos, bodas, comuniones, navidades… En ese microcosmos se condensan todo tipo de sentimientos.
El cine y, a veces, la literatura nos ha dado una visión idílica de los padres. Cuando alguien piensa en la madre de otros siempre la supone tierna y bondadosa, entregada a sus hijos. Pero la vida nos da muchos ejemplos que rompen este esquema.
En Agosto, Meryl Streep, no solo lo rompe, lo descuartiza.
Una mujer que sufrió una infancia terrible con una madre cruel, cuestión que parece justificar la mala leche contra sus hijas y sus yernos.
Reconozco las impresionantes interpretaciones de todos los actores y que son la base sobre la que se sustenta esta producción. Tal vez la protagonista un poco pasada de rosca.
Pero el mal cuerpo que te deja la peli no lo perdono.
No apta para público acostumbrado a ver a la familia ideal en el cine.
A partir de aquí voy a destripar la peli hablando de los personajes. Solo porque me apetece.
Si no quieres saber más no sigas leyendo.
Meryl Streep es la matriarca, fumadora y adicta a las pastillas. Se queda viuda de Sam Shepard, alcohólico y posiblemente suicida. Entre las múltiples virtudes de esta madre-madrona está la avaricia y el racismo.
Julia Roberts es una de sus hijas, nunca se le perdonó que se fuera de su casa en Pawhuska, en Oklahoma. Su matrimonio ha sido un fracaso.
Su marido Ewan McGregor la ha dejado por una chica más joven.
La hija de ambos es Abigail Breslin, vegana porque cree que los animales trasmiten el miedo que tienen antes de morir, por lo que es objeto de bromas (crueles) por parte del resto de la familia.
Su futuro tío, Dermot Mulroney, la introduce en el consumo de cannabis y le quiere ver las tetas. Prometido de Juliette Lewis, una chica casi cuarentona, con un pasado poco claro y nada alegre, capaz de perdonarle por conseguir el matrimonio.
Su hermana, Julianne Nicholson, se ha quedado a cuidar de sus padres. Padeció una histerectomía en soledad por no dar explicaciones a su familia.
Su madre se mofa de ella por no haber conseguido novio, pero tiene uno en secreto, Benedict Cumberbatch, un chico apocado. Es su primo y como termina descubriendo su hermano.
La madre de éste, Margo Martindale, lo considera un fracasado y se ensaña con él. Fruto de una relación adúltera, posiblemente descarga su remordimiento en su hijo.
El marido de ésta es Sam Shepard, adicto a la mariguana para conseguir soportar el agrio carácter de su esposa.
En medio de todo este guirigay de familia disfuncional está la criada, una nativa americana, Misty Upham, que asiste con asombro al espectáculo que se le ofrece muy parecido a un coso romano. La única cuerda de toda la función.