Woody Allen ha encontrado la fórmula perfecta para hacer una comedia amable, entretenida y agradable.
Ha colocado un escenario inmejorable, con un París de postal que por mucho que lo hayamos visto nunca nos cansaremos de contemplar.
Un Owen Wilson que interpreta al director imitándolo perfectamente con sus característicos titubeos e inseguridades.
Una Rachel McAdams que está estupenda. Durante la proyección cada vez que la veía no podía evitar decir: ¡Qué buena está esta chica!
Una maravillosa Marion Cotillard, bella y dulce.
Un cameo de lujo, la primera dama de Francia, Carla Bruni que sale airosa del compromiso.
Una historia divertida con referencias a la Cenicienta, con una colección de personajes-artistas curiosos, especialmente gracioso el personaje de Dalí.
Un personaje pedante y odioso interpretado por Michael Sheen.
Buena música de jazz que no resulta excesiva.
Con todo esto, Allen ha hecho una de sus mejores obras que como siempre nos invita a una reflexión-moraleja, esta vez sobre el inconformismo y la búsqueda de algo mejor en otro tiempo o en otras personas que nunca se termina de encontrar.
Muchos besos y muchas gracias.
Crítico de Cine de El Heraldo del Henares
Colaborador de Esradio Guadalajara y Alcarria TV
Canal de YouTube: HolaSoyRamónVídeos
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