Tengo amigos que esta peli les apasiona, pero Don Carlos Boyero, posiblemente el crítico español más influyente, escribió:
“Espantosa (…) Es una sucesión de tonterías sin gracia, los caprichos vacuamente surrealistas de un niño consentido e irritante.”
Denis Lavant va desplazándose en una limusina por las calles de París en una larga jornada de trabajo donde va representando diferentes personajes, desde los más miserables y estrambóticos, a los más cotidianos.
Comprendo que a algunos pueda espantar y a otros fascinar. Yo soy de los segundos.
Una vorágine incontenible de emociones y experiencias. Algo nunca visto e irrepetible.
El desconcierto inunda todo el metraje, lo que te hace realizar un esfuerzo especial para seguirla y comprenderla, pero este sacrificio tiene la recompensa de obtener una experiencia única.
Me alegro de volver a discrepar con Don Carlos (de nuevo).
Fue crucificado con la cruz en equis en Grecia y tardó tres días en morir.
Mientras fallecía siguió predicando la doctrina cristiana.
Pero esta peli no va de la vida de este santo (hubiera sido mejor) sino de la Falla de San Andrés.
Tiene 1.200 Km de longitud y recorre California de norte a sur, causando terribles terremotos.
Después de ver la peli termino con el corazón partío.
Por un lado me lo he pasado fenomenal, con edificios cayendo a lo bestia, como una atracción de feria a lo grande.
La familia rota que se une gracias a la desgracia común, aflorando los mejores sentimientos.
Con un fortachón Dwayne “The Rock” Johnson que da gloria verlo de lo lucido que está y que no hace mal su papel, incluso podría decir que en ocasiones parece actor.
Con dos bellas. Por un lado la madurita, pero atractiva Carla Gugino que se mantiene fenomenal.
Por otro la jovencita Alexandra Daddario que tiene unos ojos que, como diría un romántico, se podría navegar toda una vida en ellos.
La peli es una montaña rusa de impresiones que no te deja respiro y te impide un racionamiento adecuado.
Por otro lado la peli no soporta ni el más mínimo análisis.
Se trata de la típica peli de catástrofes de las que padecemos periódicamente sin que se aporte nada original.
Es cine de escombro donde parece que se establece un concurso a ver que edificio levanta más polvo.
La historia no se sostiene (ni los rascacielos).
Dwayne “The Rock” Johnson acude a salvar a su esposa que se divorcia para liarse con un ricachón. Para rato iba cualquier exmarido cabal a salvar a su ex. Con la cantidad de chicas guapas divorciadas que hay en el mundo.
Luego se dedican a buscar a la hija perdida. Van por tierra, robando un coche, por aire, robando una avioneta y por mar, robando un barco. Como hay que salvar a la niña desaparece el concepto de propiedad privada.
La escena de la RCP es patética y previsible. Penosa, emética, insoportable, cabreante…
El científico Paul Giamatti está, como siempre estupendo. Escaso aliento.
Salir contento de una peli y que tu racionamiento posterior te diga a gritos que es basura es muy triste.
Recuerdo que en 1974 vi una peli que se llamaba Terremoto con unos crepusculares Charlton Heston y Ava Gardner, también intervenía la exuberante Victoria Principal. Esta peli contaba con sensurrum (o como se diga) y me pasó lo mismo me gustó, pero no se aguantaba.
Me consuela que en el fondo sigo siendo un jovenzano tan tontaína como hace 40 años.
Ya sé que puedo hacer con mi problema: ¡tiritas para este corazón partío!.