Inmediatamente después de rodar Grupo salvaje, Peckinpah comenzó el rodaje de esta comedia.
Para el director era su mejor película.
La peli se filmó en Echo Bay, Nevada.
El rodaje se retrasó por la presencia de lluvia. Esos días el equipo, con Peckinpah al frente, se dedicaba a beber. La factura del bar ascendió a 70.000 dólares.
Simpático y nostálgico western que tiene como protagonista a Cable Hogue (Jason Robards) un hombre bueno con su moral personal que intenta subsistir en un ambiente crepuscular.
También se podía interpretar como una historia de amor, un amor que al final se demuestra imposible.
Después de la orgía de sangre de Grupo salvaje, en esta peli solo muere un forajido.
Es una historia crepuscular. El fin de un hombre del desierto y el fin de una manera de entender el Oeste.
Nuestro protagonista termina aplastado (literalmente) por la civilización que representa el automóvil.
Solo los que se sepan adaptarse sobrevirán, como el charlatán Revendo Joshua que conduce su moto con sidecar.
Stella Stevens (Hildy) me parece encantadora, ella también tiene su golpe de suerte que le permite cumplir sus sueños.
Cable Hogue tiene sus aspiraciones cumplidas al encontrar su pozo en el desierto. Los dos viven momentos felices.
Una peli tierna que refleja bien que Peckinpah tenía su corazoncito.
Sigo, lentamente, con mi ciclo dedicado al Hombre que mató a John Ford.
Me detengo en su peli más emblemática.
Anécdotas y curiosidades:
En una entrevista, Ben Johnson, dijo que las mujeres mexicanas que “retozaban” con él y Warren Oates en enormes cubas de vino no eran actrices, sino las prostitutas de un burdel cercano.
Fueron contratadas por Sam Peckinpah para poder decirle a la gente que Warner Bros había pagado prostitutas para su reparto.
Robert Ryan se quejó de no recibir sus ingresos.
Sam Peckinpah decidió “castigar” a Ryan.
En los créditos de apertura, después de congelar la pantalla en primeros planos de William Holden y Ernest Borgnine, Peckinpah presentó la imagen de unos caballos cuando aparecía el nombre de Ryan.
El propio robo del tren no estaba en el guión.
Todas las escenas fueron improvisadas en el lugar, el mismo día.
Deke Thornton describe el general Mapache como “un asesino de Huerta”.
Se refería al general Victoriano Huerta, que había derrocado y asesinado el presidente mexicano Francisco Ignacio Madero en 1913, lo que desencadenó una guerra civil.
La ciudad que aparece en la película se rodó en Parras, en el estado de Coahuila, lugar de nacimiento de Madero.
Irónicamente, Emilio Fernández, que interpreta a Mapache, luchó como oficial en el ejército de Huerta, aunque en 1923 en una rebelión iniciada por Huerta y no la revolución 1916 de película.
Huerta fue finalmente derrotado, y Fernández fue capturado, juzgado por traición y condenado a 20 años de prisión. Se escapó y huyó a Los Ángeles, donde encontró su camino en la industria del cine y comenzó una amistad de por vida con el director John Ford.
Después de su regreso a México, se convirtió en un actor y director y es conocido como uno de los más grandes cineastas de la historia del cine mexicano.
La imagen del escorpión enredado en el hormiguero fue sugerida por Emilio Fernández porque él y sus amigos solían hacer eso cuando eran niños. La imagen no estaba en el guión original.
Ernest Borgnine cuando cojeaba no estaba actuando.
Se rompió el pie durante el rodaje de El reparto (1968) de Gordon Flemyng.
Tuvo que usar un yeso durante todo el rodaje.
Antes de que comenzara el rodaje, William Holden y Sam Peckinpah discutieron sobre el bigote que el personaje de Holden, Pike Bishop, usaría.
Porque a Holden, al parecer, no le gustaba su imagen, pero Peckinpah ganó la discusión.
Holden llevó un bigote falso durante la filmación.
No había suficientes uniformes para toda los dobles y extras en el tiroteo.
Si alguien era filmado recibiendo un disparo, el personal de vestuario reparaba y lavaba su uniforme.
Después era usado por otro actor.
En al peli hay 2.721 tiros, es decir una media de un tiro cada tres segundos.
En el “Tiroteo en el Bloody Porche” hay 325 tiros en cinco minutos, menos de un tiro por segundo.
La última escena que se rodó fue la del puente durante la explosión del Río Nazas (sustituyendo Río Bravo).
Fueron necesarios cinco especialistas, cada uno recibió 2000 dólares, y seis cámaras.
La escena fue filmada en una sola toma.
Una cámara cayó al río y se perdió.
Después de la filmación de la película, fue montada por el productor Phil Feldman (en ausencia de Sam Peckinpah)
Cortando su metraje en unos 20 minutos.
Ninguna de las imágenes eliminadas era violenta.
El montaje de 145 minutos realizado por el director en un relanzamiento en 1994, ha sido el que ha perdurado.
El papel de William Holden fue rechazado por Lee Marvin, Burt Lancaster, James Stewart, Charlton Heston, Gregory Peck, Sterling Hayden, Richard Boone y Robert Mitchum.
Marvin en realidad aceptó el papel, pero se retiró después de que se le ofreció un acuerdo salarial mayor por La leyenda de la ciudad sin nombre (1969).
Esta película es una adaptación de una historia ideada por Roy N. Sickner, actor y especialista de cine.
La peli está montada con 3.643 escenas.
Algunas de ellas son tan pequeñas que no son perceptibles.
Hasta el momento era la peli que constaba de más cortes.
El hijo del director Mateo Peckinpah realiza una pequeña intervención durante el atraco inicial. Es uno de los niños que aparece junto con otro abrazados.
John Wayne se quejó de que la película había destruido el mito del viejo oeste.
En 2007, el American Film Institute la clasificó en el puesto 79 de las mejores películas de todos los tiempos.
Sam Peckinpah declaró que uno de sus objetivos para esta película era dar al público “una idea de lo que es ser abatido a tiros”.
Siete trajes idénticos fueron hechos para el actor principal.
Todos ellos se arruinaron durante la filmación.
El presupuesto pasó de 3,5 a 6 millones de dólares y la programación original se extendió de 70 días a 81.
Durante la proyección en Nueva York, Sam Peckinpah invitó Jay Cocks, de la revista Time, que trajo a su amigo Martin Scorsese.
Se sentaron en una sala de proyección de Warner Bros vacía, con sólo otros dos críticos, Judith Crist y Rex Reed.
En la escena final quedaron impresionados en sus asientos.
Recordó Scorsese:
“Nos quedamos fascinados por ella, era obviamente una obra maestra. Fue cine real, utilizando la película de tal manera que de ninguna otra forma se podría haber hecho”.
Durante la escena inicial del asalto a la oficina de correos, uno de los hombres de a caballo se disparó en la cara.
Se hirió gravemente.
“La Golondrina” es cantada por los campesinos mexicanos.
Es una canción escrita en 1862 por el médico mexicano Narciso Serradell Sevilla (1843 a 1910), quien en ese momento se exilió a Francia debido a la intervención francesa en México.
Esta canción se convirtió en la preferida de los mexicanos en el exilio.
Sam Peckinpah quería hacer algo diferente con el uso de las armas de fuego.
Le dijo a un amigo:
“Si disparo a una pelota de nieve, el agujero de entrada es como diez centavos, pero el de salida es del tamaño de un plato de ensalada. Es esa la violencia que quiero para mi película”.
El rodaje fue sorprendentemente bien.
En los 79 días sólo hubo dos pequeños accidentes.
Ben Johnson se rompió el dedo en la ametralladora y William Holden se quemó el brazo con un detonador estropeado.
Pero el polvo y el calor eran implacables.
De acuerdo con el legendario especialista Joe Canutt, quien también trabajó en Mayor Dundee (1965):
“Estábamos en una zona tan cálida que los cactus se habían secado”.
Sin embargo, Sam Peckinpah insistido en que la película debía ser rodada en México.
En los pases previos de la película las reacciones del público eran a menudo negativas y hostiles.
El ejército de Mapache eran verdaderos soldados mexicanos de un regimiento de caballería estacionado cerca de Parras en el estado de Coahuila, donde la película fue filmada.
Número de muertos: 145 (22 en la tanda de apertura y la friolera de 112 en la batalla culminante).
La música de la película es otra obra maestra, compuesta por Jerry Fielding, el compositor que mejor conectó con Sam Peckinpah.
Fielding empezó a trabajar como arreglista en Hollywood muy joven, con tan solo 18 años.
Era la década de los 40 pero enseguida le cerraron las puertas al ser incluido en la lista negra del senador McCarthy ya que se negó a declarar ante el Comité de Actividades Antiamericanas y no regresaría al mundo del cine hasta los años 60.
Jerry Fielding conoció a Sam Peckinpah en 1967 trabajando para “Noon wine” una película rodada para televisión y se hicieron buenos amigos.
Los dos tenían un carácter salvaje bastante parecido y aficiones comunes como el bourbon y las armas de fuego.
Además de “Grupo salvaje” trabajaron juntos en cuatro películas más: “Perros de paja”, “El rey del rodeo”, “Quiero la cabeza de Alfredo García” y “Los aristócratas del crimen”.
No fueron más debido a que Fielding falleció prematuramente en 1980 a los 57 años, víctima de un ataque al corazón.
A pesar de lo bien que se llevaban compositor y director eran famosas sus peleas.
En “Grupo salvaje” hasta en tres ocasiones Peckinpah rechazó las composiciones que el músico había escrito.
Cuentan que Fielding le estampó una silla en la cabeza y el director estuvo a punto de utilizar la pistola que casi siempre llevaba encima.
Afortunadamente lograron ponerse de acuerdo y la partitura que acompaña a la película es magnífica.
El tema principal con su tono trágico y su redoble de tambores de aire militar consigue crear desde los títulos de crédito iniciales una atmósfera tensa que nos anuncia las matanzas a las que vamos a asistir.
Comentarios y opinión:
La violencia coreografiada de esta película y las sucesivas de Sam Peckinpah tiene un tono paradójicamente poético.
Hay un cierto lirismo.
Los personajes van sucios, en la mayoría de los casos son detestables, de una bajeza moral insoportable, pero aún con todo hay un tono épico en los dos personajes principales.
William Holden y Robert Ryan fueron amigos. Un malentendido les hizo enfrentarse y les ha convertido en enemigos.
Los dos se respetan, se temen y en realidad no desean su final. Pero el destino les ha hecho enfrentarse.
Uno de los aspectos más inquietantes de la peli es la constante presencia de niños como testigos atónitos de los tiroteos y como verdugos crueles al principio de la peli.
La imagen de los infantes disfrutando al ver como un alacrán es destruido por un montón de hormigas es escalofriante y curiosamente es una de la imágenes más truculentas de la peli.
La sucesión de tiroteos, de escenas de acción, hacen que la peli se disfrute con atención e interés.
La historia avanza de manera trepidante y no da respiro.
Siempre se ha dicho que Peckinpah renovó el género. Yo creo que le dio una vuelta de tuerca más.
Conservó elementos básicos (la épica, el lirismo), pero introdujo la violencia descarnada, la suciedad física y moral.
Como en todas las pelis de este director sus rodajes resultaban truculentos y están repletos de anécdotas:
Varias escenas importantes quedaron sin rodar, como la masacre inicial de la peli que se presenta como una elipsis.
Charlton Heston ofreció donar a su sueldo si los productores accedían a filmarla, pero el presupuesto ya se había sobrepasado y decidieron no ceder.
Charlton Heston se llevaba muy mal con Richard Harris, lo que no impedía que se quedaran bebiendo hasta las tantas y el primero llegara tarde en varias ocasiones al rodaje.
Sam Peckinpah se mostró muy desagradable durante el rodaje.
Charlton Heston, en una ocasión, llegó a amenazarle con un sable.
El actor declaró que fue la única vez que un director le hizo perder los nervios.
El papel de James Coburn estaba pensado en un principio para Lee Marvin, preferido por Peckinpah, pero pidió mucho dinero.
Después del estreno y el éxito de Grupo salvaje, la productora ofreció a Peckinpah rodar las escenas que faltaban para montar la peli de nuevo, el director lo rehusó tajantemente.
La idea original era rodar una peli sobre el General Custer que fue derrotado y muerto por los indios en la batalla de Little Big Horn, pero las aventuras del Mayor Dundee eran parecidas y más desconocidas, por eso prefirió rodar esta peli.
El presupuesto inicial era de 4.500.000 dólares y programada para 75 días de rodaje.
Pero los días previos hubo cambios en la dirección de la Columbia y se redujo el presupuesto a 1,5 millones de dólares y solo 15 días de rodaje.
Todos podemos imaginar la reacción del irascible Peckinpah.
El guión se escribió pensando en John Ford, pero estaba dirigiendo El Gran Combate y no estaba interesado.
Charlton Heston apoyó al director e impidió que fuera despedido por la Columbia.
Mayor Dundee es un western fronterizo donde hay soldados yanquis, confederados, indios y tropas francesas.
El mayor problema del resultado final es que los productores cambiaron el montaje e impidieron que Peckinpah terminara su película.
En consecuencia el producto final es bastante digno, pero tal vez en manos de Sam hubiera sido una obra maestra. Eso nunca lo sabremos.
Hay un aroma a clásico en la película, pero también hay elementos innovadores en la estructura del western.
Eran tiempos de cambio en la sociedad norteamericana y también en el cine del oeste.
A mí me ha gustado especialmente lo bien rodadas que están las escenas de acción y algún homenaje al cine del gran Ford.
De la primera, Compañeros mortales, siempre renegó, incluso llegó a prohibir a sus amigos que la vieran.
En Duelo en la alta sierra compone un western crepuscular.
En tan solo 29 días de rodaje y con un presupuesto mínimo consiguió hacer la peli que quería.
Llegó a las manos con el productor en un par de ocasiones.
Usó las velas de Rebelión a bordo para hacer las tiendas de campaña de la estación minera.
Utilizó los decorados de La conquista del Oeste.
Fue la última película de Randolph Scott, que quedó muy satisfecho con su interpretación y con la peli y decidió que era su final perfecto.
Peckinpah aisló a los actores que interpretaban a los hermanos Hammond para fomentar su amistad y distanciarlos del resto del reparto.
Abroncaba con frecuencia a Ron Starr, que interpretaba a Heck Longtree, para aumentar su inseguridad, pero el joven actor lo aceptaba resignado.
Joel McCrea representa al hombre honrado. Sabedor que su dignidad no le ha hecho rico y que en eso consiste su único capital. Morirá pobre, pero honrado.
Randolph Scott quiere cobrarse la factura que la vida le debe. Lo que más le va a doler será traicionar a su amigo, a quien respeta y admira.
La joven Mariette Hartley desea huir de su padre que la amordaza, pero descubre que su futura vida de casada no es, precisamente, una maravilla.
Aunque, según Gonzalo Suárez, Sam Peckinpah fue El hombre que mató a John Ford, están claras las influencias de este director.
Hay una contraposición entre los protagonistas, que simbolizan la civilización, y los hermanos Hammond que representan el salvaje Oeste.
El Juez Tolliver, interpretado por Edgar Buchanan es un personaje típicamente fordiano.
Pero los dos ancianos protagonistas, con muchas batallas a sus espaldas, también lo son.
Peckinpah aún no había comenzado a desplegar sus recursos narrativos y estilísticos propios, pero su western era más sucio, más terrible, menos idílico.