Coppola entre los Padrinos 1 y 2 filma esta peli mucho más pequeña.
Como todas las pelis de este director resulta una obra muy personal, muy de autor.
Me moviliza la nostalgia en mí cuando veo los artilugios de espionaje que se utilizan. Las tecnologías de ahora son increíblemente mejores.
El aspecto más interesante de la película es el personaje de Harry Caul, protagonista absoluto de la peli.
Un individuo muy eficaz en su trabajo, pero su moral católica (el elemento religioso es una constante en el cine italoamericano) le crea graves conflictos.
Las consecuencias (fatales) de una investigación le han marcado y no puede permitir que eso re repita.
Es admirado dentro de su gremio, pero demuestra ser un pardillo en asuntos sentimentales. Le toman el pelo bien tomado.
El giro final de la historia resulta intencionadamente confuso, pero es estupendo.
Las imágenes, antes de acabar la peli, del espía espiado son impactantes y quedaron marcadas en mi retina.
Gene Hackman es el sustento de la película y está espléndido, hombre atormentado, un poco crepuscular.
Destacar la presencia de secundarios estupendos.
John Cazale que solo hizo cinco pelis, pero todas ellas míticas y fue Fredo en El Padrino.
Cuando Jose preguntó en el Taller de Cine de Azuqueca de Henares si la habíamos visto no supe qué responder, pero cuando comencé a verla la recordé inmediatamente y me vinieron a la cabeza esas imágenes finales.