En casi tres horas de proyección Tarantino se lo pasa fenomenal y se lo hace pasar igual de bien al público. Hace el cine que le gusta y ha sabido crear un estilo propio y por ello es un autor.
El argumento es ingenioso y creíble con diálogos divertidos pero no excesivos (como pasaba en su anterior peli Malditos bastardos).
Los personajes están bien perfilados.
El tono en conjunto es de comedia con muchos momentos hilarantes. Tarantino sabe mezclar humor y violencia y así encuentra la complicidad culpable del espectador.
Hay imágenes sangrientas pero no truculentas, Quentin lo mide al milímetro.
Solo se pone serio cuando se tortura a los esclavos, eso no es capaz de tomárselo a broma.
El sentido del humor y la autocrítica llega a su paroxismo cuando el actor Tarantino es desintegrado por dinamita.
Kerry Washington está estupenda, me declaro devoto admirador.
Samuel L. Jackson en su papel de pelotas rastrero hace un personaje que podemos identificar en nuestro medio laboral con frecuencia.
Hay bastante sangre, pero yo le pido a Tarantino más hemoglobina en la próxima, por favor.
Muchos besos y muchas gracias.
Crítico de Cine de El Heraldo del Henares
Colaborador de Esradio Guadalajara y Alcarria TV
Canal de YouTube: HolaSoyRamónVídeos
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