Os pongo un vídeo de Lady Gaga, que por cierto protagoniza unas producciones excelentes, y un videomob rodado en Madrid basado en el tema Judas que tiene una calidad profesional que protagoniza Alex un amigo de Mar. Para que comparéis.
Mar y yo decidimos ver de tirón las tres primeras pelis de Scream para poder ir al cine a ver la cuarta entrega con fundamento.
Las tres fueron dirigidas por Wes Craven en 1996, 1997 y 2000.
Como llevo retraso con las críticas hago un pack tres por uno.
Despreciar este cine de entretenimiento y juvenil sería lo más sencillo. Destacar algunos elementos de interés es posiblemente más complicado pero más divertido.
La línea argumental es clavada en las tres pelis pero la segunda parodia a su anterior y la tercera a sus predecesoras.
Ese tono de autoparodia con un espíritu juguetón del siempre joven Craven le dan un toque especial.
Las referencias cinéfilas son estupendas y constantes. Esa discusión en clase de cine sobre si las segundas partes son mejores que las primeras es magnífica.
Es gracioso como Drew Barrymore dura unos pocos minutos al comienzo de Scream. En la dos ocurre lo mismo con Jada Pinkett Smith, la esposa de Will Smith, con una agonía delante de la pantalla rememorando algún clásico, un inicio espléndido, mientras ven el estreno de Puñalada que protagoniza Heather Graham que también es asesinada haciendo el papel de la Barrymore.
Hay tres personajes que duran las tres pelis: la sosa y feucha Neve Campbell, el torpe pero imprescindible David Arquette y la maravillosa Courteney Cox, la Mónica de Friends, de la que me declaro absoluto admirador.
La saga de Scream es para tomársela a broma, cualquier afán de trascendencia o intentar recordar quienes son los asesinos resulta inútil.
Veremos que nos presenta Wes Craven en la cuarta entrega. ¿Más de lo mismo o lo mismo mejorado?