Ryan Gosling llega al colmo su inexpresividad y su falta de locuacidad, a pesar de ser el protagonista no pronuncia más de 30 palabras en toda la peli.
Los planos fijos y el subrayado esteticista se suceden sin solución de continuidad.
Presentada en la Sección Oficial del Festival de Cannes fue abucheada después de la proyección.
He leído más de veinte críticas sobre la peli. Hay una clara división de opiniones. Casi todos la catalogan de pretenciosa y vacía y unos pocos la consideran interesante.
A mí me parecido una peli notable.
Hay que hacer un esfuerzo para averiguar qué es lo que los personajes son y pretenden. Ese acto voluntario de investigación hace que las escenas tengan que ser analizadas e interiorizadas y en consecuencias transformadas en la mente del espectador, que visiona una peli u otra según su predisposición y su estado de ánimo. Esto explicaría la división de opiniones.
A mí me gustan que me den pistas pero no que me lo cuenten todo. En cierto modo, me atrae construir una historia con los datos incompletos que me aportan. Suponer es mejor que solo entender.
No hace muchas semanas vi varias pelis de Jean-Pierre Melville, máxino representante del neo-noir francés. Esta peli que nos ocupa me ha recordado en parte a este cineasta.
Los escasos diálogos de Ryan Gosling los compensa su madre en la ficción, una arrebatadora Kristin Scott Thomas, verborreica, pérfida, malvada. Todo un personaje. Pero maravillosa, atractiva y subyugante.
Delante de mí se sentaron cinco señoras que parecían GTV (de Guadalajara de toda la vida). No pararon de hablar en toda la peli. Cuando ya estaba harto les dije: por favor señoras, guarden silencio. Me miraron con cara de susto pero no me hicieron ni el más mínimo caso. En las escenas violentas una se tapaba los ojos. Decía a las amigas: avisadme cuando termine. Antes que la escena se interrumpiera le espetaban: ya ha acabado. Y se partían de risa.
Este director danés nos sorprende con una película de género electrizante y modesta en su producción pero brillante (muy brillante) en su resultado.
Lo primero que llama la atención es la planificación de las escenas de persecución que son creíbles y crean un estado de tensión sin que haya aparatosos accidentes.
El personaje interpretado por Ryan Gosling es parco en palabras y en gestos, capaz de todo por amor y sabedor que se ha metido en un asunto del que no puede salir bien librado con un tono trágico.
Ese mecánico, que se dedica ocasionalmente a especialista de coches en películas y a conductor en robos, tiene su vida vacía y encuentra con qué llenarla con sus vecinos, una madre y su hijo que tienen al marido y al padre en el talego.
Ryan Gosling actúa magníficamente haciendo muy creíble a un personaje frío y enigmático pero con gran corazón.
La trama encaja con mecanismo de relojería al más puro estilo de cine negro con escasos momentos de violencia que resulta incontenida.
La peli de presupuesto muy reducido recaudó más del doble el fin de semana de su estreno.
Nicolas Winding Refn se muestra como un director solvente que sin pretensiones articula una peli formidable. Es su primera peli americana espero que no se deje corromper.