Me enfrento a una muchedumbre de niños acompañados de sus padres, armados de palomitas y refrescos con alto contenido en glucosa, en la gran Sala 1 de los Multicines Guadalajara.
El primer acierto de la peli es que sabe llenar salas con un público familiar.
Antes de entrar saludo a mi amigo Jesús Hernando que la ha visto en la primera sesión y me dice que le ha gustado, que respira aire a los ochenta.
Mi predisposición no puede ser mejor.
Pesadillas es una historia bien construida que pretende, y lo consigue, ser cine de entretenimiento.
Había visto el tráiler varias veces y compruebo que me ha destripado la peli. El vídeo promocional te lo cuenta prácticamente todo.
El efecto sorpresa había desaparecido, y lo que veo resulta bastante previsible.
Soy totalmente contrario a ver los tráileres, pero me lo habían puesto antes de varias pelis de los días previos.
Tiene un aire a cine de palomitas muy ochentero. Incluso los monstruos, diseñados por ordenador, no están muy perfeccionados, dando un aire nostálgico al visionado.
Jack Black es un actor que siempre me ha encantado, compruebo que se va haciendo mayor y de jovenzuelo regordete ha pasado a padre mayorcete.
La peli está plagada de acción y de sustillos, de los que encantan a los niños.
Tiene final feliz, como mandan los cánones del cine familiar.
Creo que todos salimos contentos del cine.
Cumple su función con dignidad, con cierto espíritu autoparódico, con buenos diálogos y no esconde ser un homenaje a Jumanji.