Pollo con ciruelas es un cuento que se debate entre la transgresión del lenguaje cinematográfico y el esteticismo más empalagoso.
La historia de dos amores frustrados se hace divertida cuando sorprende al espectador desafiando la coherencia narrativa.
Se desarrolla en el Teherán de la época del Sha de Persia, en un ambiente occidentalizado.
Un músico deprimido decide dejarse morir. Se ha roto su violín y ha perdido a Irán su mujer amada.
Maria de Medeiros interpreta a su esposa. Ella es matemática. Él artista. Son incompatibles. Ella siempre estuvo enamorada de él. Él siempre estuvo enamorado de otra.
Lamentablemente la peli no me ha gustado.
Su protagonista Mathieu Amalric no me ha trasmitido para nada. Es un soseras que se parece demasiado a Roman Polanski.
Los excesos esteticistas me molestan.
El final es un pastelón romanticón, con la clara intención de emocionar y la bochornosa sensación de no conseguirlo.