Cuando me enteré que Andy Serkis había dirigido una peli me pregunté: ¿será Smeagol o Gollum?
Una razón para vivir es una producción británica que habla de la superación personal ante la mayor de las adversidades.
Llena de momentos sentimantoloides, se trata de la típica película buenista que obvia los aspectos negativos para centrarse en los positivos.
Resulta difícil criticar una peli así, porque se puede interpretar que no apoyas este tipo de actitudes.
Me molesta que la carga del esfuerzo recaiga en el enfermo, cuando está claro que su cuidadora es la que más ha hecho por su enfermo.
Se pone al descubierto el interés por llevar una vida “normal” de este tetrapléjico.
Se olvidan elementos básicos de la vida cotidiana que son cuando menos molestos.
Cuestiones como la higiene, la alimentación, incluso la movilidad. Al paciente lo vemos en la cama y en el fotograma siguiente en la silla de ruedas como si esta operación fuera sencilla.
Movilizar a un enfermo de estas características exige mucho esfuerzo, desde luego su abnegada esposa por sí sola no lo podría hacer de ningún modo.
La peli además se mueve entre el drama y la comedia, confundiendo al espectador.
En una escena en la que se para el respirador y el protagonista comienza a sufrir de axfixia, parte del publico se reía antes las muecas y aspavientos del sufridor.
Lo más catastrófico es la parte que se desarrolla en España.
Vemos en un camino la señal de Tarragona, en un paisaje de tierras rojizas, alejado del ambiente mediterráneo.
Cuando una avería les deja paralizados en la cuneta aparecen un grupo de gitanos con guitarras cantando por bulerías. Una cosa muy catalana.
Diego, que me acompañó a la proyección, y un servidor nos quedamos hasta el final de los créditos para comprobar que había sido rodada en Sudáfrica e Inglaterra, ni un fotograma en Cataluña, como ya presentíamos.
Por cierto en el pasaje que se desarrola en Kenia (aunque en realidad es Sudáfica) los negros aparecen como elemento decorativo.
Decidamente esta peli la ha rodado Gollum y no Smeagol.
Más que interesarnos la peli queríamos conocer el nuevo cine de Azuqueca de Henares.
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Es una sala con 160 butacas con un nivel equiparable a cualquier sala comercial de multicines.
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Está emplazada en lo que, al parecer, se llama EJE, Espacio Juvenil Europeo.
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Después de ver la peli a la sala le doy una nota muy alta. Imagen perfecta, aunque estés en las primeras filas, sonido muy adecuado, sin estridencias. El público regular, incluida Elena, que no dejaba de hacer comentarios. Queridos: esto no es el salón de vuestra casa, hay que estar calladicos. Los comentarios para el final.
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Vamos con la peli.
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Mr. Turner es el retrato de la persona y del artista. Pintor británico que falleció a mediados de siglo XIX.
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Timothy Spall compone un personaje de manera perfecta, toda una clase magistral de interpretación.
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Nos presenta a la persona llena de imperfecciones, de contradicciones, de energía. Capaz de la más bella frase y del acto más animal. Que habla citando a los clásicos y haciendo referencias a la mitología o emite gruñidos en diferentes tonos, cual porcino.
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Nos da la imagen del pintor que no para de buscar inspiración en la vida y que tiene ese punto de genialidad que le hace ser un artista con mayúsculas.
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Afortunadamente su director, Mike Leigh, huye de ofrecernos una biografía pormenorizada de su vida y nos muestra con trazo grueso, como los del pintor, la vida y la manera de ser de este personaje único.
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Hay una perfección técnica en todo muy british, que le da un tono de calidad y cierta frialdad, que a mí no me ha molestado.
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La composición de la fotografía es excepcional, con unos encuadres perfectos, medidos, fascinantes. Hay mucho de pintura en el desarrollo de la peli.
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Una peli estupenda.
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Tanto a Elena como a mí las dos horas y media se nos pasaron volando.
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Espero que esta sala la podamos aprovechar todos los jueves para el Taller de Cine de Azuqueca. Sería la caña.
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Mejor imposible: buen continente en un buen contenido.
Ésta es la nueva película de Woody Allen que nos tiene acostumbrado a una película al año. Este director-guionista-actor-escritor tiene ya 74 años. Ha hecho de actor en 10 películas sin ser el director. Ha publicado más de 20 libros. Ha hecho teatro y televisión. Y ha dirigido 41 películas y en muchas de ellas ha participado como actor. Todo un carrerón.
Su anterior película (Si la cosa funciona) era divertida con los signos de identidad propios de Allen. A mí me gustó.
En esta peli nos muestra una galería de personajes insatisfechos, inconformistas, egoístas y desorientados. Ninguno de los personajes me resultó simpático. Hay que reconocer que los actores lo hacen fenomenal, tal vez Banderas un poco gesticulante y sobreactuado.
Allen coloca la cámara con maestría y se mete entre los personajes dando una sensación de cercanía, su dirección es elegante con planos bien conseguidos.
Hay elementos en el guión que son ingeniosos, muy propios del director, como el robo del libro al amigo o la imagen de la mujer deseada tras la ventana.
Pero la peli ni me entretuvo ni me divirtió, en varios momentos me resultó tediosa y previsible, de hecho me distraje con facilidad masticando los hielos de la fanta de naranja. No hay momentos de humor aunque el tono es de comedia ligera.
De todas las pelis de Woody Allen, en mi opinión ésta es de las peores.