Birgitte Nyborg (Sidse Babett Knudsen) regresa a la política danesa después de un tiempo en la actividad privada.
Al no ser elegida presidenta de su partido, funda uno nuevo (Los nuevos demócratas) para tener el máximo protagonismo.
Se relata los avatares en la formación de una nueva estructura política.
Sigue desarrollándose en tres ámbitos: el político, el familiar y el periodístico.
Los primeros episodios son bastante malos y dan ganas de abandonar la serie, pero a mitad de temporada cobra más vigor.
Se tratan temas interesantes que ayudan a soportar la trama central.
Se habla del maltrato animal, de la prostitución, de la enfermedad y de las maneras de enfrentarse a ellas, del adultero, del acoso laboral, del amarillismo en la prensa, de las traiciones políticas, de la ambición por el poder…
Un directivo joven y tontoelculo pretende cambiar los informativos de la TV1 danesa, en una especie de circo, estilo Sálvame de Luxe, todo para ganar audiencias.
Somete a Torben Friis (interpretado por Søren Malling), director de informativos, a un despiadado acoso.
Asistimos al derrumbe personal y laboral de este personaje en una subtrama que es muy interesante.
En el último episodio me quedo perplejo al observar como funciona la política danesa.
En la misma noche de las elecciones se realizan contactos entre los partidos para formar un nuevo gobierno. Dinamarca amanece con un recién elegido primer ministro.
¡Qué diferente es este país nuestro!
Tal vez, la temporada más floja.
Estaba deseando que acabara para ver la sexta temporada de Juego de tronos.