Piper Chapman es una pijilla que ha pasado de ser amante de una narcotraficante a echarse de novio a Jason Biggs que, como todo el mundo sabe, es tonto del culo. Nadie lo podrá olvidar haciéndoselo con una tarta de manzana en American Pie.
Pues a esta chica la meten en la cárcel. Contemplamos el mundo de las prisiones de mujeres americanas desde sus ojos.
Un universo de cosas insólitas y asombrosas, donde conviven funcionarios y presas de todas las calañas imaginables.
Como toda buena comedia, no dejar de ser un drama tamizado desde el punto de vista del humor.
La combinación funciona a la perfección.
La galería de personajes que se nos ofrecen es extraordinaria. Son chicas reales, conmovedoras, ni buenas, ni malas…
El novio de Chapman ejerce de cretino en la calle mientras su novia lo pasa realmente mal. A veces, se atreve a comparar su malestar con el de su pareja presa.
La actriz que da vida Piper es la maravillosa Taylor Schilling, que a pesar de no ser una gran actriz, soporta con entereza el grueso de la trama.
Siempre he preferido los personajes femeninos. Las mujeres me parecen más interesantes y, en general, sus personajes más potentes.
Para mí esta serie repleta de grandes actrices que interpretan grandes protagonistas me parece sensacional.
Corro a descargarme la segunda temporada.
Muchos besos y muchas gracias.
Crítico de Cine de El Heraldo del Henares
Colaborador de Esradio Guadalajara y Alcarria TV
Twitter @Holasoyramon
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