El País ha sacado una edición remasterizada de El Padrino y aprovechamos para verla de nuevo.
Cuando se estrenó en Zaragoza fui un lunes a verla y salí impresionado, no era capaz de comprender que lo que había presenciado, era una obra de arte. Fui a verla tres días seguidos. Durante meses me obsesionó. El artículo de la revista fotogramas lo leí y lo releí hasta la extenuación. Hasta entonces solo me había pasado algo parecido con Lawrence de Arabia. La he vuelto a ver muchas veces, me sé los personajes, los diálogos, como están rodados los planos.
Me decepciona ver este DVD porque el doblaje es diferente y no reconozco la voz de los personajes. La calidad es buena pero no es HD claramente.
El Padrino está considerada una de las mejores películas de la historia del cine y en muchas listas aparece como la primera.
Es curioso que durante su realización los productores desconfiaran del joven Coppola que había llegado allí por casualidad. Pensaban que iba a ser un fracaso absoluto. Les parecía lenta y violenta. Desconfiaban de Pacino y temían lo peor de Brando.
Pero el día del estreno las colas eran tremendas y el público salía diciendo maravillas. El éxito de taquilla fue inaudito e inesperado por lo que se pensó de inmediato rodar una segunda parte.
El Padrino es la historia de una familia y dentro de ella de un muchacho (Michael) que se ve obligado por las circunstancias a seguir un camino que despreciaba pero para el que resulta perfecto.
Contada con tono épico como una tragedia o como una ópera, impresiona, entretiene y arrebata.
Todo es perfecto. Los actores. La fotografía tan adecuada de Gordon Willis. La música de Nino Rota.
Me encanta reconocer a los secundarios, a veces sin ni siquiera diálogos, que aparecerán en la segunda parte. Como el gran Richard Bright que interpreta a Neri que se disfraza de poli para matar a Barzini y que tendría más protagonismo en la continuación.
Me entusiasman las escenas del final montadas entre el bautizo del hijo de Carlo y Connie una maravilla de construcción cinematográfica que luego sería tantas veces imitadas. Por cierto el niño que tiene en los brazos Diane Keaton es Sofía Coppola, la hija del director y que en la tercera parte reaparecería como la hija de Michael. La escena se repitió un montón de veces porque la Keaton no tenía ninguna experiencia en niños y no sabía tenerla.
Todos los personajes tienen su esencia y su manera de ser y actuar definida, son de verdad.
Las tres películas tienen su parte de Nueva York, su parte en Las Vegas y la de Sicilia.
Las tres comienzan con una celebración familiar. Y en las tres el camino que lleva Michael Corleone no es el que él quisiera.
Me encanta como todo encaja, todo es simétrico, perfecto.
Muchos besos y muchas gracias.
Crítico de Cine de El Heraldo del Henares
Colaborador de Esradio Guadalajara y Alcarria TV
Canal de YouTube: HolaSoyRamónVídeos
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