Todos vimos en 2004 en directo en nuestros televisores el tsunami. La noticia ocupó dos o tres minutos en el telediario. Nos impresionaron las imágenes de la ola gigante. Nos contaron que hubo miles de muertos y heridos. Pero aquello no nos emocionó, ni tan siquiera nos inquietó, como mucho unos segundos. Estamos acostumbrados a ver el dolor y la tragedia mientras comemos y cenamos y estamos desensibilizados.
Si al sufrimiento le ponemos cara la cosa cambia. Padecemos más con una persona con nombre que con un millón de desconocidos.
En Lo imposible, Juan Antonio Bayona demuestra ser muy listo. Realiza un producto de consumo diseñado para arrasar en las taquillas.
Cuenta una historia de supervivencia y amor familiar que gusta a todo el mundo.
En la promoción los actores y el director se han encargado de informar que todo termina bien (a nadie le gusta un final triste).
Insiste al principio y al final de la película que está basada en hechos reales, cuestión que suele encantar al público y no entiendo porqué, a mí me gusta la ficción.
En la promoción ha intervenido María, la catalana que sufrió en sus carnes las lesiones y la catástrofe.
Durante toda la película se dosifican de forma extraordinaria las emociones y si Bayona pretendía que gastara 3 paquetes de clines lo consigue.
El reparto con estrellas internacionales asegura una distribución fuera de nuestro país.
El primer fin de semana Lo imposible ha obtenido un éxito en taquilla impresionante, superando a Torrente. Ha recaudado 10 millones de euros. Se ha estrenado solo en España (o ¿debería decir el Estado Español incluida Cataluña?). Ha sido la sexta película con más recaudación en el mundo mundial e insisto solo con lo obtenido aquí.
El producto perfecto de consumo masivo que nos ofrece Bayona da sus frutos. Veremos como sigue, pero supongo que el boca-oreja va a ser sensacional.
Asombra que sea una producción enteramente española con un presupuesto de 30 millones de euros que para estos lares es mucho pero esta peli producida en Hollywood hubiera costado 3 ó 4 veces más.
Los efectos especiales son estupendos el tsunami está hecho a la perfección. El guión es milimétricamente perfecto y cumple con su objetivo (el llanto y la emoción).
Los actores están muy bien y sacan todo el partido a sus personajes.
Destaca Lucas interpretado por el niño, asombrosamente espabilado en la vida real (véanse sus entrevistas), Tom Holland que es el gran héroe del relato. Pasa de ser un adolescente en la edad del pavo con una relación difícil con sus padres al protector de su madre herida.
Bayona podría haber caído en el relato estilo telefilm o con reparto coral, muy propio del cine de catástrofes y sale triunfante ofreciendo un producto sensibe pero no sensiblero, tremendamente comercial y con una factura impecable.
Siempre he defendido que el buen cine es el que despierta sentimientos. ¿Cómo podría criticar algo que me ha hecho llorar durante 2 horas a moco tendido?
Hay cinéfilos de pro que se niegan a ver esta peli como mi querido sobrijo y se amparan en críticas despiadadas contra la peli. A ellos les quiero decir: para criticar es preciso conocer, por lo que hay que verla.
Algunos críticos intentan mantenerse por encima del gran público y todo lo que suene a comercial lo desprecian y estoy seguro que andan equivocados frecuentemente.
El Padrino, Lawrence de Arabia, Casablanca fueron grandes éxitos en taquilla y el tiempo ha demostrado que son obras maestras y seguro que algún listo la puso a parir.
Muchos besos y muchas gracias.
Crítico de Cine de El Heraldo del Henares
Colaborador de Esradio Guadalajara y Alcarria TV
Canal de YouTube: HolaSoyRamónVídeos
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