4 remedios antiguos para no mejorar la salud.
En el último artículo que escribimos para “holasoyramon.com” hablábamos de esa mala fama de sosos y tristones que tenemos los traductores.
Si leíste ese post, quizá te convencimos de que no es así, pero si no lo has leído no te preocupes, hoy volvemos al ataque y, además, rizamos el rizo.
Me explico: dentro de los sosos profesionales de la traducción hay unos que se llevan la palma, los traductores médicos y especializados en ciencias de la salud.
No cabe duda de que su trabajo es importante, vital, sesudo, técnico, especializado y todos los adjetivos que quieras.
Los traductores de Okomeds, por ejemplo, son los traductores más serios de nuestra agencia, pero hasta ellos tienen su puntito canalla, divertido y guasón.
¿No te lo crees? Sigue leyendo…
Hace una semanita llegó un encargo como mínimo peculiar: la traducción de un cuadernillo de remedios caseros tradicionales que una revista de humor quería reeditar.
No digo que el tema en sí sea gracioso, faltaría más, pero sí que lo eran algunos de esos supuestos remedios caseros que, te lo creas o no, tuvieron un éxito tremendo entre los enfermos y los médicos de no hace tanto.
Así que aquí te dejamos cuatro perlitas que tuvimos el placer de traducir, cuatro supuestos remedios o trucos caseros que, por supuesto, ni se te ocurra poner en práctica.
Vodka para el olor de pies.
Empezamos la mini lista con uno de los remedios naturales más utilizados durante el verano: el vodka. Aparte de con hielo y limón, el autor del librito de salud que tradujeron nuestros compañeros, colocaba al vodka en el primer lugar de los mejores remedios para combatir el olor de pies.
Según el autor, el remedio se puede aplicar de dos formas: la primera, un chorreón directo a los pies apestosos.
La segunda forma: un chorreón en la boca del compañero o compañera de dormitorio para que ni sintiera ni padeciera esa bruma odorífera que iba a “disfrutar” toda la noche.
Ajo para el dolor de muelas.
El ajo es un excelente producto natural contra las bacterias, pero según el autor del libro “médico” también es un buen analgésico.
El remedio casero que tuvimos que traducir era bastante sencillo: se machacan en un mortero dos o tres dientes de ajo bien gorditos.
Una vez hecha la pasta, se coge un buen pegote y se unta bien la muela o muelas doloridas. No hay que enjuagarse la boca, hablar ni masticar durante un buen rato. Si no funciona, o si tus amigos dejan de invitarte a sus tertulias, es el momento de acudir a un dentista que tenga ese día la nariz bien tapada.
Sangre de cochinilla para los labios.
¿Sabes lo que es la cochinilla? No es la mujer del rico cochinillo de Segovia, sino un pequeño pulgón bastante gordito explotado (y nunca mejor dicho) como medicamento desde el tiempo de los antiguos egipcios.
El truco: coger unas cuantas cochinillas y, trabajando rápido para que no se escapen, espachurrarlas con la ayuda de un mortero.
Aplicar el juguillo rojo sangre resultante sobre los labios paliduchos, resecos o con aftas.
Además de nutrir y “curar” mágicamente las heriditas, el paciente lucirá unos labios rojos brillantes que serán la envidia de su grupo de cóctel.
Cerebro de mono para la impotencia.
Terminamos la lista de cuatro supuestos remedios o trucos caseros con uno de los más asquerositos y que, además, se sigue practicando en algunos países del sudeste asiático: ricos cerebritos de mono para combatir la impotencia masculina.
El remedio mezcla la cocina tradicional con la supuesta medicina natural: el cocinero o curandero atrapa a un mono pequeño (con los grandes no se atreve) y así, en caliente, le rebana la parte superior del cráneo y extrae ese órgano tan valioso que seguro que pesa más que el de los pacientes que buscan este tratamiento.
En fin.
Y hasta aquí llega nuestra lista de remedios antiguos más o menos chistosos. Si te ha gustado, pídenos más, el librito de remedios que tradujimos contenía más de cincuenta trucos curiosos.
Muchos besos y muchas gracias.
Chiste subido por Ramón el El 2015-08-23 a las 11:09:18
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