Tuve la desgracia de casarme con una viuda.
De haberlo sabido no me hubiese casado, porque ésta tenía una hija.
Mi padre era viudo, para mayor desgracia se enamoró de la hija de mi mujer, de manera que mi esposa era suegra de mi padre, y al mismo tiempo era mi yerno.
Al poco tiempo mi padre trajo al mundo un varón que era mi hermano, pero era nieto de mi mujer, de manera que yo era abuelo de mi hermano.
Al correr el tiempo mi mujer trajo al mundo un varón, y como era hermano de mi madre era cuñado de mi padre y tío de su hijo, mi mujer era suegra de su propia hija.
Yo en cambio, soy padre de mi madre, mi padre y su mujer son mis hijos y, además, yo soy mi propio abuelo
Chiste subido por Ramón el El 2009-03-21 a las 19:25:19
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