Regresa el conde de las cruzadas, y manda reunir a todos sus sirvientes.
Una vez reunidos, les dice: -Antes de irme a las cruzadas mandé que le pusieran a mi esposa, la condesa, un cinturón de castidad con guillotina.
Ahora veremos si me fueron fieles ¡Abajo los pantalones!
Todos los sirvientes tienen el pizarrín rebanado... menos uno.
El conde lo llama:
-Ven acá, mi fiel Bertoldo, y dile unas palabras a este montón de desvergonzados... -¡Ggg g ggggg gg....!
Chiste subido por Elena el El 2009-03-06 a las 11:49:07
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