Cierto capitán de un cierto navío estaba enojado de ver su cubierta llena de esperma de los marineros que se masturbaban en cualquier lado. Un día tomó la decisión de prohibir la puñeta aleatoria y dictó una orden por la que todos los marineros deberían saciar su angustia en un tonel que dejaría en el medio del barco, y después de lleno sería lacrado y arrojado al mar.
No demoró más que algunas horas para que el primer tonel estuviese completamente lleno y prontamente lo lacraron y lo tiraron al mar.
Algún tiempo después, un equipo de científicos, padres y teólogos fueron designados para esclarecer un misterio: en un convento aislado en una isla, donde vivían enclaustradas cientos de monjas de clausura, donde no había ningún contacto con el mundo exterior, donde estaba prohibido el acceso a los hombres, casi todas las monjas estaban embarazadas.
Ya en la isla, los científicos interrogan a la Madre Superiora:
- ¿Hace cuántos años que no entra un hombre, aparte de nosotros, a la isla?
- Hace ya cuatro décadas, señores respondió la Madre.
Los científicos continuaron...
- ¿Hubo algún hecho extraño, que les llamara la atención, en los últimos meses?
Y la Madre:
- Nada que pueda recordar... espere, hombre, sí... Hace pocos meses surgió en la playa un tonel lacrado lleno de parafina que creímos caído de algún navío carguero...
Y el científico le preguntó:
- ¿Y qué hicieron con esa parafina?
Y la Madre Superiora responde:
- Pues hombre, velas.
Chiste subido por Ramón el El 2009-02-14 a las 20:02:05
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