El marido decide cambiar de actitud.
Llega a casa todo agrandado, y con voz de macho ordena:
- Quiero que prepares una comida como para los dioses y cuando termine, espero un postre maravilloso.
Después de cenar tráeme una copa de coñac y prepárame un baño caliente para relajarme.
Y todavía más... cuando salga del baño, ¿adiviná, quién me va a vestir y a peinar?
- El hombre de la funeraria... Respondió plácidamente la esposa.
Chiste enviado por mi amiga Gabriela.
Chiste subido por Ramón el El 2012-03-12 a las 19:18:15
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