Estaba un viejito sentado en un banco de una plaza, cuando un muchacho se sienta a su lado con los pelos tiesos y teñidos de azul, rojo, amarillo y verde.
El viejo se queda mirándolo un rato, atónito; hasta que el chaval le dice:
- ¿Qué pasa gilipollas? ¿Qué miras con esa cara? ¿Qué nunca has hecho una locura en tu vida?
A lo que el viejo, sin exaltarse, le contesta:
- Sí, una vez me emborraché y me follé a un loro... Y justamente me preguntaba... ¿No serás mi hijo?
Chiste enviado por mi amigo Pedro de Zaragoza. Muchas gracias.
Chiste subido por Ramón el El 2009-12-08 a las 13:22:32
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